11. Paris

337 49 14
                                    

Alec apretó con fuerza la manija de la maleta para sostenerse. Miro a un costado y vio a Magnus que se encargaba de los papeles. Se sentía agotado, tal vez como si lo hubieran molido a golpes. Miro al otro costado, el gran ventanal del aeropuerto. Milagrosamente su cabeza no le dolía, seguro por los medicamentos del hotel.

- Bueno ya tengo todo ¿Vamos? - Dijo Magnus tomándole la mano a un despistado Alec.

- Si - le contesto luego de sentir un silencio incómodo. - ¿Las cosas?

- En el check-in se entregan Alexander.. ¿Estas..?

- Estoy bien ¿Vamos? - Empezó a caminar.- Es un vuelo de dos horas..

Magnus le caminó a su lado en silencio, tal vez no sabia que decir. Sabia que no había sido una caída, no había señales de eso. Abordaron al avión y a París salieron. Diciéndole adiós a Londres desde la ventana, literal eso hacia Magnus. Alec le tomo la mano y dejo de hacerlo, al menos ahora iban de la mano.

• • •

Una vez en Paris Alec no quiso hablar y Magnus no quería pelear. Era la media mañana y no entendía nada de lo que hablaba nadie. El hotel era un lujo como el anterior. Tenía paredes con pinturas y eran blancas, un blanco limpio y perfecto. El ruido de los pasos le molestaba pero no había nada que hacer. Una mano llevaba a Alec hasta lo que parecía sería su habitación, y el se dejaba llevar. Cuando entraron en la misma Alec camino hasta la cama y casi sin poder sacarse la campera se tiró sobre ella.

- Alexander.. - Le chillo Magnus.

Se acercó hasta él y le termino de sacar la campera. Tomó sus zapatos y también se los quito. Alec se acomodo mejor y se adormito enseguida. Magnus lo observo de pie junto a la cama por unos minutos.

Alec durmió. Por al menos 10hs, durmió. Magnus se quedo junto a el, mirándolo simplemente al principio para luego acompañarlo y dormir también.

• • •

El atardecer estaba a una hora y no podía permitir que su prometido se perdiera de las delicias de una buena visita a Francia. Su pastelería era exquisita.

- Alexander... Amor... - Le susurro en el odio, despertándolo.- Tenemos que salir.

- ¿Por que...? - Protesto como un balbuceo de niño.

- Porque si. - Alec le gruño y Magnus comenzó a hacerle cosquillas.- Arriba. Arriba. Que es esto de dormir todo el día!

- No, salí... - Ya estaba mas despierto.

- Vamos, vamos que nos tenemos que levantar!

Luego de unos besos y de caricias negociadoras Alec se sentó en la cama y Magnus comenzó a vestirlo.

- Me estas vistiendo.

- Por supuesto. En la salud y enfermedad Alexander.

Alec lo miro y empezó a llorar. Magnus se quedo helado por unos segundos, pero siguió atándole los cordones de la bota. Primero de la izquierda y luego la derecha. Se puso de pie y se acerco a dejar un beso en la frente de Alec que aun sollozaba.

- No te pongas mal. Cuando estés listo me lo contas, no es obligación que lo hagas, yo no me voy a ir. - Llevo las manos al rostro de Alec que lo miraba adolorido, con una macha roja en la frente.- Me voy a quedar acá. Esto es para siempre Alec.

- ¿Me amas? - Le pregunto.

- Te amo. - Le contesto.

• • •

Enseñame a Amar (P3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora