Sonríe [KookJin]

-Sonríe LVI-

Al abrir los ojos Seok Jin se desconcertó al no ver a JungKook a su lado, pero en su lugar había una rosa blanca con una pequeña nota que le comunicaba que ese día irían a desayunar a una cafetería hermosa que él conocía. Sonrió enamorado antes de levantarse de la cama y alistarse para la inesperada salida.

Se puso algo bonito, pero no muy llamativo, y bajó encontrándose con su pareja esperándolo en la sala. Elizabeth se había encargado del desayuno del matrimonio Jeon.

-¿Nos vamos, ramé?-preguntó Kook extendiéndole la mano.

Cuando Jin la tomó, él la jaló hacia sus labios y le dio un beso en el dorso que lo sonrojó. Apenas pudo asentir en respuesta.

JungKook sonrió divertido, guiándolo hasta el auto de Lee para irse ambos a la cafetería. Jin intentó saber dónde iban exactamente, pero su novio se negó a decirle cualquier cosa relacionada con su destino y, en su lugar, lo distrajo con conversaciones sin importancia.

Aun así no pudo evitar que vea el hermoso sitio al que llegaron, rodeado de plantas y árboles que daban una agradable sombra. Tenía un toque natural que hacía de esa cafetería un paraíso. Encantado bajó y se dirigió con JungKook a la entrada, siendo recibidos por una mujer de unos cuarenta años que les sonreía con amabilidad.

-Oh, señor Jeon, que alegría tenerlo a usted y a su pareja aquí-habló ella sonriendo mientras lo guiaba-les guardé una mesa en el mejor lugar, espero que les agrade.

Ella no mentía al decir que la mesa estaba en el mejor lugar, definitivamente ese era el sitio más hermoso donde Seok Jin había desayunado. La mesa, de color blanco con un fino mantel y sillas a juego, estaba rodeada por un jardín lleno de flores, con un techo abierto que permitía un juego de sombras interesantes que generaban un ambiente tranquilo, especial para un desayuno de dos.

Cuando la mujer se fue con sus pedidos, miró a JungKook, buscando una respuesta con respecto a ese lugar.

-Fue el primer proyecto que hice junto a JiMin. Juntos diseñamos toda la cafetería, aunque gran parte de la decoración la planeó JiMin. Ama los jardines y lugares con más naturaleza que estructura humana.

-Es un lugar muy bonito. Bueno con dos arquitectos tan buenos como ustedes no es de extrañarse.

-Creo que elogias demasiado lo que hago.

-No, digo la verdad-sonrió viendo una margarita cercana-me gustaría tener un jardín así también, un lugar donde leer bajo la sombra de un árbol. Sería tan feliz con un lugar así.-volteó a ver a su futuro esposo quien parecía pensativo.-no me hagas caso, olvídalo. ¿Te molestaría dar un paseo después?

-Claro que no, ¿algún lugar en especial al que quieras ir?-sonrió haciendo una grulla con una de las finas servilletas de papel.

-Donde tú quieras, siempre que esté contigo el lugar no importa mucho.

-Oh, entonces no te importaría si te llevo a pasear a un burdel ¿cierto?-una sincera carcajada escapó de sus labios.

-No suena mal ver mujeres semidesnudas ¿me permitirás tocar y no sólo ver?

-Si te urge tocar, tócame a mí ¿no?-a pesar de que rio, no pudo evitar sonrojarse ligeramente ante esas palabras.-pervertido, hablo de que me toques el rostro, los brazos ¿en qué pensabas?-el sonrojo aumentó.

-Tonto-murmuró con un pequeño puchero, la mano de su pareja se posó sobre la suya.

-Vamos, no te enojes, bebé. Esta noche podrás tocar lo que quieras-cuando le guiñó el ojo sintió la necesidad de arrojarle con algo, pero en ese momento la mujer de antes volvió con sus pedidos.