PUEDO AYUDARTE- P.JISUNG

011

Me tumbé en mi cama. Creo que nunca lo había pasado tan mal en una de las cenas que organiza mi padre con alguno de mis amigos.

Simplemente me hizo sentir muy avergonzada e incómoda.

Flashback

-¿Saldrías con mi hija?

Jisung me miró pidiéndome ayuda, pero mi padre nunca había hecho esa pregunta así que no sabía como ayudarle.

Negué ligeramente con la cabeza y él respondió que no.

-¿Acaso crees que mi hija no es suficiente para ti?

-¿Qué? No.

-¿Entonces por qué?

-Porque... -se le veía nervioso, pero al final contestó- porque me gusta vivir y si saliera con su hija usted me mataría.

La cara de mi padre cambió drásticamente, pasó de estar serio a abrir los ojos como platos. Parecía asombrado por su respuesta, pero luego volvió a estar serio.

-¿Acaso me ves así?

-Ehm... yo, pues...-me volvió a pedir ayuda y esta vez sabía que hacer, aunque mi padre me matará por faltarle el respeto.

-Basta. Esto es demasiado- habían sido pocas preguntas, pero las preguntas contaban por mil. Eran humillantes para Jisung y para mí.

Me levanté de la mesa y me dirigí a Jisung.

-Lo siento mucho. En serio.

Miré a mi padre de nuevo y agarré a Jisung del brazo.

-Ven. -Bajé el tono para que solo él me oyera- No te preocupes por mi padre, solo ven.

Se levantó de la mesa, dio las gracias a mi madre por la cena y me siguió.

Salí de la casa y me senté en la acera, le indiqué que sentara a mi lado y me hizo caso.

-Eso ha sido...- empecé a decir, pero me interrumpió.

-Muy incómodo y raro.

-Lo sé y lo siento. Pero no le guardes rencor, no lo hace con mala intención. Cree que me protege, eso es todo.

-Eso no quita lo incómodo.

-Ya- nos quedamos en silencio y luego le pregunté algo que me dio curiosidad- Una cosa, la pregunta que te hizo mi padre.

-¿Cuál?

-La de si saldrías conmigo.

-¿Qué pasa con esa pregunta?

-¿Qué ibas a responder? Si no quieres no respondas, pero me dio curiosidad.

-Al principio pensé en decirle que no, pero la respuesta era sí.- abrí mucho los ojos e hice todo lo posible por no mirarle cuando él lo hizo- Somos amigos ¿cierto?

-Sí.

-Algunas amistades llegan a más que eso y la nuestra podría no ser una excepción. Eso no significa que me gustes. Solo es la verdad, cualquier cosa puede pasar.

-Ah . De todos modos lo siento, por todo.- hice una pausa- Tuve que haber vuelto sola esta mañana. Nos habríamos ahorrado todo esto.

-No pasa nada. Ya podré tachar de mi lista de cosas por hacer ser humillado por un padre.

Nos reímos y de pronto la puerta se abrió mostrando a mi padre muy enfadado.

-Tú- me señaló- entra ya. Y tú- dijo señalando al chico que estaba a mi lado- Vete y como vuelva a verte por aquí, estás muerto.