Capitulo 11

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-Déjame pasar. -Le dije a Lauren.

-No, tenemos que hablar.

-Yo no tengo nada de qué hablar contigo, así que quítate. -Quise empujarla, pero ella es mucho más fuerte que yo, y ni siquiera la moví un centímetro, por lo que ella rio. -Hablo enserio, Lauren, déjame pasar.

-Eres demasiado rencorosa. ¿lo sabías? -Me pregunto.

- ¿Y que con eso? -Me aleje de ella, pues su cercanía me ponía muy nerviosa, sentía el deseo de meterle una bofetada, se la merecía, pero me controle. - ¿Y de qué quieres que hablemos?

-De lo que paso hace rato.

-No hace falta, me quedo sumamente claro que soy una caprichosa. -Dije en voz baja, ya que Emma seguía dormida, y no quería que despertara.

-Preciosa, pensé que estábamos bien. -Ya no podía soportar más.

-Eres una sínica, ¿cómo puedes ser tan hipócrita?

-De que hablas. -Me pregunto consternada.

-Ya no finjas, Lauren, fingiste estar enamorada de mí solo para que me acostara contigo.

-Eso no es verdad, ¿me crees tan insensible como para hacerlo?

-Si fuiste tan insensible como para cambiar unos papeles por mí, ¿por qué no serias capaz de eso? -Lo dije sin pensar, con la sola intención de herirla, o al menos lograr que se callara, pero supe al instante que fue un error.

- ¿Así que eso piensas de mí? -Decía riendo irónicamente. -Esta bien, entonces me comportare como la persona insensible que piensas que soy. -Después de decir eso, me arrebato mí bolso.

- ¿Qué es lo que piensas hacer? -Le pregunte enfadada.

-No tendrás derecho a llamadas, saldrás solo cuando yo lo diga, y te visitaran solo quien a mí me dé la gana.

-Estas loca si piensas que te hare caso.

-Yo no pido opiniones, doy órdenes, y estas se cumplen.

-No te tengo miedo. -Le dije sonriendo irónicamente.

-Más te vale tenerlo. -No dije nada más, pues vi como Emma se movía inquieta en su cama, tal vez escuchaba nuestra pelea. Salí de la habitación sin decir nada, tenía que ver a mi padre. Lauren salió detrás de mí, y me tomo fuertemente del brazo. -Parece que no entendiste.

-Suéltame, me lastimas. -Pero no le importo. Me llevo casi arrastrando hasta el coche, me puso el cinturón, y condujo hasta la casa. -No puedes impedirme que vea a mi padre.

- ¿Quieres ver que si puedo? -Me bajo a empujones del coche, y de esa manera entramos a la casa. Subimos hasta la recamara, y ahí cerró la puerta con llave, dejándome sola en la habitación.

-Eres un animal. Déjame salir. -Le grite.

-Deja de hacer escándalo, no servirá de nada.

- ¿piensas dejarme aquí encerrada? -Le pregunte, sin poder creérmelo.

-Si, soy un animal, ¿o no es lo que dices?

-Si me dejas encerrada te acusare de secuestro. -Le volví a gritar. Escuche como reía y sus pasos alejarse, me dejo totalmente incomunicada, me quito mi celular, y el teléfono de casa, que estaba en la habitación, lo desconecto, o más bien, lo rompió en mil pedacitos, y para colmo de males, me estaba muriendo de hambre. Grite como loca, hasta que una de las empleadas por fin me hizo caso.

X: Señorita, ¿qué es lo que necesita?

-Salir de aquí.

X: Lo siento, la señora Jauregui dijo claramente que no la dejáramos salir.

Casada con una extraña -Camren G!P-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora