25.El árbol

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Capítulo XXV

El árbol

Scott

Veo a Stiles de reojo, está conduciendo su Jeep nuevo, que en realidad está peor que el anterior.

No pasa desapercibida para mí la tensión en sus hombros, o los nudillos blancos de sus manos que se aferran al volante o la forma en la que aprieta sus labios.

Sé que sabe o presiente algo sobre lo de Malia.

Cierro los ojos con fuerza.

Malia...

Sus labios, su piel, su cuerpo contra el mío.

Stiles no debe saberlo.

No debe saberlo nunca o jamás me lo perdonará. Es mi mejor amigo siempre lo ha sido pero tener algo con su ex cuando él presuntamente no existía ni era recordado puede poner en jaque la mejor de las amistades.

Mire por la ventana compungido.

¿Qué iba a hacer?

No podía perder a mi mejor amigo de nuevo.

Stiles detuvo el Jeep frente al loft de Derek y descendió en silencio del auto.

Suspire.

Dentro podía percibir el sonido de la voz de Ayleen y algún gruñido ocasional de Derek.

Ella era especial. Ya se sentía como parte de la manada y hacía nada que la habíamos conocido.

Entre en loft mirando el lugar que se veía más hermoso y alegre, olía a arboles de roble y flores frescas.

-¡Hey!- Salude. Ayleen levanto la vista del libro que le señalaba a Stan y sonrío.

Se apartó un mechón de cabello del rostro.

-Hola.

-¿Qué tal tu primera noche en Beacon Hills?

-Estupenda ¿No Stan?- El chico pelirrojo asintió con una sonrisa suave.

No era demasiado hablador.

-Bueno ¿Estas lista para el paseo?- Pregunto Stiles liberándose de la tensión que nos había acompañado desde la pregunta incomoda.

Parecía que ella tenía esa habilidad de liberar emociones negativas. Excepto con Derek, pensé con sorna, a él lo alteraba en niveles inimaginables.

-Pues vamos. No puedo esperar a ver ese árbol.

***

Malia

Reprimí las lágrimas de furia.

El recuerdo de sus palabras golpeo con fuerza mi cabeza.

"-Juro que no hay nada entre ella y yo. Ni nunca lo habrá"

Mi pecho se oprime.

Cuantas veces tenía que repetirme a mí misma que el amor no parecía hecho para mí.

Primero Stiles, que siempre estuvo enamorado de Lydia y ahora Scott, que al parecer no amaba a nadie pero era demasiado cobarde para enfrentar a su mejor amigo.

Golpee la pared con fuerza sintiéndome impotente.

El chico en serio me gustaba.

Porque no podía gustarle yo igual sin todo el drama amoroso en el que parecíamos envueltos todos en la manada.

Los únicos que parecían felices en su relación eran Liam y Hayden, nada los perturbaba y seguían siendo como niños.

Mire el bosque y sentí su llamado.

Mi cuerpo hormigueaba por convertirse alejarse y nunca volver a saber nada de sentimientos humanos.

La vida como coyote era más fácil.

Un lobo negro surgió de entre la maleza, pero permanecí imperturbable mientras él se convertía nuevamente en hombre.

-¿Qué hace mi hija sola?- Me volví de forma brusca para encararlo.

-Peter.

***

Ayleen

Casi nos quedamos varados en medio del camino.

Deje mi carro en el departamento y acepte viajar en el Jeep con Stiles, Scott, Stan y Derek puesto que creímos que el auto de Stiles sería mejor para los terrenos quejumbrosos del bosque.

Hice una mueca cuando el auto casi cae en una zanja y Derek termino apoyando su mano en mi muslo para mantener el equilibrio.

Trate de controlar inútilmente el sonrojo que cubría mis mejillas y los frenticos latidos de mi disfuncional corazón.

Su mano no se apartó de mi pierna aun cuando Stiles logró estabilizar el auto por el contrario su agarre se volvió más firme.

Mordí mi labio para reprimir el jadeo cuando sentí que su mano ascendía levemente por mi pierna.

Por suerte Stiles detuvo el auto y baje de él casi corriendo.

Derek me miró con sus ojos fieros.

Sabía que huía de él y de las reacciones que producía a mi sistema hormonal y eso le gustaba. Activaba su instinto depredador. Podía percibirlo y lo peor era que a mí me gustaba motivar ese instinto suicida.

Aparte la vista de sus ojos verdes cuando una fuerza mayor atrajo mi atención.

Un tronco de un árbol que debía haber sido enorme se hallaba en el suelo fijado con sus raíces.

El Nemetón.

Podía sentir el poder que emanaba de él.

Al principio no comprendí porque habían cortado un árbol tan poderoso.

Pero luego al definir bien su forma sentí como el horror más puro se precipitaba vertiginosamente en mis venas.

Yo había cortado ese árbol.

Con la forma de un altar.

Para hacer sacrificios.

Hace mucho, mucho tiempo.

Perder tu mente (TEEN WOLF/DEREK HALE)Where stories live. Discover now