- Mamá ya estoy en casa -aviso entrando por la puerta.
- Celia, ¿sabes por qué está esa toalla en el sofá?
- No, pero queda bien -digo disimulando. Aunque queda horrorosa. Mi madre hace un gesto raro y sigue cocinando.
Voy hacia mi habitación, dejo la mochila en el suelo y me cambio poniéndome ahora el pijama. La verdad es que podría haberme ido con la parte de arriba del pijama y una chaqueta encima. Tomaré nota para cuando entre del todo el frío y me de pereza cambiarme por las mañanas.
Mientras se hace la comida decido ponerme a estudiar. No puedo suspender, y encima he faltado hoy a clase. Me cago en Kate, es una mala influencia para alguien como yo.
En verdad soy yo la mala influencia. He hecho lo que ha hecho hoy ella mil veces en su casa.Tras una hora estudiando y mi madre sin llamarme, salgo de mi cuarto y voy a la cocina, donde veo un plato de pasta con todo echado.
- ¿Mamá? -pregunto por ella mientras me asomo al salón, pero no obtengo respuesta.
Cojo mi móvil de la habitación y la llamo.- ¿Dónde estás? -le pregunto mientras pongo el plato de pasta sobre la mesa.
- He salido un rato cariño -responde dulcemente.- Después voy a casa.
- Vale -cuelgo.
Desde que mi padre se fue de casa dejándonos hace siete años, mi madre y yo hemos estado más unidas que nunca, hasta ahora. Hace unas semanas que estamos bastante distanciadas y nos hablamos con cierta frialdad a veces.
A mi padre lo quería más que a nadie en este mundo, lo pasé bastante mal hasta hace dos años, cuando apareció Hugo, mi novio. Él me ha ayudado a superarlo como nadie me ha ayudado. Ni siquiera Kate.Tras pensar bastante, al fin me termino la comida y meto el plato al fregador.
Voy hacia el sofá grande y me tiro en este quedando tumbada. No me lo pienso dos veces y cierro los ojos intentando quedarme dormida.Mi teléfono suena haciendo que me despierte. Lo cojo de la mesa estirando el brazo y descuelgo sin mirar quién llama.
- ¿Quién? -respondo con voz adormilada.
- Celia amor -dice Kate con voz dulce al otro lado del teléfono- Vente a mi casa, son las seis ya.
- Pf -suspiro- En media hora estoy.
- Cógete paragüas está lloviendo a muerte, ¡adiós! -e inmediatamente cuelga. Sabe perfectamente que lloviendo no salgo a ningún lado y por eso me ha colgado así, pero esta vez haré una excepción.
Voy a mi habitación y me pongo la ropa que me había puesto esta mañana ya que estaba limpia, más un chaquetón.
Me lavo los dientes, me cepillo el pelo y cojo un paragüas. Me echo el móvil con dinero en la carcasa y las llaves al bolsillo del chaquetón, y abro la puerta de mi casa.
Si en el rellano hace frío, no me quiero ni imaginar en la calle.Una vez abajo, abro el paragüas y salgo. Comienzo a andar, y cuando ya llevo un rato veo a Logan de lejos con una chica debajo de un pequeño techado para no mojarse. Decido no fijar mi mirada en ellos cuando pase por delante y es lo que hago, pero Logan me detiene.
- ¿A dónde vas? -pregunta sonriéndome dulcemente.
Fijo mi mirada en Logan y seguidamente en la chica, a la que miro de arriba abajo.
