-¡¡¡ahhhh!!!! ¡se puede saber ¿qué estás haciendo acá? Y ¿cómo diablos entraste?!-. grito con una mano en el corazón mientras trato de recuperar el aliento.
-entré antes de que cerraras la puerta de tu balcón-. dice señalando la puerta . -y me escondi ahi arriba-. Agrega señalando mi rincón de lectura. -Deberías ser más cuidadosa-. me aconseja con una sonrisa.
-aún no me estás contestando ¡¿qué estás haciendo acá?!-. Pregunto enojada y con los puños apretados.
-te dije que teníamos que hablar Mery-. me contesta firme.
-a ver si nos entendemos, primero, yo te dije que pasaron 7 años, segundo, ni creas que voy a hacer lo que me decís y tercero, pareciera que también te olvidaste de mí personalidad. Aunque sinceramente no me extraña. Eso te sale perfecto-. Le enumero irónica
-primero, me importa un cuerno cuanto tiempo pasó-. dice acercándose y yo voy retrocediendo.
Segundo, vas a hacer lo que te digo porque ya no soporto esta situación. Y tercero, yo no me olvidé de vos, ni me olvidé de tu personalidad. Como tampoco me olvidé como hacer para hacerte entrar en razón-. Dice poniéndome contra la pared.
En ese momento roza el dorso de su mano sobre mi brazo desnudo y frío.
Eso me hace estremecer, pero voy a mantener mi postura.
-no me toques-. digo enojada y apoyo la palma de mi mano en su pecho para que retroceda. Pero ni se mueve solo busca mis ojos pero le esquivo la mirada.
-estás helada-. me dice con su voz cálida y preocupada. -Acá hace frío ya no es época para dejar la ventana abierta.
-si pero no por el frío más bien para que no entres nunca más.
-ufff, no vas a aflojar ¿no?-.
Lo miro arqueando una ceja como diciendo, ¿Y a vos que te parece?
-ok Mery, ¿querés hablar como niños nuevamente?, Ok asi lo haremos vamos a hablar las cosas como lo hacíamos hace 7 años atrás.
Pero antes, ¿hay leños por acá?-. Pregunta más calmado
-¿para qué?, No hace frío.
-Mery por el amor de Dios, estás temblando y ¿me decís que no hace frío?-. Dice alterado
-están ahí-. digo señalando la salamandra.
Él se acerca hasta la salamandra y toma unos leños.
-ve a vestirte, Y no me hagas repetirte las cosas una y otra vez.
-¡basta!, Quiero que te vayas, dejame sola, ¿por qué volviste?, ¿qué te haces el que te importa si tengo frío o no?-. Le digo exasperada.
Él deja los leños, se acerca a mi con rapidez y me abraza fuerte, como si quisiera que fuéramos uno. -no quiero que digas eso ¿puede ser?, Porque eso que decís nos lastima a los dos, si no me importaras no estaría acá. Sé buena solo por hoy-.
No digo nada y me voy al baño a vestir, me seco el pelo con secador para dejarlo bien seco.
Cuando salgo lo veo sentado en una silla con una taza de café. Me mira y dice-la salamandra ya está prendida y ahi tenés café caliente-. Dice señalando la salamandra y la taza con café.
-sentite como en tu casa-. digo con sarcasmo.
-gracias muy amable. Está bueno el café, pero frío no tanto, por lo que te recomiendo que lo tomes ahora-. Continúa con mi sarcasmo.
-bueno terminemos con este circo. ¿de qué querías hablar?-. Digo para luego tomar un sorbo de mi café.
-quiero saber ¿por qué estás a la defensiva?-.
Lo miro sin contestar. Es que no puedo creer. ¿le parece normal su actitud?
-ok vamos a jugar a algo ¿qué te parece?-. Propone Enzo
-¿a jugar?-. Pregunto confundida.
-vamos a sentarnos en el piso como cuando eramos chicos y vamos a suponer que viajamos en el tiempo-.
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Amor travieso. Lo que esconden las caras inocentes
RomanceEs la historia de Mery, una chica de pueblo que vivió toda su vida con su familia en la finca de sus abuelos... ¿Qué le deparará el destino al salir de ella? En la historia vivirás sus amores, sus idas y vueltas.. Junto a sus dos amigas, que junta...