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Llevaba una semana sin salir de la casa de Taeyong y ya tenía pensada la universidad a la que iría, esos días me sirvieron de reflexión y pronto volvería a casa, para volver a marcharme. Como en clase ya no hacíamos nada no importó que no fuera así que bastó con que Taeyong dijera que estaba enferma.

El tiempo pasaba y cada vez me sentía mejor. Lo de mi padre fue un golpe demasiado bajo para mí y nunca más le veré como antes, tampoco le perdonaré pero al menos ya puedo dormir mejor por las noches.

Tocaron a la puerta, ya era la hora de que Taeyong llegara. Llevaba como cinco horas en el supermercado.

-Aquí está todo.- me tendió una bolsa y la dejé sobre la cocina para ayudarle con lo demás y empezar a acomodar, por suerte éramos dos, sino habríamos tardado mucho más.

-Una cosa. -dijo cuando acabamos.

-¿Sí?

-¿Estás bien? Probablemente estés muy aburrida todo el día viendo televisión y solo conmigo, pero tampoco sé qué hacer.

Me acerqué a él y le di un abrazo.

-Gracias, sé que puedo contar contigo, ya estoy mucho mejor.-sonreí y le di las gracias- Taeyong, te quiero mucho, no sabes cuanto te debo por dejarme quedarme aquí.

-Tu compañía es suficiente, esto era aún más aburrido cuando no estabas.

-Wow, ¿eso es posible? -asintió- Ahora me siento mucho mejor.

-He pedido pizza, pero voy a salir un momento. Si llega, ahí está el dinero.

-Ok -dije- Pero antes de que te vayas...

-¿Sí?

-El baile es en un par de días así que mañana vuelvo a casa.

-¿En serio? -Asentí- Está bien. Hablamos por la noche. -¿por la noche? ¿Por qué no cuando regrese?

Abrió la puerta y se fue dejando pasar a un niño pequeño.

-¡Hyunsik!- mis ojos se iluminaron y fui corriendo a cogerle en brazos- ¿Qué haces aquí? Deberías estar durmiendo- le dije cuando bostezó.

-Te echaba de menos- dijo haciendo un puchero.- Pero no soy el único- sonrió y señaló hacia la puerta.

En cuanto lo dijo, entró mi hermana.

-¡Bonhee! Mañana pensaba regresar.

-¿En serio? Me lo tuviste que haber dicho, me habría ahorrado el pasaje del bus. Por cierto, lo sé todo. No me lo esperaba.

Hablamos un par de horas más y cuando se fueron miré el dinero que había dejado Taeyong en la mesa. ¿No había pedido pizza? Como si fuera por arte de magia tocaron el timbre de la puerta exterior diciendo que había llegado la pizza, más le valía que fuera gratis. Llegaba tres horas tarde.

Cuando volvieron a tocar el timbre cogí el dinero y abrí la puerta. 

 Un chico con una caja de pizza extendió la mano esperando el dinero y se quedó mirando al suelo.

-¿Sabe lo tarde que ha llegado? En todo caso debería pagarme usted a mí, eso estará más frío...

-¿Cómo quieres que te pague? -levantó la cabeza y me quedé sin habla- Te noto sorprendida.

-Jisung...

Estaba más flaco de lo normal y tenía ojeras como si no hubiera dormido durante días pero, sin embargo, sus ojos no se separaban de los míos, como si yo fuera un espejismo y si mirara a otro lado yo desaparecería.

PUEDO AYUDARTE- P.JISUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora