37.El bosque del terror. Parte I

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El bosque del terror. Parte I

Scott

-¿Nadie ha notado la increíble y creciente tensión que parece haber entre todos?- Pregunta Mali mirando de reojo a los alumnos de la universidad, que aunque caminan con normalidad por los pasillos parecen estar demasiado inquietos, nerviosos, puedo oler el miedo que emana de cada uno de ellos, pero es un miedo sutil, casi imperceptible, pero está ahí, indefinible.

-Tal vez se deba a que tu papá tiene a todos sus hombres dispersos en Beacon Hills- Dice Lydia mirando a un silencioso Stiles.

Él parpadea un par de veces.

-Los asesinatos en masa los ponen frenéticos. Mientras Ayleen estuvo fuera los sacrificios o lo que sea que sean eran cercanos a Beacon Hills, pero ahora, los que papá registró hoy en la mañana...

-Fueron aquí- Concluyó- Otra vez.

-Deaton dijo una vez que Beacon Hills era el faro de lo sobrenatural- Interviene Malia.

-Sí, pero habíamos logrado apagar ese faro durante un buen tiempo- Gruño.

-Pero no del todo, es como si traer a Ayleen fuese descontrolado todo, otra vez.

-No es igual que las veces anteriores- Dice Stiles inclinándose sobre la mesa- Las personas parecen más conscientes del peso sobrenatural esta vez. Es algo que está escapando de nuestras manos. Lo que sea que esté ocurriendo va a lo menos diez pasos delante de nosotros.

-Stiles tiene razón- Lydia se aparta un mechón de cabello del rostro- No sabemos de qué se trata todo esto. Tenemos piezas dispersas que no tienen nada en común entre sí. Primero el acrónimo de la Darach con el apellido de Jennifer Blakc en vez de Blake, eso parecía apuntar que la hermana desaparecida de Derek, Cora era parte de una nueva onda de sacrificios, segundo las visiones del desierto y como les afecto a ustedes para llegar a Hilleswton pero no a nosotros, tercero la druida y el descontrol de las muertes, ya no mantiene la imagen de sacrificios, solo ocurren, cuarto, las pesadillas que dictaron las muertes de anoche, quinto la druida y su historia de la maldición sobre el Nemetón. Ninguna pieza encaja con la otra. Solo hay un factor común en todo esto. La pieza central. Ayleen Bain y...

-Espera Lydia- Stiles interrumpe a Lydia- Dijiste algo que no habíamos percibido antes.

-¿Qué?- Pregunta Malia cruzándose de brazos.

-Las visiones del desierto, solo nos atacaron a nosotros. Cuando Jackson las llevo a ustedes no ocurrió nada fuera de lo normal.

-Permíteme recordarte genio. Que Lydia creía que Derek había muerto- Masculla Malia bruscamente.

-Lydia ha creído que la mitad de la manada ha muerto la mayoría de las veces- Dice Stiles levantándose de la mesa. ¿No lo entienden? Solo en la muerte de Alisson la predicción de Lydia fue exacta, siempre se han podido evitar las muertes que ella predice. Eso no era una visión del desierto. Era su espíritu Banshee conectando con algo más.

-¿Con qué?- Pregunto confundido.

-Yo creo, que las visiones del desierto fueron colocadas ahí para nosotros.

-¿Qué?- Pregunta Malia saltando bruscamente en la silla.

-¿Dices que alguien las creo para asustarnos?

-No. Alguien las creo para traernos a este punto. Todo es un truco. Todo es un truco.

-¿Qué dices Stiles? ¿Ya perdiste la cordura?- Malia lo mira confundida, al igual que creo que lo hacemos Lydia y yo.

-Yo pienso Scott. Que ella las puso ahí. Que era una trampa. Al igual que el acrónimo, al igual que las pesadillas. Nos está manipulando Scott y es más poderosa de lo que creemos porque puede entrar en nuestra mente sin que lo percibamos.

-¿Quién?

-Ayleen Bain.

***

Derek

-¿Qué haremos entonces?- Preguntó.

-Ir al Nemetón- Dice ella caminando a través de la habitación y metiendo algunas cosas de su baúl de cerval en una mochila.

-¿Al Nemetón?

-Derek. Tengo la impresión de que al igual que yo, no recuerdas cuando eres ÉL, francamente empiezo a dudar que lo seas aunque en mis recuerdos te veo claramente. El Nemetón es la fuente de mi vida.

-No entiendo.

-Si tienes un auto el motor es la fuente de energía ¿No? De algo más grande.

-Sí, pero no entiendo que tiene eso que ver.

-Si un motor es la fuente de energía entonces hay cables, los cables llevan a los orígenes.

-Claro. El Nemetón nos llevará a los sacrificios. Quizá podamos conseguir un patrón. Como en el cableado de un auto.

-Exacto.

Ambos asentimos y salimos del lotf.

-¿Donde esta Stanley?- Pregunta ella mirando el aparcamiento de su auto vacío.

-Tal vez salió a comprarte medicina. Francamente te veía mal y él no conoce lo sobrenatural lo suficiente.

-Tal vez- Ella saca su celular y marca un par de veces.

El miedo inunda sus ojos.

-No contesta.

-Quizá maneja.

-Stanley nunca deja de contestar el teléfono Derek.

Miró alrededor.

-No conoce Beacon Hills. No debe estar lejos.

-Busquémoslo en el pueblo- Dice ella abriendo la puerta de mi Camaro y lanzándose dentro- ¡¿A qué estas esperando?!

-¿No crees que deberíamos de resolver lo de los sacrificios primero? Porque tú francamente te ves bastante recuperada.

-¡NO VOY A RESOLVER NADA MIENTRAS NO ENCUENTRE A STAN!

-Él podría ser uno de los sacrificados. Cora podría estar muerta y a ti lo que te interesa es tu maldito amigo, ni yo he dejado de lado todas las personas que están muriendo por mi hermana- Dije fríamente. Ella retrocedió en el asiento y vi en sus ojos una herida demasiado grande para mi comprensión.

-Yo no soy como tú. Ahora súbete al maldito auto o me iré si ti.

Sacudí las llaves en mi mano en señal de que no podría hacer nada sin ellas. Pero ella me las arrebató con una hiedra manipulada por su poder de druida. Mire mi mano vacía con perplejidad.

-¿Vienes o no?- La determinación en su mirada agitó esa familiar excitación en mi vientre. Gruñí y aparte la mirada.

-Espera- Murmuré.

-¡Al diablo! ¡Me voy sin ti!

-¡No! ¡Espera!- Mira eso- Señale un camino irregular en el bosque que empezaba a teñirse con las sombras del ocaso.

Ella miró en la dirección en la que apuntaba mi dedo.

Huellas de neumáticos pequeños se marcaban irregularmente en un sendero deforme que se perdía en las brechas bajas cubiertas por los árboles.

Ella me miró y ambos volvimos la vista hacia las sombras donde un centenar de ojos amarillentos sin cuerpo comenzaron a brillar.

Aullidos comenzaron a romper el silencio sepulcral del ocaso.

-¿Conocidos?- Pregunta ella en voz baja mientras los ojos titilantes desparecen en las sombras.

-Ni remotamente- Contesto subiéndome al auto.

-Son ideas mías o esos aullidos suenan como... risas.

La miré y miré el bosque.

Efectivamente el eco de los aullidos parecían las risas huecas de una hiena.

Pero volviendo la vista al frente me determiné a no admitirlo porque estaba, muy asustado.

Perder tu mente (TEEN WOLF/DEREK HALE)Where stories live. Discover now