Capítulo 37

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De repente comenzó a llover.
Alex escogió una mesa al lado de la ventana y podía ver como caían las gotas.
Espero como una hora a que viniese Oscar, pero no llegaba.
Se levanto de la mesa. La camarera le paro y le pregunto que si ya se iba.
Cuando iba a responderle, la puerta se abrió. Entro un chico, no se le veía la cara, la tapaba chaqueta de cuero que tenía en la cabeza para no mojarse de la lluvia.
Cuando se quito la chaqueta, se pudo ver que ¡Era Oscar!
Alex al verlo se sorprendió, pensó que le iba a dejar tirado. No sería la primera vez que alguien le dejaría tirado.
Oscar le pregunto al chico que había ahí en recepción que si había algún chico esperando. El dependiente le señaló la mesa en la que estaba sentado Alex y a la que a pocos metros estaba Alex hablando con la camarera.
Oscar lo vio, le dijo gracias al dependiente y de dirigió a Alex.
-¿Que haces levantado y no esperándome en la mesa?- dijo de forma irónica.
-Pense que no vendrías, y ya me iba a ir...- le respondió bajando la cabeza.
Oscar con el dedo índice le levanto la cabeza a Alex para que le mirase a los ojos, y con una mirada tierna le dijo:
-Nunca te abandonaría después de 10 años buscándote, no voy a dejar que te vayas de nuevo tan fácilmente.-
Oscar se acerco a Alex y le beso.
La camarera se sorprendió por tan repentino beso, y se tapó la boca también para tapar un poco el pedazo sonrojo que tenía.
Cuando Oscar se dio cuenta se separó.
-Lo siento mucho señorita.- le dijo avergonzado.
Alex al ver la, se puso rojo hasta las orejas.
-No pasa nada, os dejo solos, disculpen.- la camarera se fue medio corriendo.
Oscar miro a Alex y al mirarlo recibió una bofetada de el.
-¡Ay! ¿Y eso por que?-
-Por tardar y por el beso y por la camarera y por...-
Oscar le paro con otro beso.
-¿Quieres otro?-
-Estaría bien...Digo ¡No! Venga, sentemosnos.-
Los dos se sentaron.
Vino otra camarera distinta a la de antes y les tomo nota.

Elin y Aris terminaron de comer.
Estaban hablando plácidamente hasta que empezaron a caer gotas muy despacio, pero a medida que pasaba el tiempo, la velocidad iba aumentando hasta ser una lluvia bastante grande.
Elin se quito la chaqueta y se la puso encima de la cabeza a Aris para que no se mojase y corrieron al ascensor para bajar.
Estaban bajando el ascensor. Aris estaba bastante más seca que Elin que estaba totalmente empapada.
Cuando llegaron a su planta, bajaron del ascensor y se pusieron a andar.
-Ahora te llevo a tu habitación, así te secas un poco y eso.- dijo Elin.
- Yo estoy seca, tu eres la que estas empapada.-
-Da igual, es para que no te constipes.-
Caminaron un rato hasta llegar a la habitación de Aris.
-Bueno, aquí estamos. Espero que te haya gustado la merienda. Se que no a sido gran cosa, y después también empezó a llover y eso...-
-Me a encantado, me lo e pasado super bien. Sería mejor que vayas a tu habitación para que te cambies para la terapia de esta tarde, que falta media hora.-
-Ostras, ¡la terapia! Se me había olvidado. Es mejor que me vaya porque si no no llegaré.-
-Vamos, corre.-
Elin comenzó a correr, pero a unos 3 metros, se paro, se dio la vuelta, se dirigió a Aris, y la beso.
-Espero que te lo hayas pasado bien esta tarde.- le susurro.- Nos vemos después. Adiós.- y se fue corriendo.

Cuando Elin llego a la puerta de su habitación Matt abrió justo, la vio y la abrazo.
-¿Donde estabas?¿Y por qué estás tan mojada?Estaba lloviendo mucho y como no volvías pensé que te paso algo, y iba a salir para buscarte.-
-Estoy bien Matt... Cogí mi chaqueta y se la di a Aris para que no se mojase, pero termine empapada yo.-
-Vamos, estra secate y cámbiate.-
Entraron los dos.
Matt le trajo una toalla y fue a buscar ropa mientras ella se secaba.
Cuando se cambio, ya quedaba menos de 10 minutos para que empiece la terapia, a si que los salieron corriendo de su habitación de camino a ella.

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