17. Un dia a la vez

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- Hola Alexander! - Soltó mientras iba entrando a la habitación y cerraba la puerta de un portazo. Alec abrió los ojos y lo miro asustado por el golpe.- Llegue justo a tiempo, están repartiendo el desayuno. - Se quitó el saco y lo dejó sobre la silla, Alec seguía mirándolo. Le observaba la manera en la que se movía, tan ágil, tan precioso, tan flaco ¿Acaso ya no estaba bailando? Se estremeció de solo imaginar que no lo hiciera. - Creo que olfatee que hoy tendremos té con leche. Horrible lo se.. pero bueno amor es lo que hay... No es taaaan malo.- Magnus se acercó a la ventana y corrió la cortina gruesa, dejando la fina para que aun no entrara el sol y dañara la vista de Alec, que seguía mirándolo a él. - Lo que si son malas son las galletitas de agua.. Horribles.. Unos tostados de jamón y queso no me vendrían mal.. O tal vez una torta.- Alec inclinó la comisura de sus labios en un gesto de risa disimulada, ¿No pensaba saludarlo o que? Parecía que ignoraba que estaba en la habitación. Magnus se movió hasta el cajón que estaba en la mesa de luz y sacó un cuaderno con unas lapiceras.- Una rica torta de chocolate por dios.. Lo que daría por comer en estos momentos te juro. No se.. Chocolate chocolate.. - Agarró la silla y la dejo al costado de la cama. Alec intento moverse pero el cuerpo no le dejó hacerlo, se sentía tan agotado. Magnus apoyo el cuaderno sobre la cama y lo abrió comenzando a escribir cosas.

Alec se quedó mirándolo, su enamorado no le hablaba así que movió la mano que estaba sobre su estómago. Sin notarlo, no fue un suave movimiento, fue más bien algo violento y su mano cayó de golpe sobre el cuaderno.

- LA PUTA MADRE!

Magnus se levantó de golpe y luego cerró los ojos, tratando de respirar. Alec se quedó mirándolo, ¿Había hecho algo mal? Le dolió el pecho, pero cuando vio que el otro comenzaba a reírse el dolor se fue.

- Me cague encima te juro...- Lo miro.- Amor... Dios.. Estás despierto..

Se echó otra carcajada y Alec pudo abrir la boca para sonreír, la risa de Magnus era luz pura, energía para su corazón que empezaba a latir con más fuerza, unas ganas de toser le vinieron y eso hizo.

- Estas seco, tenes sed.. Dios.. Fue hasta los pies de la cama y empezó a levantarlo para poder darle agua pero..

- No.. - Una voz muy baja se escuchó en la habitación y Magnus se estremeció al escucharla tan débil y baja. Se acercó a él y le tomo la mano que estaba sobre el cuaderno.

- Tenes que tomar algo para esa garganta.

Alec no hablo, se lo quedó mirando. Tenía ganas de llorar, lo sentia en sus ojos y en su garganta que guardaba esa necesidad para no asustar a su prometido.

- Mi amor que pasa...

Llevó la mano de Alec a su rostro para sentirlo, lo extrañaba horrores, él movió sus dedos sobre su piel, tan suave y perfumada. Magnus se movió apenas y dejo un beso sobre el dorso de su mano, volviendo a acariciar su rostro sobre ella.

- Extraño tanto tus caricias...

Alec se estremeció y sin notarlo las lágrimas comenzaron a derramarse por sus mejillas. Magnus se levantó y empezó a dejar besos por su rostro. Eso claramente no ayudó y las lágrimas se duplicaron.

- Amor no llores, va a estar todo bien, no te preocupes... Vos sabes como es... El cuerpo tarda en encontrarse a sí mismo cuando despiertas de un coma o de.. Estas cosas.. Vas a estar bien.

Tenía ganas de responderle, decirle que no era verdad. Alec había sido el mejor en sus clases y sabía perfectamente lo que estaba pasando. Esto no era un accidente, era un problema mucho más grave. Más interno. Magnus se quedó en su cuello y el sin notarlo se movió, acostumbrado a que siempre que pasaba eso, su pronto marido le dejaba un chupón.

Enseñame a Amar (P3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora