2. Trabajo, trabajo, trabajo.

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Magnus se encontraba delante de toda la clase, al menos los 15 chicos que aún seguían viniendo los cuales solo diez de ellos le prestaban entera atención.

- Y un dos tres, saludó a las damas, cuatro cinco seis, saludo a los caballeros, siete ocho nueve, mantengo el saludo al sol y bajamos lentamente. Nueve ocho siete, saludo a las señoras, y seis cinco cuatro saludo a los señores, tres dos uno mantengo y vuelvo a subir... - los chicos miraban atentos sus posturas en los espejos. - Uno dos tres, saludó a las damas...

Alec estaba haciendo unas últimas anotaciones para su coreografía cuando escucho los aplausos de la clase que estaba junto a su estudio. Se levantó muy ágilmente y corrió a la puerta para ver cómo los chicos se iban, adoraba ver a los niños recibir semejante oportunidad, una que él tuvo que esperar tanto por tener.

- Que lindo es verte en calzas tan ajustadas...

- Cállate pervertido, te puede escuchar un nene. - Magnus empezó a reír y giró a mirar a su Alexander que estaba vestido igual que el. - Agh, no es justo a vos te queda mejor.

- ¿Mejor? Para nada. Mírate esa colita... - Se acercó más rápido y le tomó con ambas manos la cola.

- Me encantas así... Degenerado. - Le dejo un beso sonoro en los labios que hizo que Alec se ruborizara. Llevaban tan solo dos semanas en Mendoza. - Te puedo cambiar el grupo.

- Nop. Aguantate vos a los nenes.

- Daaaaaaale please. Dame a los viejitos.

- Nop. A mi me gustan - Sonrió y luego apretó los labios. - Me gustan mayores.

- Hoy estas.. - Magnus se alejó para mirarlo mejor- Estas on fire!

- Cállate queres... - Alec se separó del "abrazo" y se dio vuelta para irse pero Magnus le tomó del brazo y lo hizo girar de vuelta a sus brazos.- ¿Tenes ganas de bailar?

- Siempre quiero bailar con vos. - Y dejo un beso mas tranquilo en los labios de su amante, su novio, su compañero en este viaje. De todo.

- Señor Lightwood. Sus alumnos están esperando y sabe, son muy puntuales... - Le remarco Lilia, la secretaría del lugar.

- Ya voy! - Grito Alec sin separarse de Magnus. Lo miro a los ojos por medio minuto.- Te veo en casa... - Soltó luego y dejo un beso en su mejilla.

Alec se alejó del estudio y se adentro en el suyo dando aplausos. Magnus se acercó para verlo, los viejitos le prestaba suma atención, estaban embobados con Alec, como les hablaba, como hacían todo lo que él decía. Era como si hubiera nacido para este trabajo. Apoyo su cabeza en el marco de la puerta para mirarlo moverse y ayudar a las personas mayores a moverse. Como podía alguien ser tan feliz haciendo lo que Alec hacia...

- ¿Magnus? - Una voz lo distrajo.

- ¿Si? - Dijo sin girar. Prestando atención aun a Alec.

- Soy Luke, el encargado de seguridad de este lugar ¿Podemos hablar?

- Claro. - Magnus giro y se dio cuenta lo enorme que era, tenía la piel más oscura que el, y una presencia que parecía de policía.

- He notado que alguien pidió que se agregaran unos pasillos detrás de los espejos, puede ser? - Luke parecía algo preocupado por esto. - No se si es por seguridad o que pero.. Este lugar tiene bastante salas de emergencia.

- Oh si.. - Magnus empezó a reír. - Mi padre es en realidad... A él le gustan los pasillos internos, mi casa en Buenos Aires está llena de ellos.

- Bueno esto no es esa ciudad, no creo que sea necesario.

- Bueno que yo sepa los robos ocurren con la misma regularidad.

- No gastare un centavo en lujos de algún ricachon perverso. - Dijo Luke algo agotado de la banalidad de la conversación.

- Ay pero, con que necesidad ese comentario.

- Con la misma que el tuyo.

- Mira. No nos pongamos en peleadores. Qué te parece si mejor nos escoltas a nuestra casa en la noche.

- ¿Queres que sea tu chofer? - El rostro de Luke no podía estar más ofendido.

- Sos el jefe de seguridad, solo es por seguridad. - Magnus le sonrió.

- Esta bien. Si eso hace que me ahorre los gastos de los pasillos.

- Genial entonces! Es una cita. Nos vemos en.. - Magnus miró el reloj de la pared.- cuarenta y cinco minutos.

Se levantó y se dirigió a su estudio. Luke lo miró irse y luego observó a Alec que danzaba junto a los ancianos, sonrió para sus adentros, le parecía una locura que un chico tan joven sea así de bondadoso. No entendía qué hacía con Magnus Bane.

• •

- Hola soy Alec - dijo y extendió su mano a Luke quien la tomó con fuerza.- Gracias por llevarnos, de verdad no hacía falta.

- Según me dijeron parece que sí.

- Es que Magnus, tiene miedo que pase algo. Pero no creo que sea así, esta ciudad y su gente son maravillosas. De verdad. - Alec le dedicó una sonrisa que Luke no pudo evitar reflejar en su rostro y responder.

- Tu novio esta mal acostumbrado. Es un Bane.

- Probablemente... - Alec miró hacia adentro, Magnus estaba doble chequeando todas las ventanas y puertas antes de cerrar. - Lo hace siempre. Creo que no sabe vivir solo, le agarra pánico.

- Debería haberse traído su propio séquito de ayudantes.

- No lo deje. Quería que esto sea una nueva experiencia total para el. 

Luke observó a Alec que era de su misma estatura. Respiro profundo y comenzó a hablarle un poco mas relajado, con confianza.

- ¿Hace cuanto que están acá? ¿Dos semanas?

- Mmm si mas o menos si. Casi tres este sábado.

- Deberían tal vez, tomarse un descanso, eso les haría bien.

- Un descanso en esta ciudad. Creo que esta ciudad es el descanso...

- Si pero vinieron a trabajar. - Alec lo miró y luego miró las calles.

- En eso tenes razón. Pero.. No se... El 8 es feriado, podría ser esa fecha.

- Dentro de dos semanas. Bueno. Es entendible.

- Es que mis viejos están muy bien y no quiero fallarles.

- Hey. No me expliques a mi. Se que te gusta esto pero, tal vez a Magnus no tanto.

- Bueno eso es ya cosa nuestra. - Alec miro el piso algo avergonzado.

- No por dios, no quiero decirlo de esa manera. De verdad, nada que ver.

- No esta bien, mal interprete. - Luke observo a Alec. Parecía un ángel.

- Tómalo como alguien que estuvo casado mucho tiempo y sabe... A veces incluso un día de descanso cambia todo.

Alec escuchó que Magnus venía y con mala cara lo tomó de la mano y miró a Luke, este se movió y se subió al auto para llevarlos.

- ¿Todo bien? - le preguntó Magnus.

- Si amor. Todo bien.

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Enseñame a Amar (P3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora