Solo contigo [2] (BILOGIA)

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Me pongo los tirantes del vestido y luego intento arreglar mi cabello mientras busco en el piso, las bragas de mi bikini ¡Tuvimos sexo en los vestidores para hombres! Es la primera vez que lo hacemos en un lugar público. Sacando la parte que nuestra primera vez fue en el sótano de la escuela pero aún así era un lugar privado. Fue realmente excitante.

Busco por todos lados y no encuentro la parte de abajo de mi bikini. Me volteo hacia Julián.

— ¿No viste mi bikini tirado por...?

No termino la oración. Lo tiene en la mano y me sonríe pícaro.

— Dame eso. — Le pido conteniendo una sonrisa.

Él niega con la cabeza mientras se lo mete en el bolsillo de la bermuda. Abro la boca escandalizada.

— De todos modos ya pasaste mucho tiempo en la piscina. Ve a cambiarte y vamos a pasear. Sólo nos quedan dos días y hay que aprovechar. — Me dice.

Es buena idea y tiene razón.

— ¿Y voy andar por el hotel sin bragas? — Pregunto levantando las cejas.

— Será una prueba de que te tome. — Me contesta tomando su bolso.

Me agarra de la mano y caminamos hacia los ascensores. Me siento expuesta sin nada abajo. Por suerte el vestido es lo suficientemente largo pero no puedo evitar sonrojarme cuando siento brisa fresca en mis piernas. Entonces se me ocurre una idea. Si él puede jugar estás bromas sexys ¿Por qué yo no?

Esta noche esconderé una pequeña cámara en la habitación y la dejaré prendida para cuando venga a buscarme y tengamos sexo ¡Quedé todo filmado! Río para mis adentros. Antes de llegar a los ascensores él se detiene de golpe.

— ¡Mierda! Me olvidé de avisarle a todos que ya nos vamos a preparar para salir. — Me dice.

— Es cierto... estan todos en la piscina. — Balbuceo pensando que yo también me olvidé completamente de los demás.

Creo que la próxima vez que salgamos de vacaciones hay que hacerlo los dos solos.

— Adelantate. Yo voy cuando les avise.

Me suelta de la mano y se va trotando para el lado del patio del hotel. Yo espero el ascensor, para subir a mi habitación. De la nada, un muchacho se para a mi lado a esperar.

— Buenas tardes. — Me saluda.

— Hola. — Contesto por cortesía.

— ¿Lindo día?

Asiento con una media sonrisa. Uy lo que me faltaba. El elevador se abre y ambos entramos a las 4 paredes de espejo donde logro ver a mi acompañante. Un muchacho un poco más grande que yo, moreno, ojos café y la nariz un poco grande lo que hace que sus facciones sean más prolongadas. Me está mirando y me siento extraña. Miro al piso mientras intento arreglar mi pelo.

— Se nota que estuviste refrescandote. — Me dice.

Lo miro un segundo.

— ¿Perdón?

— Por tu largo cabello húmedo. — Responde.

— Ah...si, si fuimos a la piscina con mis amigos y mi novio. — Fuerzo una sonrisa mientras ruego llegar

— Es bueno saberlo.

Junto las cejas ¿Qué? Baja la mirada y sonríe pero la sonrisa no le llega a los ojos. Las puertas se abren y el sale. Yo intento mirar para cualquier lado excepto a él.

— Por cierto, feliz cumpleaños atrasado.-— Me dice antes de desaparecer por detrás de las puertas del ascensor.

                             ~•~

Entro a mi habitación y cierro con llave ¿Ese tipo me dijo feliz cumpleaños atrasado? ¡Qué carajo! ¿Acaso me conoce? Jamás en mi vida lo había visto. ¿Debería contarle a alguien? ¿A Bruno? ¿A mis amigas?... ¿A Julián? No. No. No. Eso sería mala idea. Decido olvidarlo y espero no tener que cruzarmelo de nuevo.

Voy hasta mi equipaje y saco la pequeña cámara que compre para grabar y sacar fotos sin decirle a Julián. La había comprado sólo para sacarme fotos pero creo que voy a usar la filmadora esta noche. Preparo la cámara y la dejo escondida apuntando hacia la cama. Esta noche será interesante.

                            ~•~

Estamos en un bar. Bruno trae la bandeja con todos los tarros de cerveza. Aplaudimos mientras reímos. Julián me rodea la cintura con un brazo.

— ¡Propongo hacer un brindis por la última noche que pasamos aquí! — Dice Bruno en voz alta.

— ¡Yo quiero decir que voy a extrañar mucho a Julieta y a Ivanna! — Exclama Alex.

Miro a Julieta sonriendo pero esta se encuentra pérdida en los ojos de Martín que esta sentado a su lado mirándola con la misma cara de enamorado. Ladeo la cabeza con ternura. Hacen linda pareja.

Brindamos y reímos, cuando de la nada un escalofrío me recorre la espalda. Siento mareo y decido ir al baño.

— Tengo que ir al baño. — Le digo a mi novio en el oido ocultando mi malestar.

Toco el brazo de Mariana para que me acompañe. En el baño me lavo la cara e intento prestarle atención todo lo que puedo a mi amiga.

— ¡¿Puedes crees que soy la única soltera?!

Le regalo una sonrisa torcida.

— ¿Estás bien? — Me pregunta.

— Creo que ya fue suficiente cerveza. — Contesto.

— ¿Quieres que te lleve al hotel? Yo también tenía planeado regresar. Anoche me desvelé mirando películas y tengo un sueño que me muero, además ya son como las dos y media de la mañana. — Me dice.

Asiento varias veces. Tiene razón pero no quiero arruinarle la noche a los demás. Salgo del baño del brazo de Mariana y cuando miro a la barra me encuentro con la mirada del chico del ascensor. Me está sonriendo con una copa en la mano y la levanta ligeramente en forma de saludo. Aparto la mirada lo más rápido que puedo y ahora si tengo más razónes para largarme de aquí. No quiero que Julián se de cuenta. Cuando llegamos a la mesa le explicamos a nuestros amigos que vamos a volver.

— ¡Voy contigo! — Exclama Julián.

Niego con la cabeza varias veces.

— Quédate cariño. Aunque sea un rato más. Es la última noche.

— ¡Es verdad amigo. Estará bien y nosotros iremos después! — Le dice Martín.

Julián parpadea varias veces sin saber que decir pero termina haciéndole caso a su amigo. 10 minutos después nos subimos al taxi con Mariana camino al hotel. Subimos a la habitación de Mariana pero no puedo mantener mucho tiempo los ojos abiertos. Un rato más tarde estoy entrando a mi habitación, a punto de acostarme. Pero luego recuerdo que preparé la cámara. Me levanto, enciendo la cámara y la dejo filmando mi cama. Dormiré hasta que mi novio llegue y todo lo demás quedará grabado. Sonrío antes de quedarme profundamente dormída.