019

806 55 11
                                    

Cuando me desperté tenía la mano de alguien en la cara y alguien estaba encima de mi pierna.

Habíamos decidido dormir todos en el suelo, pero por respeto a mi persona, Jeno me dejó su cama así que los seis chicos estaban en el suelo. Eso fue lo que decidimos, pero al parecer me caí en la noche, por eso estaba en el suelo.

La mano era de Renjun así que me la quité de encima con mucho cuidado para que no se despertara, y el que estaba encima de mi pie- que por cierto se me empezó a dormir- era Haechan. Intenté sacar mi pie con delicadeza porque tampoco quería despertarle, pero fue imposible, tenía mi pie en toda su espalda, por eso cuando lo quité se golpeó.

-¡Ay! ¿Qué hora es?- me preguntó. Miré mi reloj y le respondí.

-Son las 6:30.

-¡¿Hemos dormido 2 horas?! Ahh- se quejó- tengo sueño.

-Yo también.- dije- Pero deberíamos levantarnos y hacer el desayuno ¿no? Me refiero... Jeno nos ha dejado a los 6 quedarnos en su casa, ¿no deberíamos hacer algo por él?

-Se nota que eres nueva aquí- dijo refiriéndose a su grupo de amigos.- Sí hace algo es porque quiso, hace años hicimos un contrato y Renjun lo firmó hace poco, el contrato decía que si alguien hacía algo bueno por el resto no debía esperar nada a cambio. Bueno, eso y algunas cosas más, pero eso es lo que cuenta ahora mismo.

-Me da igual, vas a ayudarme a hacer el desayuno. Has dormido encima de mi pierna y no si quiera sé cómo porque cuando nos fuimos a dormir yo estaba en la cama, por lo tanto me caí, en todo caso mi pierna tendría que haber estado encima tuyo, no debajo.

-¿Y? A penas he dormido 2 horas, no me apetece levantarme a hacer cosas, quiero seguir durmiendo.

Me dio igual lo que me dijo, así que me levanté y tiré de él. Pesaba bastante, pero era lo suficiente fuerte como para arrastrarle.

También di gracias a que la casa de Jeno era solo de una planta porque si no el camino habría sido mucho más largo. Cuando llegué a la cocina estaba cansada, así que me senté en la primera silla que vi mientras él seguía tumbado en el suelo.

-Ya, levántate.- dije- No me seas terco.

-No quierooo.

-Agh. Por favor, haré lo que sea por ti otro día. - en cuanto dije eso se levantó de golpe y me miró.

-¿Lo que sea?- asentí, aunque ya no tan convencida como antes- Vale, entonces necesito que vengas a mi casa el sábado. Mis padres quieren presentarme a empresarios importantes porque quieren que herede su empresa. Y aunque no me han dicho que tenga que llevar a alguien como acompañante, tengo que hacerlo por dos motivo. El primero es que aunque no me hayan dicho nada que quieren que lleve a alguien y el segundo es que quiero convencerles de que no soy gay, porque creen que lo soy.

-¿Y lo eres?- pregunté. Solo para hacerle sentir incómodo.

-No, claro que no.

-¿Entonces que quieres que haga?

-Que me consigas una pareja. Y si no lo consigues tendrás que fingir.

-Ok, trato hecho.

Sellamos nuestro trato con un apretón de manos y se puso a cocinar.

Cuando llegaron las siete y diez había conseguido preparar 7 platos de huevos con bacon, zumo de naranja recién exprimido y chocolate caliente. Yo ya había puesto la mesa, así que solo colocamos los platos, los vasos, las tazas y los cubiertos para que después se tumbara en el sofá y me mandara a despertarles.

PUEDO AYUDARTE- P.JISUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora