PUEDO AYUDARTE- P.JISUNG

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-Bueno, ¿qué quieres hacer en esta semana? Ya sabes, para que sea algo memorable.

-¿Memorable? -pregunté confusa- ¿Por qué debería ser memorable?

-Porque es tu última semana aquí antes de que los chinos te secuestren. -dijo Haechan refiriéndose a Chenle y Renjun.

-Prefiero que sea algo normal, como si nada fuera a cambiar. -señalé la gota de helado que se derramaba por la mano de Haechan y lo tomé como una señal para que nos diéramos prisa- Apúrate, Jaemin y Jeno nos estarán esperando.

-¿Por qué solo les llamaste a ellos a parte de a mí?

-Porque Renjun y Chenle están ocupados guardando cosas para la mudanza y dijeron que vendrían más tarde y Mark estaba... ¿ayudando a su madre a limpiar? La verdad no estoy muy segura.

-¿Y Jisung? -al no responderle se alarmó- Quedasteis como amigos, ¿verdad?

-No... No lo sé.

-¿Cómo que no lo sabes? Si fuiste tú la que rompió con él.

-Bueno, yo le pedí que lo hiciera por mí. Y el día de la graduación me dijo que esa tarde me avisaría para hablar y ni me ha enviado un mensaje. He supuesto que directamente ya no quiere hablar conmigo nunca más así que no le he hablado yo tampoco. No quiero molestarle.

-¿Por qué sois tan complicados? Le preguntaré esta tarde, ahora que lo mencionas lleva un par de días sin hablar con nadie, al menos que yo sepa.

Después de que Haechan se comiera lo que le quedaba del helado pudimos pasar a la tienda en la que Jaemin y Jeno nos estaban esperando.

-Mira que habéis tardado, ¿habéis construido el autobús en el que veníais? -preguntó Jeno mientras dejaba un boli en su sitio después de escribir algo en un papel- La mano me duele de tanto escribir en esa hoja.

-¿Y qué has escrito? -preguntó Haechan- ¿Una carta de amor?

-Lo que entró en el último examen que hicimos. Lo sé, es bastante triste.

-Bueno... ¿por qué nos has traído aquí Youngmi? -preguntó Jaemin para evitar hablar de los estudios que acabábamos de terminar.

-Quiero hacer una tarta. Una tarta muy grande, para todos nosotros y nuestras familias.

-¿Por qué?

-De agradecimiento. Por aguantarnos siempre y porque así tendrán un bonito recuerdo de nosotros. Y podremos comer tarta hasta reventar.

-Me gusta esa idea. -dijo Haechan cogiendo un carrito- ¡Yo voy a por la harina!

Salió corriendo y después de una hora comparando precios y mirando recetas que podrían salir bien, fuimos a la caja a pagar.

-Serían 58.000$.

-Ehmm... vale.

No pensábamos pagar tanto, así que cuando nos dimos cuenta nos faltaban 8.000$.

-Un segundo. -le dije a la cajera. Me giré hacia los chicos y les llamé.

-¿Qué ocurre? -preguntó Jaemin preocupado.