Capitulo 14

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Al llegar al palacio notaron que la atmosfera se volvió más pesada y sin lugar a dudas estaban en el sitio correcto. Cuando Kagome puso un pie en el palacio se sintió un terrible temblor y todos los aldeanos voltearon a verla, rápidamente corrieron a atacarla pero Yue fue rápido y la protegió de esos ataques con un escudo de hielo.

-¿estás bien?-pregunto Yue y Kagome asintió en respuesta- bien, tienes que seguir adelante tu sola.

Kagome dudo por un momento pero comprendió que era lo correcto y que era su momento de demostrar que podría contra aquella situación ella sola. Entro al palacio y Yue se quedó afuera enfrentando a los aldeanos que aparentemente estaban poseídos por aquella fuerza maligna.

El grupo de Inuyasha se encontraba caminando no muy lejos de ahí cuando Kikyo y el monje Miroku sintieron algo muy extraño.

-¿usted también lo sintió?-pregunto Kikyo volteando a ver al monje quien apenas podía estar de pie por el escalofrió que tuvo.

-Sí, fue como un miedo recorriendo mi cuerpo-respondió el monje.

-¿Qué sucede?-pregunto Inuyasha.

-cerca de aquí siento un espíritu maligno con grandes poderes-respondió Kikyo con la mirada perdida en el horizonte.

-¿se trata de Naraku?-pregunto Sango mientras ayudaba al monje.

-no es Naraku pero...-trato de responder el monje.

-tenemos que ayudarlos-completo Kikyo la frase. De inmediato sango ocupo su traje de batalla y se montó a kirara junto con el monje y Shippo. Inuyasha y Kikyo también fueron camino a la aldea, en donde el sentimiento de temor era más y más fuerte. Cuando estaban llegando quedaron sorprendidos por lo que sus ojos estaban viendo... la aldea completa estaba sumergida en aquella atmosfera oscura, los animales muertos y las plantas sin vida. Incluso habían demonios que estaban devorando humanos como si nada.

-¡tenemos que ayudarlos!-corrió Sango disparando su hiraikotsu a unos demonios que estaban devorando a unos hombres.

-es horrible-comento el monje sorprendido.

-¡ahí!-dijo Sango señalando en el cielo un gran número de demonios que se encontraban reunidos en el cielo.

-parece como si estuvieran luchando contra algo-dijo Inuyasha viendo sorprendido aquella escena junto a sus compañeros. Pronto gran parte de esos demonios fueron eliminados por un rayo azul y ahí salió Yue ileso.

-¿es un ángel?-pregunto Miroku incrédulo.

Inuyasha pronto se dio cuenta de quien se trataba.

-yo se... quien es-contesto Inuyasha con la mirada perdida en el cielo. En ese momento comprendió todo y quiso saber si Kagome también se encontraba ahí. Corrió sin pensarlo a eliminar los demonios restantes que estaban detrás de Yue.

-¡Inuyasha!-grito Shippo al ver que Inuyasha se iba a eliminar esos monstruos.

-se trata del joven Yue, Shippo-contesto Miroku sabiendo lo que eso significaba.

-no podemos distraernos- dijo Kikyo eliminando uno de esos monstruos con sus flechas sagradas. Todos comprendieron cual era la misión y comenzaron a defender la aldea.

Yue se había percatado de la presencia de aquellos viajeros pero tenía cosas más importantes que hacer... cubrirle la espalda a Kagome. Había estado luchando valientemente hasta que Inuyasha llego a ayudarle. Yue sabía muy bien quien era y solo pudieron cruzar miradas, de esas que sabes que ya tienes un rival.

-¿Dónde está?-pregunto Inuyasha sabiendo que Yue entendería a quien se refería, pero no obtuvo respuesta. Cada vez más monstruos se acercaban hacia ellos.

-no tengo tiempo para responder tus preguntas-le contesto Yue.

No había duda de que Yue era un contrincante digno de temer en las batallas. Había formado 5 esferas de hielo que lo rodeaban, una vez que los monstruos estuvieron a una distancia favorable comenzaron a disparar una especie de diamantes y cada monstruos fue eliminado. Era como si esos diamantes estuvieran purificándolos. Luego de eso con sus mismos poderes formo dos espadas, una para cada mano y así comenzó a eliminar monstruos.

Inuyasha tampoco quería quedarse atrás y ayudo a eliminar unos cuantos pero era inútil. Cada vez salían más y más monstruos.

-estos monstruos no tienen fin-dijo sango exhausta.

-hay que eliminar el centro de todo esto-comento Kikyo quien también se encontraba cansada.

En eso Inuyasha y Yue se posicionaron junto a los demás y entre todos formaron una especie de perímetro.

-nunca terminaremos con esto-dijo Sango analizando la situación. Se encontraban rodeados de demonios.

-Kagome se está encargando de esto-contesto Yue causando la sorpresa de la joven.

-Ahora solo podemos confiar en la señorita-respondió Miroku resignado.

Kagome se encontraba dentro del palacio y este estaba completamente oscuro. De pronto Kagome escucho como una especie de cascabel a su alrededor y alguien hablo, era una voz siniestra.

-¿estas asustada?- pregunto la voz.

-¿acaso intenta jugar conmigo?-se preguntó Kagome en su mente. En eso sintió algo por la espalda y volteo rápidamente.

-veo que tienes mucha energía en tu interior...-continuo la voz siniestra.

-le seguiré el juego-pensó Kagome- ¿eso es lo que haces? ¿Te alimentas de la energía de las personas?-le pregunto Kagome a la voz.

Solo obtuvo una risa en respuesta y luego solo obtuvo silencio total.

Kagome siguió caminando y en una de las habitaciones encontró algo muy extraño.

-es un frasco- dijo Kagome en su mente.

En aquella habitación solo se encontraba ese frasco y nada más. Viéndolo más detenidamente y de pronto comprendió de que se trataba todo. La tierra comenzó a temblar de nuevo y el suelo se rompió haciendo que Kagome cayera en una especie de trampa. Al abrir los ojos se encontraba llena de insectos asquerosos y aunque era una sacerdotisa preparada también era una chica y no pudo evitar gritar del asco.

-Kagome-reacciono Yue al escuchar el grito y abandono el grupo de Inuyasha para ir a rescatar a Kagome.

Inuyasha también intento ir a rescatarla pero eran demasiados monstruos para dejárselos a sus compañeros. Aun así Yue no pudo entrar al palacio por una especie de barrera que había creado el espíritu.

Kagome recupero la compostura y se puso en posición.

-no podrás derrotarme-le dijo Kagome al espíritu. En eso todos los insectos corrieron a un lugar y juntos formaron algo totalmente atroz y asqueroso.

-¡eres el ser más asqueroso que he visto!-grito Kagome como una niña.

-insolente-respondió el monstruo y ataco a Kagome pero algo la defendió. Cuando la joven abrió los ojos vio algo brillante frente a ella.

-¡mis alas!-grito sorprendida y recordó lo que el maestro le había dicho una vez: te protegerán y ayudaran cuando más lo necesites.

-llego tu hora-dijo Kagome poniéndose de pie y formando un arco y flecha con sus poderes.- llenaste esta aldea de sufrimiento, tristeza y horror... no permitiré que sigas haciendo lo mismo.


Feliz año nuevo a todos! se que tarde en publicar este capitulo pero es que estaba de vacaciones. nuevamente me gustaría agradecer que lean la historia. Me harían muy feliz si dejan un comentario y comparten la historia para que mas personas puedan leerla. Gracias y espero que este año cumplan todas sus metas y propósitos.

La Mirada Triste de Kagome.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora