Volviste a mi vida

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-si soy yo. ¿Mery? ¿Mery Bianchi?
-si soy yo-. dije mi voz se escuchaba como si me estuviera presentando con un fantasma. -estás diferente, tienes el pelo largo y bueno 7 años más-. Digo trantando de romper mi incomodidad
-bueno vos también. Pero tenés esa chispa en la mirada que jamás podría olvidar.
En ese momento nuestros abuelos tocen.
-bueno creo que tienen mucho de que hablar ustedes ¿no?-. Dice Guillermo
-supongo que si-. dice Enzo

Algo me hace sentir mal siento que nos divide un abismo, quizás el tiempo borró lo que eramos o quizas los dos no sentiamos la misma amistad. Además si volvió ¿por qué no me buscó? Digo, ¿por qué no nos busco? Eramos sus amigos y encima dice ¡¿supongo?! Ok genial vamos por lo que vinimos.

-bueno nono ¿vamos por lo que vinimos a buscar? No te olvides que tenemos que volver rápido-.
Mi nono me mira extrañado y me dice -si claro-. Gira su cabeza y lo llama a Guillermo mirandolo con cara de ¿y a estos dos que les pasa?
-si por supuesto-. Contesta Don Guillermo inmediatamente. -Enzo vamos a ver a los percherones, Valentín quiere regalarle uno a su otra nieta, Sofía
-ohh si claro, con gusto se los muestro. Esta vez no voy a poder ayudar mucho a elegir el caballo ideal para Sofía ya que no llegué a conocerla.
-pero yo sí, le contesto cortante-.
Enzo me mira, baja la vista. -claro tenés razón-.
Caminamos unos metros y los vemos, yo corro hasta allá, primero porque amo esta raza y segundo porque me dolía estar cerca de Enzo.
Cuando llego me dedico a mirarlos y le pregunto.
-¿puedo entrar al corral?
-si claro, ahí te lo abro-. dice acercándose a la tranquera para que pase. -¿necesitas que te acompañe?.
-Gracias puedo sola-. Le contesto, él se pone a un lado y me da paso para que yo pueda entrar.
Empezó a caminar entre ellos. Se siente tan bien, son tan hermosos. Los miro a todos, los acaricio, me encanta mirarlos a los ojos. Ginebra me transmite algo especial una chispa que no puedo explicar. Ellos en la mirada y con esos ojos tan grandes que tienen creo que podés hacer un viaje hasta su alma. De repente siento un golpecito en mi brazo por detrás y una nariz traviesa que busca en mis bolsillos, cuando me doy vuelta veo un hermoso caballo, lo miro y le digo. -hola precioso-. mientras acaricio su cabeza. El caballo baja su cabeza y vuelve a oler el bolsillo de mi camperita. Lo miro y entre risas le digo -sos un caballo muy listo encontraste algo rico-.
En mis bolsillos siempre tengo algo de avena, ya que a Ginebra le encanta y cuando la voy a visitar a su establo siempre le llevo algo.
Por lo que no dudo en meter la mano en mi bolsillo y sacar un puñadito de avena, luego le tiendo la mano y se acerca despacio a comer, siento que es ideal para Sofi, además de alguna manera él me buscó, me gusta pensar que hay cosas, momentos, amigos que están destinados a nosotros y la vida se encarga de ponerlo en nuestra vida. Además me parece muy gracioso el hecho de que tenga manchas blancas y negras. No será el dalmata que quería Sofi, pero Blanco y negro és.
Lo miro a mi nono y le digo sonriente  -¡es éste!-. Y lo señaló con el dedo.
Mi nono le dice algo a Enzo, y luego me mira con una sonrisa y asiente, seguido me grita
-¡perfecto! ¿Quieres subirte?
-¡si claro!-. luego le doy una palmada al caballo y él me sigue hasta donde están ellos mientras le voy dando avena y felicitándolo.
Llegamos a la tranquera y Enzo le coloca una rienda para llevarlo al establo y ahi colocarle la montura. Mientras Enzo se adelanta, yo voy caminando atrás con mi nono. Que no deja de mirarme. Hasta que no se resiste y dice. -Mery, Tesoro ¿te ocurre algo?
-¿qué?! No no para nada, es más estoy feliz de haber encontrado el caballo para Sofi
-y ¿por nada más estás contenta?
-¿si vos te referís a Enzo?Si claro, es bueno saber que está bien y cumpliendo sus sueños.
-si vos lo decis-. Me dice mi nono, no muy convencido.

Mientras lo digo más me enojo con la situación. Es que acaso ¿no le importamos? ¿Volvió y ni apareció? Lo pienso y no lo puedo creer. Y pensar que hoy con Lucy estábamos tristes porque no sabíamos nada de él. Y yo me siento una estupida declarando mi amor a un desconocido, ahora con éstas cosas me pregunto si lo conocí alguna vez o en realidad no quise ver lo que era en realidad. ¿será que cuando uno quiere mucho a la otra persona hay cosas que no ves?. En un punto pensé que a él le estaba pasando lo mismo. Es decir no me hubiera declarado si no hubiera creído que podía ser correspondido, es que más lo pienso y Ahhhhhhhhh, Quiero gritar de bronca

Amor travieso. Lo que esconden las caras inocentes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora