Capitulo 35

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Dinah entro con la recién nacida en brazos, la pequeña estaba enredada en una frazada, Taylor iba detrás de ella.

Lauren extendió los brazos para cargar a su hija, y Dinah de muy mala gana se la entrego. Cuando Lauren la tomo en sus brazos de inmediato sintió esa hermosa conexión igual a la que sintió al ver por primera vez a Emma, su hija. No cabía de la felicidad, era madre por segunda vez.

La niña a pesar de ser tan pequeña era idéntica a su madre Camila, tenía sus ojos, sus hermosos ojos castaños. La nostalgia invadió a Lauren al recordar que tal vez no volvería a verlos, y no pudo evitar soltar algunas lagrimas.

-Camila es fuerte, y yo se que despertara. - Dijo Dinah con el celular de Camila en su mano, y este al segundo después, comenzó a sonar. Vio en la pantalla que el número era desconocido, pero aun así decidió contestar. - ¿diga?

- ¿Camila? - Preguntó una voz masculina.

- Si, ¿quien habla?- mintió para saber la identidad de aquel hombre.

-Lamento llamarte, pero eres a la única persona que puedo recurrir. -hablo el hombre. - Se que es malo cobrar los favores de esta manera, pero estoy desesperado.

- Si me dijera quien es veré en qué puedo ayudarlo.

-Mi nombre es Daniel, soy el hombre que la llevó a casa aquella noche de tormenta.

- ¡Oh! ya lo recuerdo, dígame en qué puedo ayudarlo.

-Me da mucha pena, pero he visto su foto en los periódicos, y me di cuenta que usted es esposa de la señora Jauregui. - La voz del hombre empezó a hacerse más baja en las últimas palabras. -Vera, lo que le pido es solo un préstamo.

-Señor, mi nombre es Dinah y soy amiga de Camila, ella está hospitalizada.

-¿Ya dio a luz?

-Si, es una hermosa niña. -Dijo sonriendo.

- ¡Oh! ya comprendo señorita, lamento la molestia, de verdad discúlpeme.

-Señor, no he dicho que no lo ayudare, al fin y al cabo que de algo sirva la mujer de Camila. -Lauren la veía confundida, ¿por que decía eso? y ¿por qué un hombre llamaba a su esposa? -Dígame que es lo que necesita. –Se escucho el suspiro del hombre por la bocina contraria.

-Le repito señorita, le firmare lo que haga falta, si no estuviéramos desesperados jamás me atrevería a llamarla.

-Y yo también le repito que lo que sea solo pídalo. -Le volvió a decir Dinah.

-El banco está a punto de echarnos de nuestra casa, nos hemos retrasado con algunos meses de la hipoteca y ahora el banco quiere dejarnos en la calle-

-Venga esta tarde a la clínica de la ciudad. -le dijo Dinah. -¿Cuánto es lo que necesita?- el hombre le dijo una cantidad bastante considerable.

-Sé que es demasiado y comprendo si no puede ayudarme. -dijo el hombre al teléfono.

-Venga mañana por la tarde, no le aseguro todo pero al menos la mitad.- Dijo Dinah.

-Muchas gracias señorita, le firmaré lo que haga falta.

-No se preocupe por eso, gracias por haber ayudado a mi amiga aquella noche.

-Tenía que hacerlo, no podía dejarla en ese parque. -El hombre colgó.

Dinah se quedó en silencio sentada en el sofá, no pensaba pedirle ayuda a Lauren para eso, aunque debiera hacerlo, no lo haría. Pensó en cuántos cuadros debería vender para juntar esa cantidad, y sin duda deberían ser bastantes, al instante recordó la cuenta que sus padres tenían para ella, su orgullo le hacía tomar de ese dinero solo algunas veces, y pasando algunos días lo devolvía.

Casada con una extraña -Camren G!P-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora