-Sonríe XXVIII-

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Seok Jin estaba tan cómodo en su cama que al sentir a JiSoo saltar sobre él quiso arrojarla fuera, estaba calentito bajo las mantas y muy a gusto como para abrir los ojos. Ella insistió, saltando sobre él y sacudiéndolo hasta que la miró soñoliento, casi con ganas de matarla.

-"Arriba, príncipe dormilón."-dijo ella, él apenas pudo leer las señas.

-No quiero.-apenas alcanzó a decir, supo que ella leyó sus labios porque sonrió.

-"El desayuno ya está servido, vamos, despierta."-JiSoo volvió a sacudirlo divertida hasta quitarle las mantas, Jin aprovechó ese momento para tomarla de la cintura y acostarla a su lado.

JiSoo se acomodó en su pecho, acurrucándose como cuando era una niña pequeña buscando refugio entre sus brazos. Él simplemente acarició su largo cabello hasta que su madre fue por ambos para desayunar.

~Sonríe~

Al finalizar el desayuno, Eun Yeong decidió salir con su esposo, Cho Hee, JiSoo, Elizabeth y Sook a dar un paseo. JungKook se negó por lo que Seok Jin decidió quedarse con él a hacerle compañía.

Preparó chocolate caliente y horneó unas galletas con chispas para poder quedarse juntos, mirando por el ventanal la nieve del jardín. Kook se veía tranquilo, disfrutando de la infusión tibia mientras observaba el paisaje. Seok Jin lo miraba sonriendo sutilmente al ver esa mueca tan relajada del mayor. Sus ojos se veían tan dulces y su piel tan perfecta, con la luz sentía que veía a un ángel. Al menos así solía verlo cuando no estaba de mal humor por temas de trabajo o algo parecido.

Llevó la taza azul que tenía hacia sus labios, posando el borde en ellos y jugando para luego dar un pequeño sorbo, deleitado por el dulce sabor y el olor aun de las galletas recién horneadas.

-¿Sabes? Hacía mucho tiempo que no me sentía tan bien como ahora.-dijo Kook, aun mirando la nieve que caía en el jardín.

Jin sonrió, dejando la taza a un lado para tomar una de las galletas con chispas.

-Eso quiere decir que soy muy buena compañía-bromeó antes de dar la primera mordida, pero Kook no rio, sólo lo miraba fijamente.-Hey, sólo bromeaba.

-En realidad creo...que lo que dijiste fue muy cierto, eres una muy buena compañía para mí.-la mano del mayor se acercó a él y con su pulgar limpió las migas de la comisura de su boca-desde que te conocí he empezado a sentirme más feliz, a ser...más el JungKook que murió el día del accidente. Eres como un ángel que revivió todo y más de mi verdadero yo.

Seok Jin bajó la mirada ante esas palabras, abochornado por la sinceridad pero agradecido por ella. Siempre había sido algo tímido ante confesiones sinceras de la gente con respecto a él, por algún motivo tendía a sonrojarse y desviar la mirada, como cuando YoonGi le dijo, a la edad de trece años, que a pesar de que su risa era chistosa aun así seguía siendo bonita. O como cuando TaeHyung le dijo (un día de navidad en el que había ido vestido todo de blanco) que se veía tan sublime como un espíritu del bosque. Los halagos tendían a ponerlo rojo en cuestión de segundos sin importar de quién viniera.

No dijo nada, simplemente dejó que el pulgar del mayor limpiara su boca suavemente, quitando las migas hasta no dejar ninguna y separarse lentamente. Podía jurar que su mirada seguía en él, observándolo como si lo detallara, memorizando cada rasgo de su cara. No supo por qué lo analizaba tanto, pero a pesar de incomodarlo no le molestaba.

-Por algún motivo... me siento extraño contigo.-susurró Kook y en ese momento lo observó dudoso-es como si...no quisiera compartirte con nadie y quisiera tenerte para siempre conmigo.

Sonríe [KookJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora