treinta y cinco

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Isabella estaba manejando por las calles de Los Ángeles, sin tener idea de dónde se dirigía. Llevaba detrás del manubrio por veinte minutos, más o menos, y Christopher no había dicho nada más que indicaciones de dónde y cuándo debía doblar por las calles.

-¿Me dirás a dónde vamos?

-No. Gira a la derecha en la próxima calle -Indicó él, mirando el mapa en su celular.

-Chris, ¿esto es una broma? ¿Qué hacemos aquí?

-¿No te diste cuenta sino hasta ahora?

-¿Vamos a nuestra antigua escuela?

Ella miró fugazmente al hombre, quien simplemente se encogió de hombros.

-Logré que me prestaran la cancha de fútbol por un par de horas.

Ella frunció el ceño, al mismo tiempo que se detenía frente a aquel edificio, que estaba igual a como lucía años atrás.

-¿Nuestra cita será en la cancha de fútbol de nuestra escuela?

Christopher rio.

-Creí que la idea te gustaría. Digo, allí nos dimos nuestro primer beso...

Bella miró al hombre a su lado, haciendo un mohín.

-Nuestro primer beso fue en mi casa.

-Uhm, no -Dijo él de inmediato-. Fue en la cancha de fútbol. ¿No lo recuerdas? Fue un reto que una de tus amigas te hizo...

La imagen llegó de golpe a la mente de Isabella, abriendo la boca con sorpresa, tapó su rostro con ambas manos. Chris comenzó a reír.

-¡Dios, tienes razón! ¡Qué vergüenza! ¡Como es que recuerdas eso!

Hace quince años:

Isabella se encontraba sentada en las gradas junto a su grupo de amigas. Un par de ellas eran animadoras y se encontraban al medio del descanso, pero la verdad era que ella sólo se encontraba allí para poder observar el entrenamiento de los jugadores de fútbol. Entre ellos se encontraba Christopher Pelletier, el amor platónica de la ojiazul.

-Oí que Meghan ha estado coqueteándole -Susurró Stella, su mejor amiga.

Isabella se encogió de hombros, restándole importancia, pero la verdad es que comenzaba a sentir su sangre hervir.

-Me da igual. Es obvio que él va a preferir a una chica linda y popular. No me extrañaría.

-¿Te da igual? ¿En serio? -Preguntó su amiga extrañada. Bella había estado por meses hablando sobre Chris y era extraño su repentina actitud.

-En serio.

-¡Bella es tu turno! -Chilló Phoebe, una de sus amigas-. ¡Verdad o reto!

Bella frunció el ceño. Ni siquiera sabía que sus amigas estaban jugando a verdad o reto, había estado distraída todo el tiempo.

DESPUÉS DE 12 AÑOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora