28.Asesinatos

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Capítulo XXVIII

Asesinatos

Derek

Aunque en medio de sueños oí el grito mortal de Lydia no fue eso lo que me devolvió a la realidad.

Fue el grito...

Perder tu mente.

Tal como en mis pesadillas.

Miré a Ayleen y por el terror que visualice en sus ojos supe que había cambiado a mi forma de hombre lobo.

Trate de relajarme y miré que todos en la sala habían cambiado.

Al menos la manada.

Scott tenía una mirada hueca, sus ojos refulgiendo en tono rojo, su mirada de Alfa, por su respiración frenética pude intuir que se sentía como en su primera luna llena y estaba lidiando para no despedazarnos a todos.

Stiles me aterró. Parecía poseído por el nogitsune otra vez. Miraba a todos lados como loco. Juegos. Dolor. Venganza. Eso se leía en su mirada.

Lydia estaba abstraída y sangraba por un oído. Parecía perdida, como cuando Peter la manipulo para traerlo a la vida.

Liam estaba como aquella vez en la que casi mató a Scott. Había un hambre asesina en su mirada. Inexperta. Desesperada.

Hayden parecía haber vuelto de la muerte otra vez, su mirada era puro terror como si fuese visto a los Doctores de nuevo.

Todos estaban cubiertos por una extraña oscuridad.

Excepto Ayleen.

Ella refulgía belleza y salud. No parecía ni la sombra de lo que había sido el día anterior.

Y lo comprendí.

Más allá de mis prejuicios ella era mala.

Realmente mala.

***

Ayleen

No sabía qué hacer.

Parecía que el grito solo había empeorado las cosas.

Pero si ellos no despertaban...

No quería pensar en que pudiesen morir en medio de sus pesadillas y quedar atrapados por siempre en ellas.

Tenía que hacer algo pero al parecer lo había empeorado todo.

Los que no eran de la manada trataban de tranquilizar a Scott y sus amigos.

Pero Derek no.

Derek no dejaba de mirarme sin expresión alguna.

Había vuelto a ser hombre pero sus ojos olivos seguían siendo sus ojos de bestia. Sus ojos azules.

-¿Scott?- Me acerque a él, temerosa de que pudiese atacarme. Nunca había lidiado con las visiones del desierto. Cuando traje a Derek de una él descubrió lo que era en realidad.

Scott me miró y su transformación se esfumó.

Perdida en mi propio mundo había olvidado que además de todo lo que era, yo también era la druida de la manada de Scott. Mi deber era hacer de emisaria entre su yo humano y su yo sobrenatural.

Yo era el equilibrio de todos.

Los llame a cada uno cada cual su nombre. Incluso a aquellos que no eran de la manada solo por si acaso.

Perder tu mente (TEEN WOLF/DEREK HALE)Where stories live. Discover now