Kagome encuentra a Inuyasha y Kikyo juntos y cuando huye del lugar se encuentra con una esfera que le dice que lo acompañe, ya que podrá fortalecer sus poderes y ser una mejor sacerdotisa. ¿Qué hará Kagome? ¿Dejara ella a Inuyasha?
Pero inuyasha no podía estar mas alejado de la realidad...
-¿Qué piensas hacer?- pregunto Kagome sin ninguna señal de miedo en su mirada.
- acabar con este pueblo y con ustedes también. Nunca debieron entrometerse en mis planes- contesto el demonio.
-¿Por qué quieres hacer eso? Deja a Hotaru ser libre-
-¿Quién dice que no hace esto porque quiere? – las palabras del demonio causaron una gran sorpresa en Kagome.
-¿Qué dices? ¿Hotaru desea todo esto?-
-estas hablando demasiado- dijo el demonio sorprendiendo a Kagome con su ataque. Inmediatamente ella cayo desmayada y un poco de su sangre fue derramada como consecuencia del ataque.
La sangre de Kagome era una de las cosas que inuyasha podía detectar a kilómetros de distancia. Se encontraba derrotando unos monstruos cuando dicho aroma lo distrajo de su labor y de inmadiato se preocupo por el bienestar de su esposa. Tomo a Hana en sus brazos con la misión de ir a rescatar a Kagome.
-¿padre? ¿Qué sucede? ¿Por qué nos alejamos?- pregunto Hana mientras iba en los brazos de su padre.
-algo le ocurrió a tu madre. Tenemos que ir por ella-
-¿pero que pasara con la aldea?-
Inuyasha se detuvo un momento al darse cuenta de lo que estaba haciendo. Si se iban ahora era muy probable que los monstruos destruyeran la aldea y después fuera por los aldeanos.
-alguien debe quedarse- comento Hana mientras bajaba de los brazos de su padre.
-no puedo dejarte aquí y tampoco puedo dejar a tu madre- contesto inuyasha con su semblante enojado. Sabia lo que propondría Hana y no le gustaba para nada.
-entonces quédate aquí, defiende la aldea y yo ire por mi madre- respondió Hana con una mirada llena de confianza, pero ni eso fue suficiente para convencer a inuyasha.
-¿Qué dices? ¡No te dejare ir sola!-
-¡tienes que confiar en mi! Ya no soy una niña. Entiende que soy una mujer fuerte ahora. Además tu y mi madre me han enseñado todo lo que se...-
Inuyasha dudo por un segundo pero al ver esa mirada en la cara de su hija se dio cuenta que ella era más de lo que él pensaba. Tenía el mismo carácter de su madre, valiente, retadora, testadura...
Kagome y el habían tenido esta charla hace un tiempo. Ella le hizo entender que Hana ya no era aquella pequeña de hace unos años y que llegaría el día en que tendría que dejarla afrontar sus propios retos sin la ayuda de papa y mama.
-siempre serás mi pequeña hija- las manos de inuyasha fueron a parar a la suave cara de su hija y seguido le dio un gran abrazo- ve con tu madre.
Hana sonrió ante la confianza de su padre y corrió a la gran casa mientras inuyasha le cubría las espaldas. Entro por la gran puerta y corrió por el pasillo con dirección a la habitación de Hotaru pero no tuvo que ir muy lejos porque esta se apareció frente a ella.
-¡¿pero?!- grito Hana sorprendida ante la aparición- ¿Dónde esta mi madre? ¿Qué hiciste con ella? ¿Y Yue?-
Aquel ente solo observo a Hana con una expresión como si estuviera disfrutando la desesperación que ella proyectaba, el daño que estaba causando la hacia feliz.
Hana saco su arco y apunto justo al pecho de Hotaru.
-no pensaras lastimar a Hotaru. Tu madre intento lo mismo y se rindió.-
-pues yo no soy mi madre- dijo Hana casi en un susurro y disparo. En el camino la flecha se lleno de llamas y cuando toco el pecho de Hotaru, su cuerpo entero comenzó a llenarse de fuego.
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El fuego de Hana era uno muy especial... eran lo que llamaban ¨fuego sagrado¨ este se encargaba de purificar en vez de quemar. Hana aprovecho el sufrimiento de aquel demonio para evadirlo he ir en busca de su madre, estaba segura que se encontraba en la habitación de Hotaru y tenia razón. Cuando llego vio que Yue ayudaba a Kagome a levantarse. Hana también noto que la cabeza de su madre desprendía un poco de sangre.
-¡Mama!- grito Hana quien corrió a abrazar a su madre- estaba tan preocupada por ti...- exclamo la pequeña joven acurrucándose mas en el pecho de su madre.
-estoy bien- contesto Kagome correspondiendo el abrazo.
-¿Dónde esta Hotaru?- interrumpió Yue.
-la detuve con mi fuego sagrado- contesto Hana- pero no creo que dure mucho tiempo.
