Capítulo 18

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Luego de media hora, el Maestro Yi fue el primero en despertar de aquel hermoso ensueño que compartía con Katarina. Lo primero que vio fue a ella acostada sobre él (aún desnudos), continuaba dormida.

Las puntas de las hojas del gran arbusto eran un techo que dejaba ver las estrellas, el césped era su cama.

Le dio un beso en la frente, lo cual provocó que ella despertase también.

—¿Dormiste bien, Kat? —preguntó el Maestro Yi, rodeándola con sus brazos.

—Jamás había dormida tan bien en mi vida. —Katarina le dio un beso en los labios. Se quitó de encima de La espada Wuju, y buscó a tientas sus prendas. Él hizo lo mismo, después de todo, no era muy seguro estar desnudos en un arbusto de la Grieta.

—Ahora me doy cuenta de que hay dagas en tus botas, Yi —dijo Katarina, mientras las agarraba para curiosear mejor— ¿Alguna vez las usas?

—No, hacía tiempo que no las uso —explicó el Maestro Yi, mientras ajustaba las piezas de su armadura después de haberse puesto las prendas que siempre usaba debajo. Sólo le quedaba ponerse el casco, las botas y las gafas de siete lentes—; están ahí por si me llegan a arrebatar la espada en pleno combate. —miró su espada, que seguía en suelo, al lado de las dagas de Katarina.

—¿Te gustaría aprender a usarlas mejor? —preguntó La Daga siniestra— Recuerda que estamos en el Modo Herramienta de Práctica...

—Tú sí sabes divertirte, Katarina. —asintió el Maestro Yi, y esbozó una sonrisa. Finalmente, se puso las botas y el casco.

—Adiós ojos normales. —bromeó Katarina, al mismo tiempo que él se ponía sus gafas.


***

"Cuanto más alto se sube, más dolorosa es la caída", esa frase había estado rondando por la mente de Wukong durante el resto de la tarde.

Estaba sentado en un árbol del bosque de Jonia, con Ahri a su lado. Ella tenía la cabeza recostada sobre el hombro del mono, y sus nueve colas los envolvían para darles calor.

—¿Aun sigues con esa frase en la cabeza? —preguntó La vastaya de nueve colas, en un bostezo.

El rey de los monos asintió, sin mirarla.

—¿Qué tal si te dijera que jamás te amé y sólo estoy contigo porque quiero devorar tu alma? —le interrogó la joven, enderezándose.

—Mi mundo se vendría abajo... —empezó a decir él, haciendo gestos con las manos peludas.

—Exacto: Cuando le mientes a alguien sobre tus sentimientos (y no se da cuenta), empieza a "construir" un mundo de esperanzas y fantasías —explicó Ahri—, y cuando la "base" (los sentimientos) resulta ser que jamás existió, todo se vendrá abajo. No hay dolor peor que el de un corazón hecho pedazos, Wukong.

—Vaya... —el mono suspiró, sintiendo lástima por todos los seres que estarían viviendo esa clase de situaciones.


***

Colocaron un objeto de prueba enemigo, en pleno carril central. Y liberaron súbditos para poder practicar mejor.

—Se me ocurre algo mejor, Yi —a Katarina se le encendió la lámpara—: Intercambiemos armas.

—¿Cómo dices? —el Maestro Yi sonó incrédulo ante las palabras de La daga siniestra.

—Yo te doy mis dagas y tú me das tu espada —explicó ella—. Después de todo, tú me dijiste: "Mi espada es tuya".

La espada Wuju puso su espada bajo el brazo, y soltó dos carcajadas.

Pero, cuando Katarina estaba a punto de recibir la espada del Maestro Yi, se oyó que alguien más había entrado a la Herramienta de Práctica.

—¿Quién podría ser a estas horas? —se preguntó él, ajustando sus gafas para mirar en la penumbra que había hacia el nexo:

Era Irelia.

En los arbustos (Katarina x Maestro Yi) [League of Legends]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora