Capitulo 16

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esta es la tercera vez que publico este capitulo y en verdad no se porque se me borra. Si se borra otra vez pues intentare ver que puedo hacer... ¿alguien sabe por que pasa eso?

-era una trampa-dijo el monje preparándose para lo peor-

-una trampa para matar a Kikyo- concluyo Kagome.

En eso un fuerte viento soplo en el lugar, dejando a todos alerta. De entre los arboles de la aldea salió aquel demonio que todos esperaban.

-veo que la pequeña Kagome ya no es tan inocente como antes-dijo de manera burlona el demonio.

Naraku había aparecido con su sequito de demonios y los insectos venenosos a su alrededor. Sin duda no había cambiado en nada, incluso tenía su escudo protector.

-el plan original era matar a Kikyo de una buena vez. Sabía que no podría contenerse de ayudar una pobre aldea, pero no contaba con que aparecieras Kagome. Tu siempre tratando de tomar el lugar de Kikyo-dijo el demonio tratando de herir a la joven.

-yo no trato de tomar el lugar de nadie-dijo Kagome haciéndole frente.

Aquella mirada desafiante hacia presencia en el rostro de Kagome. Ella lucharía con todas sus fuerzas para derrotarlo al fin.

-cuentas conmigo-dijo Yue posicionándose al lado de la joven-

-sango y Miroku les encargo a los aldeanos restantes-dijo Kagome corriendo hacia donde estaba Naraku.

El demonio no era tonto y desplazo una gran cantidad de demonios para acabar con Kagome, pero esta los derroto a todos de tan solo disparar una de sus flechas. Yue entonces se encargó de seguir despejando el camino para que ella pudiera moverse. Era increíble presenciar ese acto, Yue se movía como un rayo azul eliminando demonios y Kagome lo seguía detrás con sus hermosas alas resplandeciendo.

-¿no vas hacer nada Inuyasha?-pregunto Shippo viendo que Inuyasha solo estaba parado como en un trance.

-¿pero qué dices enano? Yo solo estaba esperando que eliminaran a esos demonios insignificantes. Mi enemigo es Naraku-dijo acercándose al demonio y cuando estaba a punto de realizar su ataque, fue interrumpido por Kagome.

-¿Qué estás haciendo?-pregunto un indignado Inuyasha.

Kagome intento acabar con el campo de fuerza de Naraku. Se acercó tanto que impresiono al mismísimo Naraku, pero fue imposible para ella destruirlo o al menos eso pensaba el demonio. Ella insistió, aunque el campo intento repelerla varias veces y a última instancia su brazo derecho estaba logrando lo impensable.

La corriente del campo daba pequeños choques en la mano de la joven pero eso no le importaba. El dolor era lo de menos para ella en ese momento.

-si me quedo aquí seré destruido por Kagome- pensaba Naraku asustado.

-¡Kagome suéltalo ya!-gritaba Inuyasha conmocionado-

-no te escuchara-dijo Yue viendo el acto sorprendido.

-¡¿vas a dejar que continúe?!-grito Inuyasha a Yue. Fue entonces que comprendió que era el quien tenía que ayudarla. Inuyasha dio un salto y se posiciono justo detrás de Kagome, tomo su mano derecha y trato de sacarla del campo de Naraku y al hacer eso él también estaba siendo herido.

-¡suéltame Inuyasha!-grito Kagome saliendo de sí misma.

-¡no lo hare! ¡¿Acaso no recuerdas todas esas veces en que me ayudabas?!-contesto Inuyasha.

En ese momento todos esos recuerdos que habían sido valiosos para ella regresaban. Por ese momento recordó el motivo por el que decidió seguir junto a Inuyasha y simplemente las lágrimas salieron. Pero también era el momento perfecto para que Naraku escapara y así lo hizo. Kagome se desmayó y el joven Inuyasha la tomo en sus brazos y juntos bajaron delicadamente.

-¿está bien?-pregunto Shippo preocupado.

Quien menos ellos pensaban vino a ayudarla...

Se trataba de Kikyo, pidió que la recostaran en un lugar y ella misma se encargó de atenderla. Ya estaba oscureciendo cuando todo se puso más tranquilo.

-¿Por qué la estas ayudando?-le pregunto Yue a Kikyo.

-ella me ha salvado tantas veces y sin pensar en hacer lo contrario-respondió la sacerdotisa.

-¿lo haces para devolver el favor?-continuo Yue.

-no puedo permitir que un alma tan pura sea dañada o corrompida-respondió Kikyo dedicándole una mirada de compasión a la pequeña Kagome.

Yue comprendió entonces que ellas dos tenían más en común de lo que pensaban. Al ver que Kagome estaba en buenas manos decidió ir con los demás pero algo lo detuvo, era Inuyasha.

-¿pensabas dejarla hacer una locura?-pregunto Inuyasha muy enojado. Yue no respondió y solo lo miro con aquellos ojos inexpresivos que poseía, fríos como el hielo.

-¡te estoy haciendo una pregunta!-grito Inuyasha y alzo su puño para intentar golpearlo pero con un rápido movimiento Yue lo detuvo.

-no pretendo dejar que muera-dijo un Yue muy tranquilo- al igual que tu... yo también tengo sentimientos por ella.

-¿Qué dices?-pregunto Inuyasha de forma nerviosa y con un leve sonrojo.

-vaya... parece que Inuyasha la tiene difícil-comento Miroku al ver la escena.

El grupo se encontraba viendo de reojo la escena porque en verdad era inevitable no interesarse por ese espectáculo.

-tienes más suerte de la que crees-pensaba Kikyo al ver también la escena de Inuyasha y Yue a lo lejos.- me pregunto... si yo no hubiese muerto...

Los sentimientos de Kikyo eran un poco tristes y con envidia hacia Kagome. Esa jovencita tenía todo lo que ella pudo tener si no le hubiesen arrebatado la vida. Ahora está vagando por este mundo como un cadáver frio, sin poder sentir su corazón latir. Nadie podría imaginarse lo terrible que podría ser eso...

¿Cómo te sentirías si no pudieras estar con el amor de tu vida? Porque a fin de cuentas... ya la muerte los separo.

Nadie se había dado cuenta que una pequeña mariposa color azul marino se encontraba descansando entre las ramas de los árboles, era una especia de espía que había mandado el maestro.

-¿todo está bien?-pregunto Sora junto a Asami. Las dos estaban muy preocupadas por Kagome y la misión.

-todo está bien –contesto el maestro con una leve sonrisa en su rostro.

Las dos chicas sonrieron al escuchar tan grata noticia.

A la mañana siguiente los primeros rayos de sol hacían presencia en el rostro de Kagome. Poco a poco abrió los ojos y se encontró con todos sus compañeros durmiendo. Aparentemente se habían refugiado en una cabaña abandonada.

A su lado estaba Shippo recostado pero Inuyasha ni Yue estaban en la cabaña. No lo pensó mucho y salió de a dar un paseo para refrescar su mente, escucho un leve tintineo como un cascabel. Como el sonido provenía del bosque fue adentrándose poco a poco y justo vio algo que la sorprendió bastante.

Era una joven de larga cabellera negra y un hermoso kimono color azul cielo, en su cuello llevaba un collar con cascabeles.

-tú fuiste la que escuche antes-dijo Kagome y la joven asintió.

Kagome se dio cuenta que no se trataba de una persona, ya que era el espíritu de una persona que había muerto no hace mucho en esa aldea.

-gracias por purificar mi aldea-le agradeció el espíritu y también le explico que ella había sido manipulada por Naraku para comenzar la maldición. Gracias a Kagome ahora ella iría a un mejor lugar. Su alma se despidió dándole un tierno beso en la mejilla a la joven y se desvaneció.

-de nada- contesto Kagome con una tierna mirada. Se volteo para irse y ahí estaba Inuyasha parado frente a ella.

-¿Qué planeas?-pregunto Kagome confundida y se sorprendió al sentir que Inuyasha la estaba abrazando.

La Mirada Triste de Kagome.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora