13. Navidad ansiosa

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24 de diciembre.

- ¿Sabías que hay que ponerse calzones rosas en navidad? - le dijo Alec a Magnus y el simplemente lo miró con algo de ilusión en sus ojos.- Oh si.

- ¿Estás confesando algo Alexander? - le pregunto acusador.

- Puede ser... - Saco de su maleta un boxer de encaje rosado y lo dejo sobre la ropa que iba a ponerse para el almuerzo especial.

- Dios santo... - Magnus se tapo la cara.- Es una festividad religiosa y yo acá pensando barbaridades.

- No se que tanto pensas, esto es una tradición que estás pervirtiendo. Ademas es para las mujeres y esta relacionado a la fertilidad...

- Claro porque el encaje no tiene nada de...

- Pervertido! - Le interrumpió un Alec juguetón y Magnus agradeció al cielo que volviera a ser el de siempre.

- ¿Sabes que? Si. Y no me da vergüenza decirlo, es mas... - Magnus empezó a mirar entre sus cosas y tiro unas esposas con peluche rosa sobre la ropa de Alec.- Yo también traje algo rosa.

- Te das cuenta... - Alec parecía ofendido y su prometido se lo quería besar todo.

- Por que no... - Se acerco a su amante y le acaricio la espalda baja.- Damos una previa.

- Magnus Bane, esta es una festividad religiosa y no se puede andar haciendo estas cosas cochinas. - Dijo a la vez que le sacaba la mano.

- Alexander Gideon Lightwood - Y Alec lo miro.- Ambos sabemos tus planes para esta noche, no te hagas el santo...

- Shh - Le contestó.- Que nadie se entere...

- Créeme nadie se va a enterar, me asegurare de eso.

- Cuánta perversión que tenes encima.

- Santurrón. - Seguía de buen humor y Magnus sabía que si lo molestaba lo suficiente cedería a una buena sesión de besos.

- Cállate. - dijo riéndose y ya había picado a los encantos de su amante.

- Veni... - le abrazo por la cintura y le hizo un encantador movimiento hacia atrás, románticamente besándolo como meritaba el momento.

Alec se dejo besar y cuando menos lo pensaron estaban sobre el sofá sin respaldo que estaba en el medio del living. Magnus solía ganar en cuanto a estas cosas, y a Alec no le molestaba. Los gemidos y el sonido de las pieles chocando inundaron la habitación al poco tiempo. La promesa de Magnus era en cada recoveco de la suite e iba a cumplirla.

• • •

- Lamento lo de la cena... - Dijo dejando un beso en su hombro mientras el elevador de la torre los llevaba al restaurante.

- Hey, no importa. Podemos tener nuestra cena privada... - Alec empezó a reír, a veces se encontraba a sí mismo diciendo cosas que pensó que jamás diría.

- Si ya se pero... El calzón.

- Magnus! - Dijo Alec algo avergonzado.

- Tranquilo nadie habla castellano acá.

- Yo si - Dijo un tipo al lado de el y una chica se rió. Al parecer una pareja de españoles.

- Bien por ustedes.. - dijo Magnus apretando los labios para no reír de Alec que estaba rojo.

Enseñame a Amar (P3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora