Capitulo 5

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¡Holaaa! ¿como han estado?

He leído sus comentario, y la verdad es que me alegran MUCHÍSIMO el día, así que les quería agradecerles muchisisimo por comentar ❤ Y quería dedicarle este capitulo a todas esa personas que siempre están comentado. 

pd. Estén atentos que muy pronto se vendrá un maratón 😉❤


-Por favor responde. – Me dijo.


-Estoy bien. -Conteste casi en un susurro.

-El llorar a mares me da a entender que no lo estas. Dime ¿te lastime?

-Ya te he dicho que no. -De la nada sentí como me abrazo, recargando su cabeza contra la mía.

-Duerme, no pasara nada que no quieras. -Estaba tan agotada, que el sueño me venció.

Sonara extraño, pero es la primera noche que logro dormir sin problemas desde que me entere de mi boda. Suena ilógico y lo sé, pero ni yo misma logro comprender.

A la mañana siguiente desperté y ella no estaba a mi lado, miré alrededor y vi que mi equipaje estaba al pie de la cama. ¿Cuánto había dormido? Mire el reloj y eran las 10 a.m. Yo solía estar despierta desde las 8, así que me levante apresurada tome algo de ropa de una de mis maletas y me metí al baño, y no tarde mucho en estar lista. Salí de la alcoba y bajé las escaleras, comencé a buscar a Lauren por toda la casa. pero no estaba por ningún lado, me metí al comedor y tampoco estaba, entonces una voz me sorprendió. - ¿Buscas a alguien?

- ¡Oh por dios! Me asustaste. -Dije intentando calmarme.

-Veo que estas mejor, y eso me da gusto. -Me dio un beso en la mejilla.

-Gracias. ¿Por qué no me despertaste? ya es muy tarde.

- ¿Tarde? ¿Tarde para qué? Te recuerdo que no iras más a estudiar.

-Si, ya lo sé, pero no es bueno que duerma tanto. -Dije apenada. - ¿Ya desayunaste?

-No, te estaba esperando, así que vamos a la mesa. -me condujo hasta el comedor y me senté quedando de frente a ella. Las empleadas nos sirvieron el desayuno y una de ellas se me acerco y me dijo.

-Bienvenida, señora Jauregui.

-Gracias. -Dije educadamente. Cuando ella se fue intente hacer un poco de conversación con Lauren. - ¿Iras hoy a trabajar?

-No, ¿tan rápido te quieres deshacer de mí?

-No pregunto por esa razón, solo tenía curiosidad, pero ahora que lo pienso no sé a qué te dedicas.

-Tengo una empresa que exporta materiales y aparatos clínicos. - me miro. - ¿No te gusta tu desayuno? -Pregunto al ver como solo revolvía la comida y no probaba nada.

-Si, es que no tengo mucho apetito, eso es todo. -Mi desayuno consistía de unos deliciosos hot cakes con una mermelada de maple, y un jugo de naranja. El exceso de dulce atrajo a una pequeña abeja, lo que provocó que yo me alterara. -Quítala por favor. Mátala. - Decía manoteando, y Lauren solo reía, -No es gracioso, mátala. -Con un pequeño frasco atrapo a la abeja.

- ¿A esto le temes? -Dijo con una enorme sonrisa y moviendo el frasco.

-No hagas eso que se escapara.

-Por dios, pequeña, es solo una abeja.

-Si, una abeja que puede matarme. -Dije asustada, y ella de nuevo, solo reía- Hablo enserio si esa cosa me pica puedo morir, soy alérgica a su veneno.

-Perdón, no lo sabía. -Se sentó nuevamente en su lugar. -Si quieres pido que te preparen otra cosa.

-No es necesario, no tengo mucha hambre, y con el jugo basta.

-Empaca algunas cosas, nos iremos por la tarde a Florencia.

- ¿Estás hablando enserio? - Pregunte emocionada.

-Si, y veo que te agrada la idea.

-Claro que sí, amo esa ciudad. Es tan hermosa.

-No más que tú. -Con su comentario logro avergonzarme, y mis mejillas se tornaron rojizas.

- Siento lo que paso anoche. -Dije cabizbaja.

-Pensaras que soy una desquiciada por lo que hice. Sé que eres muy joven, pero eso no evita que te desee. Aparentas más edad de la que en realidad tienes, ¡y por dios! me vuelves tremenda-mente loca. -No sabía si sentirme alagada u ofendida por eso. -Lo de anoche fue mi culpa, y prometo que no volverá a pasar. -Eso me dio mucha más tranquilidad, pero yo deseaba que pasara nuevamente. Si ayer no me hubieran ganado los remordimientos, todo se abría consumado. Ya sé, dirán, ¿quién te entiende? pero ni yo entiendo que es lo que me pasa con esta mujer. -Comprendo tu odio hacia mí.

- ¿Odio? -Pregunte confundida.

-Debes odiarme, pues como dijiste, arruine tu vida.

-Te equivocas, no te odio, esto fue un trato que me dolió que hicieran mi padre y tú. – Suspire. -Tal vez en otras circunstancias. -ella me interrumpió.

- ¿Te abrías enamorado de mí? -Expreso con una evidente felicidad en su cara.

-Todo esto podría haber sido diferente. -A decir verdad, me sentía atraída por ella, pero me apenaba confesarlo.

-Si tú quieres podemos comenzar de nuevo. Me gustas y creo que es muy pronto para decir te amo, pero desde que te vi sentí la necesidad de estar cerca de ti, sé que me deje llevar por un impulso, pero ya estamos casadas, y no pienso dejarte ir.

-No perdemos nada con intentar. -Se acerco lentamente a mí y me beso muy tiernamente.

-Lo necesitaba. -Dijo cortando el beso. Nuevamente me ruborice, no podía evitarlo. -Me fascina cuando te pones así. Ahora vamos a la recamara a preparar las maletas. -Me recorrió por la cintura con su brazo derecho, y así subimos las escaleras, pero ¿que era esta sensación que sentía en mi estómago? ¿acaso me estaba enamorando de mi esposa?

Llegamos a la habitación, y tome una de mis maletas para empezar a desempacar, pues recién las habían traído, y necesitaba ver que me iba a llevar. La mayoría de mi guardarropa estaba conformado por vestidos muy cortos, blusas con escotes pronunciados, faldas demasiado cortas, o al menos eso decía mi padre. Lauren empezó a examinar la ropa que yo sacaba.

Casada con una extraña -Camren G!P-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora