tres

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(Foto de Thomas)

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(Foto de Thomas)

El sonido de la motocicleta hizo resaltar a Isabella

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El sonido de la motocicleta hizo resaltar a Isabella. Odiaba ser tan impulsiva. ¿Qué acababa de hacer? ¿En serio iba a convivir con el mismo diablo en su propia casa? Tal parece que sí.

Bien, después de todo, dudo que esto termine como lo imagino, pensó ella. Era imposible que Christopher acepte tal estupidez, nunca aceptaría vivir en su casa. O eso era lo que ella creía.

El timbre sonó y de inmediato, Isabella se puso de pie. Tomo unas buenas bocadas de aire antes de abrir la puerta. Ahí estaba él, con una chaqueta de cuero y con su bata blanca bajo de ésta. Su cabello estaba bien peinado y aquel aroma que tanto lo caracterizaba, le inundó el alma, llenándola de recuerdos.

-Pasa -Dijo ella sin siquiera saludarlo.

Él caminó a la siga de la castaña, hasta llegar a la sala. Ahí estaba Annie, quien corrió a los brazos de su padre.

-¿Cómo te sientes ahora? -Preguntó él preocupado. La chica asintió con la cabeza.

-... Mejor, supongo -Respondió la chica, encogiéndose de hombros.

Isabella podía decir con seguridad y confianza que Christopher la había decepcionado más que cualquier otra persona. La había abandonado, pisoteado, había roto su corazón. Pero, sí había algo que jamás podría criticarle a Christopher, era su lado paternal. Sí, la había decepcionado a ella, pero a Annie nunca. Para la pre-adolescente, su padre era su héroe. Siempre había estado ahí, ante cualquier situación o emergencia.

-Annie, cielo. ¿Podrías por favor dejarnos solos con tu papá? -Preguntó Isabella con precaución.

Annie frunció el ceño pero de igual forma, asintió con la cabeza. Christopher besó la frente de la niña antes de verla caminar escaleras arriba.

-Si tu llamada fue una estúpida broma, debo decirte que sí, tu sentido del humor no ha mejorado... -La expresión del hombre de pronto, cambió por completo. Ya no habían sonrisas.

-Annie ha hablado con Marianela un tema que me ha preocupado -Dijo Isabella sin rodeos-. Ella quiere una familia.

Los ojos de Christopher se abrieron con sorpresa y una iluminada sonrisa apareció en su rostro.

DESPUÉS DE 12 AÑOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora