Enseñame a Amar (P3)

5. Perseverancia

- ¿Que día es hoy? Ando mareada.

- Lunes 11 - Le respondió Alec a la secretaría del lugar.

- Sisisi se que es lunes. Esto de las fiestas me tiene mareada ¿Donde van a ir con Magnus? ¿Ya tienen algo planeado?

- Es muy temprano para planes.. Aún no lo hablamos. Tal vez volvamos a casa.

- ¿Que? Oh vamos, son jóvenes y lindos, deberían ir a algún lugar lindo.

- ¿Si? - Alec la miró y sonrió.- ¿Y a dónde te irías Lilia? { Imaginen el gif de la portada }

- A París. - Miro hacia arriba como si soñara. - Quien pudiera ir allá!

- ¿Que le pasa a la gente? - Alec puso una cara de malos amigos que su secretaria nunca había visto.- Todos quieren irse a esa ciudad de mierda!

- Alexander! - Lo reto - Es la ciudad más romántica del planeta!

- Si pero...

- Pero nada! Quien pudiera, encima leí que hacen unas cenas especiales y fiestas de fin de año que se toman hasta el agua de los floreros.

Alec se quedó en silencio. El alma se le cayó de repente al piso y si podía ir mas profundo también. Tomo el celular y mandó un mensaje. Este fue respondido rápido y Luego tiró el celular contra la mesa.

- Hey, que están caros ¿Que pasa? - dijo Magnus que salía de su clase con los chicos que ya gritando salían de atrás de él y chocándolo se iban a encontrar con las madres que estaban en la puerta.- Los odio. - Dijo acercándose a su Alec dejándole un beso en la mejilla.- Hola guapo ¿Nos escapamos a tomar un helado?

- No puedo Magnus tengo clase... - Le respondió Alec.

- Lilia, podías creer que... - Ignoro a Alec y se apoyó tapándolo mientras miraba a la secretaria. - Me veo menos con mi pareja acá que en casa. Es increíble.

La secretaria de ambos empezó a reír pero Alec no lo hizo. Magnus había dicho "casa" a Buenos Aires, ni siquiera al departamento donde se estaban quedando en el centro de la ciudad era digno de ser llamado "casa". La depresión estaba queriendo agarrar a Alec de nuevo pero algo aun lo sostenía.

- ALEC! - gritó uno de los viejos que tenia un poco de sordera. - ¿YA EMPEZAMOS A CALENTAR?

- SI SEÑOR SAENZ EMPIECEN. - Sus viejos lo tenían al borde. No le dejaban caer.

- ¿Ves lo que son? Ni diez minutos me lo dejan!

- ¿Y qué hacen durante el día? Yo no los entiendo... - Dijo Lilia y se alejó para atender a unas madres.

Magnus miro a Alec y este le devolvió la mirada, pero enseguida se fue a su salón. Magnus suspiró y se peinó su pelo hacia atrás, mirando por la ventana ¿Que estaba haciendo el para que la relación estuviera mejor? Alec parecía el que mas esfuerzo ponía.

Se recostó con sus brazos sobre el mostrador, mirando como Alec se movía, era un puto ángel caído del cielo ¿Como él podía triunfar en el colon y Alec terminar en un lugar como este? No lo entendía. Ya no entendía al mundo. Alec le hacía cuestionar todo.

•

Magnus le paso la ensalada y Alec la tomo, sirviéndose también. Su comida era deliciosa ¿Como podía alguien ser tan putamente perfecto? ¿Acaso no tenia ninguna falla? Tal vez sí la tenía... Su depresión.