Clarissa Smith se encontraba en la sala de parto. Acababa de dar a luz a un niño quien tenía unos hermosos ojos grises tal como los de su abuelo, sonrió al verle, pero de inmediato la culpa la invadió. Ya no estaba tan segura, no podía hacerlo, pensó que sería más fácil, pero ahora que lo tenía entre sus brazos lo último que quería es dejarle.
Un hombre de tez sorprendentemente clara, alto y un tanto barbudo se acercó con cautela para observar a su hijo, quien como había sospechado no tenía ninguna complicación, estaba seguro de que sería un niño sano e inteligente. Gustave West era uno de los mejores médicos y propietario del hospital de Lost Valley, su padre le había heredado dichas instalaciones y el necesitaba a alguien a quien dejarle su legado, pero sus creencias lo llevaron a buscar una manera no tan tradicional de consagrar un hijo dicen que el ser humano es un ser sociable por naturaleza que no debe estar solo, pero él no lo creía, todos estamos solos, tal vez no el mundo pero si en nuestros corazones, por increíble que ello sonara a él no le parecía algo malo estar solo, sabía que siempre habría alguien con quien compartir nuestra soledad. Porque al final estamos todos solos aquí. Juntos. La mujer que cargaba a su hijo no era su esposa, no era más que una mujer que había aceptado tener un hijo para el a cambio de un beneficio monetario, el no necesitaba un esposa no necesitaba a nadie realmente.
―Gustave siento mucho lo que diré, pero no cumpliré nuestro trato, te devolveré el dinero a tu cuenta, no puedo dejarle. Dijo Clarissa sin siquiera mirarle porque estar tan ensimismada en el pequeño.
―Sabes que eso no pasara. Dijo el sentándose a su lado, la mujer lo miro a los ojos y comenzó a llorar.
― ¿Cómo podrá vivir sin una madre y yo como podré vivir sabiendo lo que hice? Pregunto. Gustave la miro con una mirada tan fría que le helaba la sangre.
―Respirando, el niño está vivo y tú también, ninguno morirá sin el otro, no están pegados tú tienes tus propios pulmones y el también ―. Creo que ambos estarán bien y lamento mucho lo que hare, pero creo que no serás capaz de realizar lactancia sin generar un vínculo privado con él y no es eso lo que quiero, no es eso por lo que pague, no quiero a la madre, solo al hijo te transferiré a otro hospital donde te atenderá para tu recuperación, pero el niño se quedara aquí ―. Me encargare de todo y espero nunca volverte a ver ―dijo levantándose. Una vez que estuvo de pie entraron varios enfermeros, quitaron al niño de los brazos de la madre quien lloraba como nunca (que gran error había cometido) y se la llevaron de ahí, la habitación quedo en silencio de nuevo.
―Señor Gustave su hijo. Dijo una enfermera entregando al niño a su padre.
― Alice encárgate de él ―contesto marchándose de la sala y el pequeño Yamir comenzó a llorar tal vez porque supo que no tenía a nadie.
Todo tiene un por qué. Día a día realizamos acciones que por simples que sean las hacemos con un propósito. Reímos porque algo nos hace feliz, lloramos por algo nos hace sentir mal y sé que se preguntaran ― ¿Porque lo hice?, ¿por qué secuestre a la familia de mi exnovia? ―. Pues verán desde chico me crié en el hospital aquel lugar de paredes grises con un azul deprimente, lleno de personas enfermas, donde la muerte nos visitaba a diario, era el hogar de un pequeño, quien jugaba con sus carritos por todos los corredores, quien se había aprendido de memoria la ubicación de todas las salas, quien conocía cada pequeño rincón de aquel gran hospital, la enfermera Alice se había convertido en mi nana, me cuidaba como a un hijo, pero a veces era tan complicado, porque no podía dejar de trabajar, en los momentos que no me podía atender me sentaba en uno de los muebles de espera y ponía alguna película en su vieja laptop. Me quedaba sentado por horas viendo películas, pero ella no era la única que me había agarrado aprecio, varios médicos del lugar y algunas enfermeras, que me miraban corretear por ahí, me llevaban dulces, o algún juguete en las navidades, me llamaban hijo del hospital, casi siempre los veía trabajar, no me inmutaba la sangre o ver otro muerto.
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Eterno
Mystery / Thriller"El verdadero amor perdura para siempre" o ¿No? El Dr. Evan es psiquiatra trabaja en el hospital central del pequeño pueblo de Lost Valley, donde vive con su preciada familia. Su familia lo es todo para él y está convencido de que él es todo para...