Siempre y para siempre lara jean - Peter kavinsky

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Steve dio una gran fiesta por el Memorial Day dijo que sería la primera de muchas. Él no lo ha dicho, pero creo que esta melancólico por dejar su casa. Steve ira a Harvard, tampoco lo admitió pero es un rumor a voces, que es gracias al dinero de su padrastro.

Lara jean no quiso ir a la fiesta. Estamos acostados en las tumbonas más alejadas de la piscina. Si mi yo de ahora, viajara al pasado a decirle a ese peter que pasaría de una fiesta de Steve para pasar el rato en la Piscina pública, sin duda ese peter se partiría de risa. Pero aquí estoy y lo disfruto.

—Ven aquí para que pueda aplicarle a tus hombros primero —grita lara jean para kitty. La pequeña esta hablando muy animada con otra niña.

—Sabes que no me quemo —grita en respuesta.

—Solo ven hacia aquí —Inciste.

Kitty pone los ojos en blanco y hace esa mueca teatral, como diciendo "Diablos déjame en paz" Trota hacia nosotros, azotando sus pequeños pies contra el suelo.

Lara jean rocia el protector solar sobre sus pequeños hombros y comienza a masajearla con las manos: —No importa si no te quemas. Protege tu piel, así no terminas viéndote como una vieja bolsa de cuero.

Kitty se rie de ello: —Como la señora Letty. Su piel es del color del perro caliente. —dice animada.

—Bueno, no hablaba de una persona en particular. Pero sí. Ella debió usar protector solar en sus días de juventud. Deja que eso sea una lección, hermana mía.

Me pongo los lentes de sol, para evitar que las chicas me miren sonreír: —ustedes son malas.

—¡Dice el chico que lleno de papel higiénico su césped! —Espeta covey.

Kitty se ríe y bebiendo de la soda de covey me pregunta: —¿Hiciste eso?

—Todas mentiras y propaganda. —Respondo.

El rostro de kitty se ilumina. Puedo imaginarla haciendo esas travesuras, tirar huevos en las casas por Halloween, escapándose de casa para ir a alguna fiesta.

* * *

Logro convencer a covey de meterse a la piscina conmigo, el sol está caliente sobre nuestros hombros y el cabello de covey brilla por su reflejo. Si no fuera por los chillidos de los niños sería perfecto.

—No te atrevas a hundirme —advierte. Nado en círculos a su alrededor, como si fuera mi presa, acercándome más a ella en cada vuelta. —¡Lo digo en serio!

Me sumerjo en el agua y veo sus piernas, son tan blancas y torneadas. Lara jean tiene un traje de baño entero, que se ajusta muy bien a su cuerpo. La cosa más caliente que he visto, podría jurarlo. Salgo a su altura, la tomo de la cintura y la beso.

Lo empuja y susurra regañándome: —No me beses, ¡hay niños alrededor!

—¿Y?

—Y nadie quiere ver a adolescentes besándose en la piscina donde hay niños intentando jugar. ——Espeta. Mirándome a los ojos dice más seria: —No está bien.

No puedo evitarlo, estallo en carcajadas. —Eres graciosa, Covey. —Me alejo de ella, porque se ve decidida. —No está bien. —Repito imitándola y vuelvo a reír.

El salvavidas sopla su silbato, para que naden los adultos. Así que todos salen, incluyendo a covey y yo. Regresamos a las tumbonas donde están nuestras cosas, de un jalón acerco más la tumbona de covey a la mía.