~Estoico~ {Maldad-KunxPereza-kun} (Finalizada)

✪~Cap 3~✪

Pereza-Kun: Antes de empezar tenemos que informar de que este cap contiene escenas +18 :D

Maldad-Kun:... ;-; ¿por qué tenía que salir?

Yo: Porque es parte de VUESTRA
historia <3 ahora comencemos

El azabache llamó de nuevo a la puerta.

—¿Maldad-kun? Bueno... C-Creadora dice que tiene otro bloqueo inspirador—. Comenzó a decir Pereza-Kun, sin obtener respuesta... Suspiró para luego apoyar su cabeza en la puerta, la golpeó levemente— A-Al menos dime por qué no has salido en estos tres días—. Susurró destrozado— ¿Hice algo mal?—.

El demonio no respondió... Se llevó la mano al pecho y sintió como su corazón volvía a latir.

—¡V-Vete!—. Pidió el pelirrojo.

— D-Dejame entrar, por favor—. Rogó el azabache.

—¡No! ¡Fuera! ¡Es peligroso!—. Chilló... Durante esos tres días trató de volver a la normalidad, pero no lo logró, sabía con exactitud que no traería nada bueno que él pudiera tener sentimientos.

— P-Por favor—. El azabache soltó un sollozo— Quiero verte, perdón si hice algo mal pero déjame verte—. Hubo un leve silencio... La puerta se abrió levemente.

—Sólo vete, es lo mejor para ti—. Asomó levemente sus cabellos... Pereza-kun sin dudarlo abrió la puerta del todo, encontrándose con el demonio... Aunque estaba más despeinado de lo normal, miraba sorprendido al menor, que se lanzó a sus brazos, aferrándose a él con fuerza... El pelirrojo no movió ni un músculo.

Sintió como su pulso se aceleraba... El azabache escuchó los latidos del demonio y lo miró sorprendido.

—¿Desde cuando tu corazón late?—. Preguntó entusiasmado. Maldad-Kun tragó saliva.

— V-Vete... Fuera—. Dijo serio— Voy a perder la cordura como no te alejes—. Avisó. Su respiración comenzaba a entrecortarse, empujó al menor lejos y le dió la espalda... Se llevó las manos a la cabeza, tratando de controlarse.

—¿Qué ocurre Maldad-Kun?—. Preguntó mientras se acercaba a él... Iba a apoyar su mano en el hombro contrario cuando este se dió la vuelta y agarró su muñeca, mirándolo de forma penetrante... El azabache se estremeció.

Ante aquello el de tez clara rodeó con una mano la cintura contraria y apegó al ojiazul/verde hacia su cuerpo bruscamente, haciendo sonrojar al nombrado.

—Haber si me sigues amando después de esto—. Susurró a su oído con una voz ronca— Te dije que te fueras —.

—¿Q-Qué?—. El demonio lanzó al menor hacia la cama con brusquedad. Este cayó despeinándose por completo... Se iba a sentar en el borde de la cama cuando se encontró con la mirada penetrante del contrario, que tenía sus rodillas en el borde de la cama, manteniendo las piernas del azabache entre las suyas.

El que portaba una sudadera se echó levemente hacia atrás apoyando sus codos en el colchón muy sonrojado sin apartar la mirada del demonio... Una mirada que expresaba confusión, inocencia e inseguridad.