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Se limita sólo a mirarme con cara de asesino. Tiene la boca manchada con mi sangre.

— No importa lo que hagas conmigo. Yo quiero estar aquí. — Le digo entre sollozos.

Me fulmina con la mirada y se le tensa la mandíbula mientras lágrimas caen por sus mejillas. Antes de que pueda contestar, me acuesto encima de él. Apoyo mi cabeza en su pecho y lo abrazo. Como si todo estuviera bien. Siento los latidos agitados de su corazón. Pero aún así, puedo sentir que estoy en mi lugar en el mundo.

— Suéltame Ivanna. — Le tiembla la voz. — ¡No quiero que me toques! ¡¿Entiendes?!

Lanzo un sollozo y me aferro aún más a él. Niego con la cabeza.

— No me importa si no quieres. — levanto la cabeza en su dirección y fuerzo una sonrisa triste. — ¿Qué ironía no crees? Ahora yo soy la acosadora.

Él desvía la mirada de la mia y se esfuerza por no quebrarse.

— No te dejaré jamás. Eres mi hogar. — Le digo con voz suave.

— Mentira. — Contesta con rabia.

— Es cierto lamentablemente. — Contesto y mi respiración comienza a variar.

Me aferro más a mi novio. Comienzo a respirar fuerte, mi pecho se está cerrando y me falta el puto oxígeno. Lo abrazo más fuerte. Si voy a morir, que sea a su lado.

— ¿Ivanna?

Siento su voz como si estuviera debajo del agua. Mierda.

— ¡¿Qué tienes?!

Respiro más fuerte pero es inútil. Mi pecho sube y baja pero siento como si no entrará nada.

— ¡No me asustes Ivanna por favor! ¡Mírame, mírame! — Me besa la cabeza repetidas veces.

Uso el último aliento que me queda para poder decirle algo.

— Julián... te... — Pero no puedo terminar la oración.

— ¡No! ¡Respira mi vida! ¡Respira mi amor! — Me grita.

Su pecho sube y baja rápidamente debajo de mi y su corazón palpita con rapidez. Mis ojos se cierran pero aún estoy consciente. Siento que esta haciendo fuerza para liberarse de las ataduras. Siento que todos sus músculos estan contraídos y tensados por hacer fuerza. De pronto siento que la tela se rompe y sus brazos están sobre mi cuerpo. Me levanta junto con él. Tengo los ojos cerrados pero siento su boca por toda mi cara.

— ¡Reacciona Ivanna! ¡Por favor despierta y abrazame!

Puedo sentir a lo lejos que intentan abrir la puerta de la habitación y luego de un fuerte golpe alguien entra.

— ¡Papá, no está respirando! ¡Trae ayuda!

— ¡¿Julián que hiciste?! ¡¿Por que tiene sangre en el rostro?!

La mordida.

— ¡¿Acaso no escuchas papá?! ¡Busca ayuda!

No se cuanto tiempo pasa pero aún sin respirar puedo sentir el horrible momento en el que me quitan de sus brazos. Siento gritar a Julián y gente diciendo que no respiro y mi pulso es elevado. Aunque el aire no entra, me duele más que me separen de él.

                              ~•~

26 de Octubre (tres días después)

Estoy cenando con mi familia, intentando sonreír. Aún estoy débil por mi último ataque cuando fui a ver a Julián. Mis padres se enfadaron mucho cuando se enteraron que fui a "visitarlo" a altas horas de la noche. Pero aún así no se enteraron de nada más. Estoy esperando estar más fuerte para ir a verlo nuevamente. Después de lo que pasó entre nosotros ni siquiera me llamó pero voy a insistir.

Me duele mucho pensar que estaba todo bien entre nosotros. Incluso nuestras vacaciones fueron hermosas hasta ese último día. Sonrío al recordar las bromas sexys que nos hacíamos. Entonces doy un respingo ¡La filmadora! ¡¿Como pude ser tan idiota de no darme cuenta antes?!

Me levanto de la mesa con la excusa de que me siento mal y voy lo más rápido que puedo al celular. Llamo a Julieta. Me contesta en el segundo todo.

— ¡Busca en mi equipaje la cámara, dime si esta ahí por favor! — Le ruego.

— ¡Cálmate, la estoy buscando! - Me dice. — Si aquí está. No tiene batería.

Suspiro aliviada.

— Necesito que me lo envíes. — Le suelto.

Se queda callada un segundo.

— ¿Qué clase de plan estás tramando ahora Ivanna? ¿Crees que te ayudaré después de lo que pasó en la clínica?

Martín le contó como termino esa noche. Por eso tengo que inventar algo para que me mande la filmadora.

— No estoy tramando nada. Con todo el lío de esa noche olvidé si habían empacado mi cámara nueva. Y necesitaba saber que no la había perdido ¿Puedes mandármela? Quería mostrarle a mamá las fotos de las vacaciones antes de volver. — Le explico intentando hablar con calma.

Suspira aliviada.

— Claro que si nena. Te la mando con Martín. Esta noche sale para allá por tema de Julián.

Asiento con la cabeza sonriendo consciente de que nadie puede verme pensando que esa cámara tiene mi boleto a los brazos de Julián.

                               ~•~

Según Julieta, Martín llegó a las nueve de la mañana. Son las dos de la tarde. Estoy afuera de su casa. Toco la puerta y por suerte me atiende él. No se sorprende de verme.

— Hola... vine a buscar una cámara de fotos que me mandó Julieta.

— Lo sé. — Me contesta.

No puedo adivinar la expresión en su mirada. Parpadeo frenéticamente.

— Bueno, damela... por favor — Le pido extendiendo una mano.

Niega con la cabeza y yo me le quedo mirando perpleja.

— No puedo dártela porque ya se la di a alguien más. — Me dice cruzándose de brazos.

Me quedo callada un segundo ¡¿Que?! ¡¿Es broma?!

— Verás... en el viaje cargué la filmadora y vi la grabación que había.

Se me cae la mandíbula y abro los ojos como platós.

— Decidí que lo mejor sería dársela a Julián. La tiene él. Ahora lo único que tienes hacer es esperar.

— ¿En serio? — Pregunto con esperanza.

Asiento con la cabeza.

— Perdón por dudar de ti Ivanna. — Me dice de golpe Martín con voz suave.

No lo pienso, simplemente abrazo a Martin en un arrebato de emoción y felicidad. Él se queda con los brazos suspendidos por unos segundos pero luego se ríe y me devuelve el abrazo.

— No hay problema. Lo que hiciste es suficiente. Gracias... — Le contesto con una sonrisa radiante en mi rostro.

Solo contigo [2] (BILOGIA)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora