DESORBITADOS (Completa)

Capítulo 23: Reintegro

CLARA'S POV

Acomodo mi camisa y aliso mi pantalón una vez dentro del ascensor. Inspiro profundamente y suelto una exhalación tan larga como lenta.

Me siento ridículamente nerviosa por tener que reintegrarme al trabajo luego de los tres benditos días de suspensión a causa de que le saqué la mierda a la perra de Emma. Se siente como si hubiese pasado un mes entero, pero solamente han sido setenta y dos horas de ausencia.

El corazón me bombea tan fuerte, que por un momento temo sufrir un ataque. Ni siquiera sé cómo actuar cuando vea a mi jefe, que curiosamente es mi ligue actual. En estos tres días hemos intercambiado mensajes de todo tipo, pero no nos hemos visto las caras, ya que la iniciativa no salió de ninguno de los dos. En parte me alegra, ya que me pude dedicar de lleno a la competencia que tengo en nueve días. Tim está bastante conforme con mi desempeño, aunque ha aumentado el número de clases semanales dada mi alta dedicación laboral. No me opuse al cambio, porque a pesar de que no gano dinero luchando, es algo que necesito hacer para sentirme bien conmigo misma. Pelear se ha vuelto una necesidad para mí, tanto como comer o dormir.

Cuando las puertas del ascensor se abren, mis manos sudan tanto que manchan los bordes de mi camisa. Maldigo en voz baja por tener esta condición corporal, ya que me ha dado problemas toda la vida. Recuerdo cuando tuve que bailar con un chico por primera vez, que en lugar de disfrutarlo estaba histérica por mi transpiración, pensando en qué pensaría él de mí.

—Buenos días, Clara – dice Lillian y me saca de las cavilaciones

La miro y esbozo una sonrisa tímida.

—Buenos días, Lillian – respondo con amabilidad y sigo caminando, ya que no me interesa establecer charla con ella. Todavía tengo mis reparos con su persona y no logro entender por qué. Nuevamente, se trata de algo de piel.

Camino por el pasillo y el resonar de mis tacones me estresa, pero intento no pensar en ello.

Todo te estresa, Clara.

Sí, bueno. Últimamente todo me estresa.

Cuando llego a la puerta de la oficina, me debato internamente entre llamar o pasar sin aviso. Opto por lo segundo, ya que antes de ser suspendida entraba sin llamar y hacerlo ahora sólo demostraría traer cola de paja, que la traigo pero no viene al caso.

Cuando las puertas del lugar se abren, la figura de Dylan se presenta ante mis ojos. Luce bien, sonriente y relajado.

—Pero miren quién se apareció – vocifera y aplaude—Nuestra luchadora favorita

Ruedo los ojos y sonrío.

—Te mandaría a la mierda, pero eres mi jefe – digo, mientras dejo mis cosas en el escritorio. Echo una mirada al lugar y no veo a Ethan, lo cual me decepciona.

—Haces bien, Clara. Hay que respetar a las autoridades – exclama el rubio—Te preguntarás dónde está el culo roto de nuestro presidente ¿no?

—No – respondo rápido

Él sonríe.

—Bueno, te lo digo yo. Está en una reunión con la gente de publicidad, por el tema de la competencia. Estos idiotas que aparecieron de la nada parece que se la traen en grande – comenta, con un dejo de preocupación

Apoyo mi trasero en el borde del escritorio y las palmas encima, mirando a mi compañero de trabajo con curiosidad.

—¿Qué se traen entre manos? - pregunto—¿Quiénes son?