-Sonríe LVIII-

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Seok Jin tocó la puerta del despacho de JungKook, lo estaba buscando para informarle que su padre le había confirmado que podían ir a cenar esa noche. Según Eun Yeong, su hijo estaba ahí, pero al no recibir respuesta comenzó a dudarlo. Abrió la puerta, asomándose para encontrar el cuarto vacío y un plano sobre el escritorio. Curioso se acercó, viendo muchas líneas a las que poco a poco comenzó a encontrar sentido, en especial cuando leyó en la parte superior una pequeña leyenda que decía: Nuestro hogar. No hacía falta preguntarle de quiénes hablaba, mucho menos al ver el pequeño corazón al lado de las palabras. Era muy claro.

-¿Te gusta?-sobresaltado miró a JungKook ingresar al despacho.

-Bueno...nunca antes había visto líneas tan rectas y lindas como estas así que supongo que sí, me gusta-bromeó, su novio rodó los ojos con una sonrisa.-la verdad, entendí algo. Pero me gustaría que me lo explicarás mejor ¿Qué dices?

-Con gusto, bebé-cuando estuvo cerca de él, lo jaló hacia sus piernas y luego comenzó a señalar cada lugar del plano, acariciando su cadera y brindándole pequeños besos en los hombros.

Le contó todo, detallando cada línea y haciéndole ver las cosas de manera distinta a como hizo en un principio. Le maravilló escuchar sobre cada cuarto y la decoración que JungKook tenía en mente. También le pareció tierno que JiMin estuviera involucrado en eso, haciéndose cargo del jardín el cual terminaría pocos días antes de agosto. Sería algo muy especial y único, sería su hogar y el de JungKook.

-Me encanta-dijo cuando terminó de detallarle todo, inclinándose le dio un beso en los labios-te amo, JungKook.

-Y yo a ti...pero aún tenemos un problema con esto.

-¿Qué problema?

-¿Dónde construiremos la casa? Te doy el permiso de elegir Seúl, Daegu o el lugar que gustes, donde te guste más ahí haremos nuestra casa.-Kook lo tomó de la cintura, acercándolo a él para besarle el cuello-decide rápido, tengo ganas de darte cariño.-cuando sintió las manos en su cadera, rozando sus nalgas, supo qué tipo de cariño quería darle.

Pensó, en el momento que Kook dejó de besarle el cuello, qué lugar sería el más indicado para construir su hogar. Daegu era el lugar que su corazón le indicaba pero Seúl era el lugar de JungKook, y si su pareja era feliz ahí, entonces él lo sería también a su lado.

-Seúl está bien.-sintió la mirada de Kook sobre él, analizándolo.

-¿Seguro?

-Por supuesto-su voz tembló ligeramente pero se mantuvo firme.

-¿Por qué me parece que estás mintiendo?

-Porque no confías en mí-Seok Jin hizo un puchero, cruzándose de brazos fingiendo ofensa.

-Claro que confío en ti, bebé, pero te conozco y sé cuándo mientes y cuándo no.-JungKook le acarició la mejilla, su puchero fue desapareciendo lentamente.

-Mmm...no me gusta que me conozcas tanto-acercándose repartió besos en el cuello hasta llegar al lóbulo de la oreja.

-Lo sé, por eso intentas hacerme olvidar de lo que estábamos hablando.

-Shh, sólo bésame.-Kook nunca era realmente fuerte cuando pedía eso usando una voz suave y sumisa.

Por eso pronto sintió la boca de su pareja, casi comiéndose la suya y tocando su cadera con necesidad, apretando con sus dedos y descendiendo hacia los muslos para acariciarlos por sobre la tela del pantalón. Esas caricias le encantaban, lo elevaban al cielo y lo hacían sentir especial. Sentía que JungKook y él eran uno para el otro, que eran el complemento perfecto de sus almas. ¿Era normal sentirse tan necesitado y enamorado de un hombre? ¿Era sano sentir tan intensamente con alguien? A veces sentía como si el amor que lo inundaba terminaría por ahogarlo. Era increíble y al mismo tiempo tenebroso, ¿Cómo haría para camuflar sus ganas de estar abrazado a él todo el día? ¿Cómo hacer para que no notara que lo extrañaba cuando no lo veía o lo sentía cerca? Amar tanto tenía que estar prohibido, definitivamente tenía que ser así.

Sonríe [KookJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora