Habían transcurrido dos semanas completas desde que TaeHyung recibió a sus primos en su casa y, si las cuentas no le fallaban, hacía alrededor de unos cuatro días que había hablado por última vez con Seok Jin.
JungKook no podía explicar con exactitud cómo ni por qué las palabras de aquella llamada telefónica habían quedado grabadas a fuego en su corazón. Muchos conocidos le habían dedicado palabras similares durante meses, después del accidente. Pero jamás los había escuchado o había siquiera recordado de tal forma sus palabras de aliento.
Tal vez saber aunque mínimamente que el chico había pasado algo similar, suponía, que lo suyo fue suficiente para que quedara grabada en su mente como una canción pegajosa, de esas que escuchas en la radio y terminas cantando durante todo el día.
Salió de la oficina de un hombre importante que pensaba hacer un hotel y que había recurrido a él para eso. El plano ya lo tenía en mente, algo sencillo pero elegante, tal y como ese hombre le había pedido. No sería nada complicado, aunque le podría llevar unos días para que todo quedara perfecto y no tuviera quejas.
Al salir su chofer lo esperaba cerca para llevarlo al auto, el hombre (que seguro tenía la edad de su padre) era de completa confianza, casi como un tío. Uno que nunca tuvo.
-Joven Jeon, ¿Cómo le ha ido con el señor Oh?
-Bien, he aceptado hacer el hotel.-respondió secamente.
El señor Lee se quedó callado al entender que el menor no quería hablar de nada más, así que lo llevó hasta el auto donde se encargó de subirlo para luego ir a su puesto y conducir camino a la casa.
Kook se perdió en sus pensamientos, mirando hacia la ventana sin prestar atención al paisaje que pasaba frente a sus ojos. La frase de Seok Jin presente en su mente: "Hay cosas peores en la vida que vivir sin caminar... Ver a tus seres amados sufrir".
Sin poder evitarlo observó al señor Lee a través del espejo retrovisor y se preguntó cuántas veces había aguantado su mal humor y sus insultos en ocasiones en las que el odio hacia sí mismo era tan insoportable que terminaba por descargarse con el resto. Fueron incontables las veces en que el pobre hombre lo había escuchado en silencio, sin responder a nada, sólo limitándose a ser su chofer. Sabía que bien podría renunciar y conseguir otro trabajo, su padre le daría una buena recomendación, incluso lo ha escuchado pedirle al pobre hombre renunciar antes de seguir aguantándolo. Pero no, el señor Lee jamás ha aceptado la propuesta y ha seguido fiel a él. Y sabía que el dinero no tenía nada que ver con eso, porque el pobre Lee podría recibir mucho más dinero del que le pagaba y estar con una persona más agradable que él. Lo sabía y aun así seguía siendo su chofer.
-Señor Lee.-llamó viendo como el mayor le dedicaba una pequeña mirada antes de seguir viendo al frente.
-¿Sí, joven Jeon?
-¿Por qué sigues siendo mi chofer?-preguntó directamente observándolo a través del espejo retrovisor.
-¿Por qué no, joven Jeon?
-Mi malhumor constante, mis insultos hacia ti, creo que esos son suficientes motivos como para dejar de ser mi chofer.-respondió con calma.
-Tal vez, pero lo conozco desde hace ¿Cuánto, joven Jeon? ¿Veinte años? Sé que no es así.-sonrió paternalmente-lo que ha pasado no es fácil y en muchas ocasiones sé que necesita irradiar su odio de alguna forma para sentirse mejor, así que está bien, no me molesta, joven Jeon. Después de todo usted es como un hijo para mí y mi prioridad es verlo feliz.
JungKook volvió a desviar su mirada hacia la ventana tras esa respuesta sincera. Aún era muy complicado entender a las personas que eran así, tan amables y entregadas a una persona sin importar su carácter, comprendiéndola e intentando ayudarla aun cuando esta no acepta ayuda.
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Sonríe [KookJin]
ФанфикJungKook es un joven arquitecto que, tras un accidente, termina en silla de ruedas sin la esperanza de volver a caminar. Amargado con la vida misma, cree que ya no tiene posibilidades de ser feliz por lo que se concentra en su trabajo para olvidars...