PUEDO AYUDARTE- P.JISUNG

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[YOUNGMI]

—¿La última? —me preguntó Jisoo.

—Sí. El director nos llamó para decirnos que nos daríamos clases mutuamente y teniendo en cuenta la hora no comeré con vosotras.

—¿Entonces qué hacías ahora hablando con Jisung? —me preguntó Sunhee moviendo las cejas.

—Planear lo que íbamos a hacer a partir del lunes.

—Claro. Lo que tú digas. —me dijeron a la vez.

—Sí, lo que yo diga. Venga, comed ya o se enfriará.

A veces me arrepiento de haberlas escogido como amigas pero luego recuerdo que son geniales y se me pasa. Pero solo hemos hablado 2 segundos y seguro que ya están haciendo planes de boda.

Fuimos hablando de camino a nuestras casas hasta que cada una llegó a la suya y yo me quedé caminando sola.

Por el camino vi a un chico con el pelo negro pero con mechas azules. Se me quedó mirando y por algún extraño motivo me pareció haberle visto otras veces, pero no me acordé de dónde y seguí con mi camino hasta que entré en casa y me recibió un rico olor a Bibimbap.

—Hola mamá, ya llegué. —grité para que me oyera desde la cocina— Voy a dejar mis cosas y ahora bajo a comer ¿ok?

—Está bien, hija, pero date prisa que la comida ya está casi lista.

Subí a mi cuarto y vi camiones de mudanza, eso solo significaba una cosa, vecino nuevos. Solo espero que no sean como los otros vecinos ruidosos que estuvieron hasta dos meses atrás.

Dejé mis cosas sobre la silla de mi escritorio después de mirar un poco más para intentar ver a los nuevos y cuando por fin me rendí me di una ducha rápida para luego bajar a comer.

—Youngmi, siéntate ya a comer, que tus hermanos tienen hambre. —me senté rápidamente y automáticamente todos ya teníamos comida en la boca excepto mi madre— Bueno, ¿qué tal te ha ido el día?

—Oh, pues como siempre. —dije como todos los días, hasta que me acordé de que había habido un pequeño gran cambio— Aunque el director me ha "obligado" a darle clases a Jisung, un compañero de clase.

—Será una buena experiencia, te lo aseguro.

—¿Como estás tan segura? —le pregunté antes de meterme arroz en la boca.

—Así es como conocí y me enamoré de tu padre. —me dijo rememorando aquellos tiempos.

—Ah. —fue lo único que acerté a decir.

Seguimos comiendo mientras yo me arrepentía del aperitivo que había tomado con mis amigas, quería más, pero no me entraba.

—Por cierto, hoy van a venir a cenar los nuevos vecinos. —dijo mi hermana mientras recogía los platos— Les he invitado y parecen muy majos. Recién se han mudado desde China.

—¿Y con qué permiso has hecho eso? —preguntó mi madre algo molesta.

—Con el de papá. —mi hermana sonrió y se fue rápidamente con los platos.

—Pero él no es el que cocina. ¡Ni siquiera está aquí!

Subí a mi cuarto después de lavar los platos que Bonhee había dejado encima de la encimera y me encontré un mensaje de un número desconocido. Hora de bloquear antes de que me llenen el móvil de promociones.