Mi nombre es Karla Cabello, pero la mayoría me conoce como Camila o como Mila, tengo 17 años y vivo solamente con mi padre, ya que mi madre falleció al darme a luz. No me quejo de nada, con él siempre fui feliz y siempre cuido de mi.
¿Quien diría q...
- ¿Sigues enojada? ¡Por dios! no seas infantil. -Hablo después de un tiempo en silencio, pero decidí no contestarle absolutamente nada.
Llegamos a nuestro piso y nos dispusimos a buscar nuestra habitación, Lauren abrió la puerta y se hizo a un lado para que yo entrara primero, la habitación era hermosa y muy grande.
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Comencé a recorrerla, en una pequeña sala de estar, con la que contaba nuestro cuarto, había un balcón, me acerque a el y me quede maravillada por bellísima vista que tenía.
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Me quedé observando por unos instantes perdida en mi asombro, hasta que sentí los fuertes brazos de Lauren rodear mi cintura. - ¿Te gusta?
-Es muy lindo todo esto. - Florencia era una ciudad que era conocida por su arquitectura, pues en cada una de sus calles parecía que se había detenido el tiempo, ¿recuerdan esas pequeñas calles que se veían en cualquier narración de romeo y Julieta? Pues así eran estas calles cada una de ellas tenía su propia historia, y eso era algo que me encantaba. – Gracias. -Dije sinceramente.
-Eres mi esposa y te lo mereces. -Dijo volteándome a modo de quedar frente a frente. Ella me miró fijamente a los ojos, y no sé porque razón no podía dejar de ver sus labios, sentía la enorme tentación de besarlos, pero ¿por qué no hacerlo? si ella era mi esposa, entonces en un acto impulsivo rodeé su cuello con mis brazos e hice que nuestros labios hicieran contacto, uniéndolos en un apasionado beso. Ella tardo unos segundos en corresponderme, pues debió parecerle extraño que yo tomara la iniciativa, para después sentí como sus brazos me unieron más a su cuerpo.
-Veo que ya no estas molesta. -Menciono con mifrente recargada en la suya, y me dio una linda sonrisa.
-Te das cuenta que no soy tan infantil. -Dije sinsepararme de ella.
-Me sorprendes, en un momento dices no soportarme yen otros haces esto. Ella tenía razón, ni siquiera yo sabía porque lo hice,pero como ella dijo, podemos tratar que esto funcioné o al menos eso quería.-Pero me agrada. ¿Quieres que vayamos a recorrer la ciudad?
-Claro, me fascina la idea, solo déjame darme unbaño. -Me separe de ella y me dirigí a mi maleta, saque dos vestidos y le dije.– ¿este? o ¿este? –Mencione mostrándole los vestidos. -Te enseñaría más, perouna ogra no me dejo traerlos. -Dije bromeando, a lo que ella respondió.
- ¡Oh! pero esa ogra también le renovara todo suguardarropa, ¿Que no es lo que desea toda persona?
-Cierto, y ahora que me lo recordaste, no te vas asalvar. -Dije todavía en broma.
-Entonces, báñate rápido para que puedas recorrertodas las tiendas de Florencia. - ¡Wow! eso era algo que no esperaba.
- ¿Hablas enserio?
-Claro que sí, pequeña. Ahora báñate, que yo harélos mismo. -Entonces la mire sorprendía por lo que dijo, ¿planeaba que nosbañáramos juntas? -Hay dos cuartos de baño. -Menciono divertida, y yo me sentí másaliviada. Después de ese penoso mal entendido, me metí en la ducha, tarde 1hora y 30 minutos en estar lista. Cuando salí del cuarto de baño, ya con mivestido puesto.
