Capitulo 11

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En ese momento solo pudo mirar incrédulo lo que acababa de pasar. Kagome había estado frente a sus ojos y no pudo hacer nada, ni siquiera sabía porque había corrido hacia ella. Fue como un reflejo involuntario de su cuerpo. Ahora solo quedaba preguntarle a Jinenji que había pasado exactamente.

Al cabo de unos minutos el joven jinenji le había comentado lo sucedido y le había informado sobre el joven acompañante de Kagome.

-entonces aquella jovencita se fue de tu lado, ahora estoy más orgullosa de ella-comento la madre de Jinenji causando el enojo de Inuyasha.

-Lo que haga Kagome con su vida ya no es mi asunto-dijo el joven mitad bestia con su orgullo bien en alto.

Al cabo de un rato Inuyasha recogió su encargo y ya se encontraba en camino para ver a su grupo. Por muy orgulloso que fuera no podía evitar pensar en ella... su mente se inundó de preguntas sobre el bienestar de la joven Kagome. Simplemente él también la extrañaba.

Las imágenes rondaban en su cabeza, el momento en el que cruzaron miradas y ella se marchó. Ahora solo quedaba la pregunta de... ¿sentía kagome algo por aquel joven?

Inuyasha no era el único que pensaba en ese momento, ya que Kagome tampoco podía quitar esos pensamientos de su mente. Habían llegado al palacio y ella seguía con la misma cara.

Todo simplemente pasaba en cámara lenta, el día se volvió pesado y no sabía la razón. Al final decidió sentarse en el patio, debajo de un árbol a pensar las cosas.

-¿qué me está pasando?- se preguntaba la joven.

-aquí estoy yo como una tonta pensando en el... cuando él debe estar con su amada Kikyo-pensaba Kagome.

A lo lejos, sora se encontró extraña la actitud de Kagome y decidió preguntarle a Yue. Simplemente no obtuvo respuesta, era como si evitaran hablar del tema. Sin embargo el maestro si sabía que estaba pasando, ya que era su trabajo el saberlo.

-¿qué le pasa?- pregunto la joven Asami al maestro.

Últimamente ellos dos habían encontrado la forma de entablar una amistad puesto que la joven Asami se sentía con más libertad de salir de su escondite.

-Su vida emocional es muy inestable-respondió el maestro quien se encontraba en una de las bibliotecas del palacio.

-¿habla de Kagome?-pregunto la joven.

-¿conoces la leyenda del hilo rojo del destino?-le pregunto el maestro a lo que Asami afirmo con la cabeza.

-las personas destinadas a conocerse están conectadas por un hilo rojo- prosiguió el maestro.

-¿a qué viene eso?-pregunto la chica aún más confundida.

-creo que Kagome quisiera poder ver ese hilo en este momento. Eso disiparía muchas de sus dudas-decía el maestro.

-Sora me conto que ella está enamorada de un mitad bestia pero... él quiere a otra-

El maestro ignoro por un instante a la joven y se dedicó a mirar a Kagome por la ventana. La joven se encontraba sola en el patio. Se veía tan sola en aquel momento, tan delicada y frágil.

En ese momento Yue apareció ante ella con algo en sus manos.

-¿una flor?-pregunto Kagome confundida.

Yue le había obsequiado una hermosa rosa de pétalos color rojo cual rubí.

-escuche que a las chicas les gusta-respondió el joven. Haciendo que Kagome sonriera.

En ese momento lo vio claro todo... ¿Por qué llorar por alguien que no te valora? ¿Por qué debería sentirse de esta manera? Inuyasha había elegido a otra persona y seguía su vida con esa persona. ¡Ya basta de sentirse igual! Demostraría de que estaba hecha y seguiría adelante con una sonrisa.

-¿pasa algo?-le pregunto Yue con preocupación en su mirada. Kagome negó con la cabeza y simplemente se quedó mirando a lo lejos.

-todo estará bien a partir de ahora...-se dijo para sí misma.

El maestro la seguía mirando a lo lejos y noto la leve sonrisa en los labios de Kagome. Supo que los conflictos en su interior ya no la molestarían más y que daría lo mejor de sí.

-Por fin es libre-dijo Asami.

-eso parece- respondió el maestro.

- es extraño, el amor es un sentimiento tan cálido pero a veces duele tanto- susurro Asami.

En ese momento cada uno estaba viendo el hermoso atardecer y pensando en un mejor mañana. Kagome no se dejaría vencer nunca y seguiría adelante sin inuyasha, Yue no sabía exactamente qué era eso que estaba sintiendo aquel frío corazón, pero si sabía que era algo cálido y que quería seguir aquella hermosa chica donde fuera. Un futuro inesperado se habría para nuestra joven heroína... un futuro sin inuyasha.

La Mirada Triste de Kagome.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora