18.La luz en la ventana.

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Capítulo XVIII

La luz de la ventana

Ayleen

Me quedé estática en el mismo lugar durante unos segundos.

¡Se atrevía a rechazar mi hospitalidad!

¡Grosero!

Tratando de calmar mi furia de druida ofendida procure atender al resto de la manada de la mejor forma posible. Stan les preparó de comer y yo habilite el resto de las habitaciones.

En pocos minutos y antes de la media noche cada uno estaba en su habitación.

No pude evitar sentir compasión por ellos.

Había sido un día complicado, el viaje desde la noche anterior, las visiones, el hospital, el club, las muertes...

Largo día. Definitivamente.

Cuando subí a la habitación a ponerme el pijama Stan ya estaba rendido en los brazos de Morfeo ocupando toda mi cama.

Lo mire divertida negando con una sonrisa. Sonrisa que titubeó, al recordar el encuentro incomodo que Stan había tenido con su padre.

El sonido de la lluvia empezó a repiquetear contra el techo y las ventanas.

Mire fuera.

El Camaro seguía en el mismo sitio.

Idiota.

Negando con la cabeza y debatiéndome con mis estúpidos impulsos terminé colocándome unas botas de lluvia y la bata.

En la puerta cogí la sombrilla.

No importa lo grosero y desagradable que fuese, era parte de la manada de Scott, tenía que aceptarlo.

No podía dejarlo en medio de la lluvia dentro de un auto.

Afuera la lluvia era peor de lo que esperaba. Corrí hasta el vehículo y golpee un par de veces en la ventanilla del copiloto.

Él pareció tardar un rato en reaccionar y cuando abrió la puerta yo estaba empapada hasta los huesos.

-¡¿Quieres entrar?!- Grite para hacerme oír por encima de la lluvia.

-No- Contesto cruzándose de brazos.

Gruñí una maldición por lo bajo.

-¡No deberías quedarte fuera! ¡Esta lluvia no va a detenerse pronto!

-No voy a caer en tu trampa de falsa amabilidad.

-¡Demonios! ¡Eres tan terco!- Cerré la inútil sombrilla de golpe y sin darle tiempo a reaccionar me lance dentro del auto cerrando la puerta con fuerza.

-¡¿Pero qué haces?!- Grito un poco horrorizado al ver que había mojado toda la tapicería del lujoso auto.

-Si tú no entras. Me quedaré contigo aquí afuera e igual tendrás que aguantarme- Dije irguiéndome en el asiento, muy satisfecha conmigo misma.

El me miraba con el ceño muy fruncido.

Por la mirada contenida en sus ojos supe que estaba furioso y por un momento me permití temer por mi vida.

***

Derek

La miré fijamente.

Estaba loca.

Y mojada.

Muy mojada.

Chorreaba agua como si la lluvia fuese dentro y no fuera del auto.

Estaba molesto.

Sobre todo con Scott por no creerme o siquiera tomar en cuenta la sospecha.

Pero verla a ella me molestaba todavía más.

-Fuera del auto.

-¿Qué?- Ella me miró incrédula.

-Fuera del auto- Repetí otra vez con un gruñido.

La indignación brilló en sus ojos marrones y supe que también la había molestado.

Bien.

-No voy a salir de aquí.

-Fuera.

-Está lloviendo- Dijo como si eso lo explicara todo.

-¿Y qué? Ya te mojaste no puedes mojarte más- Me divertí un poco al ver como apretaba los dientes.

-No voy a salir de aquí.

-Te sacaré entonces.

-Entonces también te mojaras- Dijo ella con tono seseante.

-¿Cuánto puedes aguantar?- Pregunte ladeando la cabeza ligeramente- ¿Cuánto más tengo que presionar para que la verdadera tu salga de esa fachada?

-¿Así que de eso se trata?- Pregunto viéndose más enfadada de lo que se había visto antes, sonreí.

-No. Se trata de esto.

Sin darle tiempo a reaccionar baje la palanca que dividía los dos asientos y salte sobre ella aprisionándola entre mi cuerpo y el asiento.

Ella jadeo sorprendida.

-¿Qué demonios...?

La bese.

Tome sus labios entre los míos disfrutando como ella temblaba en el asiento. Enrede las manos en su cabello húmedo y ella me devolvió el beso con el mismo frenesí.

Deslice las manos por su cuello empapado hasta llegar al borde de su bata, lo aparte para besar su cuello mientras ella suspiraba, unos suspiros que estaban encendiendo todos mis instintos más bajos.

Ella se arqueo cuando acaricié un pecho por encima de la bata y yo reprimí un gruñido,

Subí por su cuello hasta la base de su oreja donde colgaba el lóbulo invitándome a morderlo.

Antes de llegar saborear ese placer ella se irguió y me aparto con una fuerza sorprendente.

-Stan- Murmuro antes de salir corriendo del auto directo a la casa.

Me tomo algo de tiempo pasar de mi excitado aturdimiento hasta el razonamiento.

Supe de que hablaba cuando alce la vista hacia la casa y vi la luz por la ventana.

La luz de su habitación estaba encendida.


¡Se prendió la que no se apaga!

XD

Ame la música del multimedia se llama Howl de Florence and the Machine

Perder tu mente (TEEN WOLF/DEREK HALE)Where stories live. Discover now