Capitulo 15 MARATÓN

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-Si me queje, solo que no muy fuerte. -Dije riendo.

- ¡Oh! Entonces, ¿los gritos que dabas eran quejas? -Decía burlándose de mi.

-Que mala eres. -Respondí apenada. Ella solo me dio un beso en la frente. -¡Dios! ¿Y si nos escucharon?

-Decimos que te dolía algo y ya.

- Lauren, mejor vámonos ya, que alguien puede venir y vernos.

-No quiero, me gusta estar así contigo.

-A mí también, pero me da pena que sepan lo que hicimos.

-Estamos casadas, es algo normal en una pareja. -Derrepente se escucho como alguien intentaba abrir la puerta.

- ¿Hay alguien ahí? -Preguntaron desde el otro lado.

-Lauren, ¿ahora que hacemos? -Dije en un susurro, para que solo ella escuchara.

-Primero que nada vestirnos. Metete al baño. -Se puso su ropa muy rápido y yo me metí en el baño. -Enseguida le abro.

X: ¿Por que esta cerrado con seguro? -Dijo una voz femenina.

-No es verdad, estaba abierta cuando entre a ver a mi esposa. -Dijo abriendo la puerta. -Tal ves se atoro o algo, enfermera.

Enfermera: Si, y yo me chupo el dedo ¿no?

- ¿Perdón?

Enfermera: ¿Donde esta la chica? -Menciono.

- ¿Disculpe? -menciono fingiendo ignorar a lo que se refería.

Enfermera: Hace aproximadamente 25 minutos, o mas, escuche...mmh... ¿como decirlo? "Ruidos extraños"

-Si lo dice por mi esposa, es que ella está enferma, y le dolía muchísimo el estomago, pero no se preocupe, ya se le paso.

Enfermera: No entre antes por que no quería interrumpir, y si cree que me trago el cuento de el dolor, me piensa muy tonta. Pero por favor, a la otra contrólense. Si fuera su esposo con el que estaba se lo pasaría, pero ¿con su amante? ¡Por dios! -Dijo molesta.

¿Amante? Pero si yo soy su esposa, y eso tenia que dejárselo bien claro, así que salí ya con mi ropa puesta para enfrentarla.

-Discúlpenos, pero entienda que somos unas recién casadas. -Mencione saliendo del baño.

Enfermera: ¿Es usted su esposa? -Pregunto sorprendida.

-Si, y le pido nuevamente disculpas.

Enfermera: Pero si tu no excedes los 18 años, y es una mujer.

-De hecho tengo 17, y la verdad ¿Qué tiene qué yo sea una mujer?

Enfermera: Señora es usted una corrupta. -Le dijo a Lauren.

Esto si era gracioso, la enfermera ya era algo mayor, y se notaba estaba educada a la antigua.

-Corrupta no, una enamorada, eso soy.

Enfermera: No lo puedo creer. -Dijo a punto del desmayo. ¡Ups! Creo que nos pasamos.

-Te dije que nos habían escuchado. -Mencione saliendo de la habitación junto con a Lauren. Ella solo rio.

-A la próxima no hay que hacer tanto ruido. -Después del penoso incidente fuimos a ver a mi padre, el cual estaba algo molesto, aunque no sabía el porqué.

-Hola papá. Me dijeron que ya mañana sales de aquí.

-Si, y me da gusto ¿sabes?, aquí ni siquiera de puede tomar una siesta en paz. -Menciono molesto.

-  ¿Y por que dices eso? -Le pregunte

-Por que la paciente del cuarto de al lado se la pasa quejándose. -¡Ups! Nos excedimos. Hasta el cuarto de mi padre habían llegado los gritos. ¡Pero que vergüenza! Lauren no aguanto y soltó una carcajada. - ¿Que es lo que te parece tan gracioso, Jauregui? -Pregunto mi padre desconcertado.

-Nada, no me hagas caso. -Dijo intentando parar de reír.

Enfermera 2: Lo siento, pero tienen que salir para que el paciente descanse.

-Esta bien. -Le dije.

Salimos del cuarto, y nos topamos con el doctor de Emma, quien nos dijo que era urgente la transfusión de sangre. -Yo estoy lista. -Mencione segura.

Doctor: Entonces no hay más que esperar. -Sin tardar más, fuimos directo a la habitación de Emma. Ahí colocaron otra camilla al lado de la de suya. Me senté en ella, y una de las enfermeras me coloco una aguja, era muy grande, y me dolio muchísimo cuando me la coloco en el brazo.

- ¡Auch!

- ¿Verdad que duele? -Dijo riendo.

-Si, y mucho. -Respondí del mismo modo. Después me pusieron un poco de cinta para que no se moviera la aguja, y me recosté en la camilla viendo como mi sangre recorría esa pequeña manguerita, y se depositaba en una bolsa.

Enfermera 3: Vuelvo en un momento, pero si necesitan algo, llámenme. -Salió del cuarto.

-Gracias por todo lo que haces por nosotras. -Dijo sentándose a mi lado

-No tienes que agradecerme nada, Emma a sabido ganarse mi cariño. Es tan linda. -Era totalmente sincera, esa pequeña niña había sabido ganarse mi cariño, era un amor, no se merecía estar casi todo el tiempo de su vida en un hospital, y todo por culpa de una madre desnaturalizada y ambiciosa. Después de pasados 10 minutos, o eso creo, me sumergí en un profundo sueño, y solo sentí los cálidos labios de Laureb sobre los míos, y su voz diciendo. -No, preciosa.

Desperté ya sin la aguja en mi brazo y con una gasa, quise levantarme, pero un mareo me regreso a la cama, trataba de sostenerme, pero no podía.

Casada con una extraña -Camren G!P-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora