(59) Fin de la cuarta parte.

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2 de Octubre de 2016. (Una semana después)

— Despedí a la secretaria de Martín. — Dice Julián entrando a nuestra habitación.

Estoy acostada en la cama con mi vieja portátil Betsy.

— ¿Y a Martín no le importa? — Pregunto.

Niega con la cabeza mientras se acuesta en lo ancho de la cama y abraza mis piernas desnudas.

— El negocio es de los dos. Eso quiere decir que los empleados también son de los dos. Hablamos de abrir otra pequeña sucursal...pero aún es muy pronto como para iniciar tanto papeleo. — Me cuenta.

— Lo que sea que hagan, lo harán bien. Ambos son muy exitosos en lo que hacen ¿Dónde aprendiste a manejar todo el negocio tan bien? ¿Te lo enseño tu padre? — Pregunto.

Niega con la cabeza.

— Hice un año de Administración de Empresas en la Universidad. Se manejar la mayoría del papeleo. Lo dejé por un año para buscarte a ti... — Me besa una rodilla. — Y ahora que te encontré, puedo volver.

Me le quedo mirando perpleja. ¿Fue a la Universidad y yo nunca me enteré?

— Nunca lo mencionaste... — Le digo en tono ofendido.

— Tú nunca me preguntaste. — Contesta sonriendo.

Lo miro con decepción. Decido cambiar de tema.

— ¿Por qué despediste a la rubia? — Pregunto.

— Me tenía cansado, estaba todo el tiempo buscándome y quedó muy afectada desde ese día que te conoció. Martín le dijo que la recomendará en otras empresas. De mi parte, ya no quiero ni verla.

Suspiro. A veces Julián puede actuar como si todo y todos le importarán una mierda.

— Lamentablemente soy así. — Espeta de golpe como si hubiera leído mis pensamientos. — A veces sólo me interesas tu y nada más.

Sigo tecleando mi portátil. A veces no quiero escucharlo. Tecleo dos mensajes para Julieta y Alexa preguntándole que píldoras anticonceptivas me recomiendan antes de preguntar al ginecólogo. A Julián no le gustan los preservativos y yo tengo curiosidad de saber que se siente sin el.

— ¿Ya sabes lo que llevarás para el viaje? — Me pregunta sacándome de mis pensamientos.

— No. Aún no.

— Te gustará la otra sorpresa que tengo preparada para ti.

Lo miro perpleja.

— ¿Qué otra sorpresa? No gastes dinero. — Lo regaño.

— No importa. De todos modos ya tengo todo preparado y te encantará. Vamos a pasarla hermoso.

Se levanta y acerca a besarme los labios.

— Sólo quiero hacerte feliz y que me ames como yo te amo a ti.

Le sonrío en respuesta. Aún no puedo decirle esta sensación extraña que siento. Él no puede saberlo. No aún.

                               ~•~

8 de Octubre de 2016. (6 dias después)

Guardo algunos vestidos en la pequeña maleta. El bus sale para Cordoba - Argentina a las 12 del mediodía. Son casi las 10 AM y aún no he terminado de empacar. Eso me recuerda que tengo que tomarme la píldora anticonceptiva. Todos los días a la misma hora. Voy hasta mi bolso, saco una pequeña pastillita amarilla, me tomo la del sábado y ya está. Cuando tengo mi maleta lista, me miro al espejo por última vez. El pelo suelto, una blusa negra y unos jeans gris ajustados. Bajo para encontrarme con Julián. El me sonríe mientras me quita la maleta y me indica que salga. Cierra la casa y ambos entramos en el asiento trasero de la camioneta con Abel al volante. Media cuadra antes de llegar Julián se pone tenso.

— Tendrás que disculparme. Pero debo hacer esto. — Me dice mientras mete una mano en su mochila.

Yo lo miro perpleja. Saca un listón negro ancho. ¿Para qué es eso?

— Ven aquí. — Me indica.

Me acerco y él pasa sus brazos al rededor de mis hombros y me pone el listón sobre los ojos dejándome sin vista.

— ¿Qué estás haciendo Julián? — Le preguntó riendo.

— Te voy a dar tu primer regalo.

— Aún no es mi cumpleaños. Hoy es 8.

Ríe.

— Ya se. Pero cuando lo veas sabrás porque te lo doy hoy y no pasado mañana. — Me contesta.

Cuando el auto frena me ayuda a bajar. Agradece a Abel que me saluda con cortesía antes de irse. No se por donde estoy caminando pero se que es en plena calle. Julián me lleva por la cintura. Yo río divertida pero la verdad es que estoy muy nerviosa. Cuando frenamos aún estoy afuera y en un lugar abierto. Julián me toma de las manos.

— Espero que te guste amor de mi vida. — Me dice para luego besarme en los labios.

De un tirón me quita el listón. Parpadeo varias veces antes de que me pueda acostumbrar a la luz del sol y luego se me cae la mandibula al ver lo que tengo en frente. Estoy en la terminal de autobús y todos mis amigos están aquí. Esta Martín, Julieta, Mariana, Alex y Bruno. ¡No lo puedo creer!

— ¡Sorpresa! — Gritan todos al mismo tiempo.

Todos, excepto Martín corren a abrazarme. Estoy eufórica de la felicidad. No sé a quien abrazar primero. Abrazo fuerte a Mariana y Alex mientras miro a mi Batman con ojos llorosos. El moreno alto de ojos achinados, que creció conmigo me sonríe con cariño. Cuando me despegó de mis amigas, el abre sus brazos y yo le rodeo el abdomen lo más fuerte que puedo. Huele como mi padre. Mierda, voy a llorar.

— Batman. — Intento no derramar las lágrimas que amenazan con salir.

— Batichica. — Me contesta con voz suave.

Luego, a regañadientes, lo suelto. Miro a todos con una sonrisa de oreja a oreja y hago la pregunta del millón.

— ¿Qué carajos hacen aquí?

Rompen todos a reír. Miro a Julián acusatoriamente. Me pongo las manos en la cintura pensando en todo el dinero que habrá gastado. Mierda.

— ¡¿Tú hiciste esto?!

Él abre los ojos como platos.

— Sólo lo organicé y puse dinero pero no lo pagué todo yo. — Me dice.

— Nosotros teníamos ahorros para las vacaciones de verano. — Me dice Bruno.

— ¡Entonces Julián nos contactó a todos y propuso esta idea y a nosotros nos pareció genial! — Grita con emoción Alex.

— ¡Pusimos todos nuestros ahorros y lo que faltaba lo puso tu marido, Martín y listo! — Termina de decir Mariana.

¡Marido! Miro a Julián que me sonríe divertido y lo único que puedo hacer es ir y abrazarlo con todas mis fuerzas por hacerme la más feliz.

FIN DE LA CUARTA PARTE.

Solo contigo [2] (BILOGIA)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora