Milk
Siento que me ahogo con cada paso que doy, que mis piernas tiemblan cual gelatina cada que avanzo.
Abro la puerta de golpe y siento las miradas en mí. Miles de ojos de un mismo tono observándome, aquí no hay variedad en ellos.
Recorro el lugar con la mirada, la barra de bebidas. Los asientos.
Ahí está, Kakarotto.
Ni siquiera mira a verme, no le interesa mi presencia.
Abro la boca para hablarle, nada surge de ella.No está solo, una mujer está en su regazo, bebiendo con él de una copa. Celery.
¿Qué sucedió con nosotros?
¿Y Gohan?Aprieto los puños.
Sus te amo ya no tienen valor para mí.Despierto agitada, sosteniendo mi cabeza con la palma de mi mano derecha y doblando mis rodillas.
La oscuridad de la enorme habitación me abruma peor que la pesadilla que acabo de tener, y aún más la soledad que me rodea.Kakarotto no está en su lado de la cama, únicamente las sábanas, arrugadas, testigos de su presencia anterior.
Suspiro.
La ventana está abierta y las cortinas corridas, meciéndose al ritmo del frío viento que penetra erizando cada vello de mi cuerpo.
El cielo a lo lejos tiene un color verdoso claro, está amaneciendo.Hace ya varias noches que pasa lo mismo, Kakarotto duerme conmigo, a mi lado, pero amanezco sin él.
En las noches llega de su entrenamiento, nos bañamos juntos y sin hablar, se mete a la cama a dormir.Siendo mi pareja y padre de mi hijo espero mucho de él quizás, más de lo que tal vez me brindaría desde el momento en el que me enamoré.
Pero no deja de herirme, sin mencionar los ardores en su marca, esa maldita unión invisible que nos ata. Yo sé que a través de ella él me siente, pero yo no a él por completo, claro está, la conexión sólo va en una dirección ya que no soy de su misma especie.Y el cosquilleo imparable en mi vientre.
Dos semanas en abstinencia.Eso no debería ser problema. Pero ya me ha acostumbrado a hacerlo cada noche.
Mi cuerpo pide insistentemente atención, una atención que no es recibida.
Cada que logro tener la mente despejada uno de esos sueños me abruma de nuevo, y despierto ardiendo en deseo.
Supongo que estoy exagerando.Me recuesto nuevamente, caigo en las almohadas de Kakarotto.
Su aroma impregna mis fosas nasales, cierro los ojos y me dejó envolver por él.
El miedo a que me esté engañando me invade.
¿Por qué?Se supone que dejó todo por mí, que su hijo está conmigo y por eso está aquí. No habría manera ni persona que logre tocar sus inestables sentimientos más allá de lo que lo he hecho yo.
¿No es así?Extiendo las piernas y me acurruco en la cama matrimonial. Cómo no.
Muerdo mis labios.
Flexiono las rodillas.
Comienzo a jugar con mis pechos, amasándolos lentamente, imaginando que con cada movimiento es Kakarotto quien me toca.
Mis pezones se ierguen en cuestión de pocos minutos, se colocan duros entre mis dedos, logrando que de mi garganta surjan sonidos graves. Me llevo el dorso de la mano izquierda a la boca para morder, cierro los ojos. Siento mi cuerpo relajarse.
Cuando me siento lo suficiente húmeda, deslizo mi mano derecha, acariciando mi estómago y vientre, hasta llegar a la orilla de mi pequeño pantalón de pijama.
Me adentro de a poco, sin dejar de imaginarme ni un solo segundo al saiyajin con quien vivo.
ESTÁS LEYENDO
Lo Que Pudo Ser
FanfictionSacrificio. Quizás, la clave para llegar a la cima. Y los tres visitantes del futuro, lo supieron el día que la paz acabó. ---------------- ✳Segunda parte de Sería Diferente. ✳Trama y personajes basados en la obra de Akira Toriyama