~Estoico~ {Maldad-KunxPereza-kun} (Finalizada)

✪~Cap 27~✪

¿Sería una estupidez?

—¡Angelaaaa!—. Exclamé moviendo mi brazo en el aire llamando su atención, esta se acercó con una sonrisa, traía una bolsa llena de comida.

—Traje mi propia comida para alimentarlos—. Comentó agachándose y empezando a servir la comida, los gatos en seguida se acercaron.

—Oh... Genial—. Respondí empezando a darles de comer yo también.

Noté como los gatos sin más se acercaban a Angela... Recuerdo que a mi me costó una semana que me tuvieran confianza.

Y a ella... Fue verla y ya la lamían la mano y la hacían caricias.

—Wow... E-Eres buena con los animales—. Susurré.

—Obvio, soy un ángel—. Respondió con una sincera sonrisa. Yo rodé los ojos.

—¿Y eso qué tiene que ver?—. Dije molesto.

—Que los animales saben que los humanos son impuros y la mayoría con malas intenciones... Pero yo siendo un ángel no me temen porque saben que jamás podría dañarlos—. Respondió acariciando un gato.

—Pero si ayer mismo me querías matar, no me jodas—. Me quejé. Esta sonrió.

—Matar a un demonio no es un mal acto, al contrario... Se trata como un acto de pureza y valentía —. Dijo tomando al gato en brazos y recostándolo en su regazo.

—Pff, bobadas—. Gruñí.

—¿Celoso? ¿Enojado? —. La miré con curiosidad— ¿Cómo te sientes?—.

—¿¡Qué!? N-No me siento enojado, es s-solo que me molesta ligeramente que nos traten como basura —. Respondí desviando la mirada.

—Eso sois—. La miré frunciendo el ceño, ella estaba de lo más tranquila— ¿Qué pasa?—. Ladeó la cabeza.

—Eres demasiado sincera—. Me quejé.

—No puedo mentir, sería pecado—. Respondió con una sonrisa, empezó a reír — Eres bastante gracioso, Eddy—. La miré sorprendido.

—¿Eddy?—.

—Llamarte por tu nombre no me gusta, es bastante cruel, por lo que decidí llamarte Eddy... "E" de tu nombre y "ddy" de Teddy, mi oso de peluche—. Sentí mis mejillas arder... Esta chica me incomoda— ¿T-Te molesta?—. Negué agachando la cabeza, ocultando mi sonrojo.

—No... Solo me sorprendió, nada más —. Respondí — ¿Los ángeles también odiáis a los humanos?—. Ella negó.

—Se culpa el pecado, no el pecador... Los humanos tienen un corazón débil que se deja llevar por la codicia, el egoísmo, celos... Pero también pueden tener un corazón maravilloso, lleno de amor hacia los demás, sentimientos... Los humanos son difíciles de entender y eso nos fascina a los ángeles —. Suspiré.

—Oh... Ya veo—.

—Por eso los ángeles odiamos a los demonios, porque los lleváis por el mal camino robando sus almas, es un acto cruel y desgarrador ¿no crees?—. La miré fijamente a los ojos.