24

3.8K 132 1
                                    


Darrell estuvo dejando obsequios en el casillero de pammy por toda la semana. Lara jean le dijo que ella debía saber que él lo sentía de verdad. Mi favorito fue cuando saco al rey y la reina de sus barajas de pocker. Corto el corazón de la esquina superior, dibujo una mano y la adhirió a la carta de manera que parecía que el rey tenía el corazón en la mano, y se lo ofrecía a la reina. Con letra horrorosa puso "Lo siento" Parecía la gran cosa para mí.
Gracias al cielo pammy se hablando, y enloqueció cuando encontró en su taquilla un peluche del gato con botas, con esos ojos enormes y el sombrero en las garritas. Miro a darrell con ternura de nuevo.

—Lo siento pammy. —Dijo darrell.

Pammy se acercó a él y lo rodeo con sus brazos. —Yo también. —Dijo.

—He hablado con mi madre, no volverá a portarse de esa manera contigo. —Dijo darrell, tomándola de los brazos, para mirar su rostro.

Él lo había hecho, después de discutir con su madre por un rato, y que su padre se hartara. Les hizo callar a los dos.

—¿Permitirás que haga esto aunque este en lo correcto? —Espeto darrell para su padre.

—¿Qué tiene de malo esa chica? —Pregunto el padre de darrell, a su madre.

—Es una sinvergüenza, ¿No la has mirado? Cada que viene a casa, sale con el vestido desajustado y el cabello revuelto. Me sorprende que aún no este embarazada.

Darrell se quedó callado, porque su madre tenía razón, el no respetaba a pammy. En realidad no lo hacía con ninguna chica.

—Son solo chicos. —dijo su padre, apretándose el puente de la nariz.

—Lo son, y eso lo hace peor. ¿Qué hará darrell con un bebe?

Su padre miro a darrell con el ceño fruncido. —Hemos hablado del sexo seguro. ¿Tienes condones?

—No estamos teniendo sexo. —Susurro darrell.

Su padre asintió. Y de manera autoritaria declaro: —Pammy es bienvenida a esta casa, tanto como ella quiera. —La madre de darrell, miro sus manos que se movían inquietas en la mesa. El padre de darrell lo miro serio. Así es como darrell sabía que lo que venía era de verdad, su padre no bromeaba, ni daba segundas oportunidades. —Ya eres un hombre al uso. Pronto iras a la universidad y tu serás el único que decida sus actos, y deberás vivir con las consecuencias. Si embarazas a alguna chica, adiós a los estudios y trabajaras conmigo, sin privilegios, como un empleado más.

—Sí señor. —Dijo darrell. El sabía a lo que su padre se refería, trabajar todo el día, en labores pesadas y vivir limitado. Si de algo estaba seguro, es que no quería aquello. Nunca se perdonaría de hacerle eso a pammy.

—Eres joven chico, tienes el futuro en tus manos, valóralo. —Dijo su padre y palmeo su hombro.

Darrell se levantó de la mesa y sabía lo que tenía que hacer.

Pammy miro al piso incomoda. —Preferiría no ir a tu casa de nuevo.

—Mi madre no te odia, solo no cree que este bien, que no respetemos su presencia en la casa.

Las mejillas de pammy se sonrojaron. —Oh. —Dijo avergonzada.

—Es mi culpa. Yo debería respetarte más. —dijo el sinceramente.

—No me obligas a nada. —Dijo ella tristemente.

Darrell odiaba hacerla sentir así. Era normal que los chicos y chicas quisieran experimentar su sexualidad. ¿Qué no lo hacia todo el mundo?

Siempre y para siempre lara jean - Peter kavinskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora