¿Qué era esto que estaba sintiendo Kagura? ¿Qué era este sentimiento tan extraño? Ella no sabía que era pero quería al menos verlo por última vez.
Su hermana toco su hombre en señal de que volteara a verla y ahí estaba... en el espejo de Kanna estaba la figura de Sesshomaru. Kanna le había mostrado por última vez aquello que más anhelaba.
-es lo que querías-dijo la pequeña casi en un susurro.
Una lágrima salió de los ojos de Kagura y comprendió que ahora podría irse en paz.
El final se acercaba y todos podían percibirlo. Era algo que estaba en el aire por asi decirlo.
Era media mañana y el grupo de Inuyasha se encontraba reuniendo provisiones para su partida.
-no se esfuerce señorita Kagome-dijo el monje Miroku preocupado.
-podemos reunir las provisiones nosotros-le siguió sango.
Ya todos habían informado a Kagome de que Naraku les había robado los fragmentos. Básicamente la habían puesto al día y eso la hacía sentir un poco culpable.
En eso llego Yue volando y aterrizo al lado de Kagome.
-¿lo encontraste?-pregunto Kagome de inmediato.
-¿Qué sucede?-pregunto sango curiosa.
-Yue salió a ver si había algún lago cercano para así poder curar mis heridas- respondió Kagome.
-eso es porque el agua tiene poderes curativos-explico el monje Miroku.
-te llevare hacia allá- dijo Yue pero Kagome se negó. Dijo que solo le dijera la dirección y ella lo encontraría. Realmente solo quería pasar un tiempo a solas.
Yue así lo hizo y se quedó recolectando provisiones con los demás.
-¿Dónde estará Inuyasha? Ese vago se quiere escapar de los deberes-dijo Shippo furioso.
-la señorita Kikyo se encuentra ayudando a los aldeanos sobrevivientes y es extraño que Inuyasha no este con ella-comento el monje Miroku.
Yue se encontraba bien atento a esa conversación aunque no pareciera.
Kagome camino hasta llegar al lugar descrito por Yue, se arrodillo a orillas del lago y estaba a punto de entrar sus manos en el agua pero sintió una presencia.
-sé que estas en el árbol-dijo Kagome sin voltear la mirada.
Inuyasha era el que se encontraba observando cada paso de la joven. Fue así como decidió bajar y posicionarse junto a ella.
-¿Qué haces?-pregunto el joven mitad bestia viendo que Kagome quitaba sus vendajes.
-voy a curar por completo mis heridas-respondió la chica pero en eso vio que Inuyasha también estaba herido. Entonces recordó que fue el quien la salvo y por ende recibió parte de la descarga eléctrica.
-gracias por lo que hiciste-dijo la chica dedicándole una gran sonrisa.
Inuyasha nervioso y sonrojado no supo cómo reaccionar y su orgullo salió a flote.
-¡hasta que al fin me agradeces, tonta!-dijo Inuyasha causando una pequeña risa de la joven.
-ven, te ayudare con tus heridas-dijo la joven tomándolo del brazo, hizo que lo sumergiera en el agua y ella se encargó del resto. En un abrir y cerrar de ojos las heridas de Inuyasha estaban curadas. Al rato ella hizo lo mismo con ella también.
Los dos se quedaron parados viéndose a los ojos, el viento soplaba y no sabían que decir o que hacer. Hasta que...
-perdóname Inuyasha-dijo Kagome causando sorpresa en el joven.
-¿pero qué dices?-pregunto Inuyasha confundido.
-yo te había prometido que permanecería a tu lado... y sin embargo Salí huyendo-dijo la joven.
-¡yo soy el único que tiene que disculparse! Puse en riesgo tu vida muchas veces y sin embargo... tú te quedaste conmigo-dijo el joven.
-entiendo que Kikyo es importante para ti pero...-antes de que Kagome terminara fue interrumpida por un abrazo inesperado de Inuyasha.
-Inuyasha...-Kagome había quedado sin palabras y esta vez no se trataba de un sueño.
Yue estaba no muy lejos de ahí viendo detenidamente la escena y por coincidencia también Kikyo estaba del otro lado viendo todo.
-supongo... que ahora estoy en el lugar de Kagome-pensaba Kikyo viendo aquella escena. Pero de inmediato se dio cuenta que Yue también estaba viendo el suceso y por un momento hicieron contacto visual.
-solo quedan tres fragmentos de la perla y lamentablemente el joven lobo no renunciara a ellos-pensaba Kikyo dirigiéndose a la aldea de antes.
Cuando llego algo la saco de sus pensamientos.
-señorita sacerdotisa-la llamaba una joven de la aldea.
-¿Qué sucede?-pregunto Kikyo.
-mi esposo se encuentra muy mal. Venga por favor-dijo la pequeña señalando la cabaña donde vivía.
Cuando Kikyo llego vio al hombre muy enfermo en el piso de la cabaña.
-Traje a la señorita para que te ayude-dijo la joven desesperada. Kikyo no pudo evitar compadecerse porque sabía que al hombre no le quedaba mucho de vida.
-Midori...-decía el hombre con dificulta. Ese era el nombre de la joven y él le ordeno que saliera de la cabaña por un momento.
-usted... se dio cuenta también-dijo el hombre a Kikyo- se dio cuenta que no me queda mucho tiempo de vida.
El hombre miro a Kikyo detenidamente.
-muy pronto estaré como usted-dijo para sorpresa de Kikyo.
-¿sabe lo que soy?-pregunto ella.
-yo también nací con un don pero a medida que pasa el tiempo voy perdiéndolo-contesto el hombre.
-no puedo hacer nada por usted a estas alturas-le explico Kikyo.
-está bien... moriré a gusto siempre y cuando sepa que midori seguirá adelante con su vida-
-¿no le importa que ella siga sin usted?-pregunto Kikyo curiosa.
-al contrario, me molestaría mucho si solo se estancara en mi- respondió de inmediato el hombre- veras, todos estamos en este mundo con un propósito y yo cumplí el mío hace un tiempo. Además siempre tendré en mi memoria la hermosa sonrisa de midori- concluyo
Kikyo entonces salió de la cabaña y le aviso a la joven midori lo que sucedía. Era inevitable que las lágrimas de la joven salieran, Sin embargo Kikyo siguió su camino pero sin dejar de pensar en las palabras de aquel joven.
-con que eso es lo que llaman un amor puro...-pensaba la joven-
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La Mirada Triste de Kagome.
FanfictionKagome encuentra a Inuyasha y Kikyo juntos y cuando huye del lugar se encuentra con una esfera que le dice que lo acompañe, ya que podrá fortalecer sus poderes y ser una mejor sacerdotisa. ¿Qué hará Kagome? ¿Dejara ella a Inuyasha?