Ellos se encuentran y provocan que los satélites dejen de estar en órbita.
Contenido apto para mayores de 18 años.
Escenas de violencia y sexo.
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ETHAN'S POV
—Ay carajito – chilla mi mejor amigo—Pff
Lo miro asesinamente.
—Calla – siseo, viendo cómo la silueta de Clara se perfila hacia nosotros. Luce tan jodidamente bien en ese maldito vestido rojo que se ha puesto, que me provoca inmediatamente una reacción involuntaria en cierto órgano.
—Pero...-dice, y lo vuelvo a mirar con furia. Ante mi ira, él eleva las manos. El cabello de Clara se agita en cuanto contacta con el exterior de su edificio, ya que hay algo de viento. Nos mira y sonríe levemente, haciendo tronar sus tacones.
—Hola ustedes – exclama despreocupada. Ella siempre parece andar por el mundo como si se lo llevara por delante sin reparos.
—Hola Clarita, qué bien te ves – le silba Dylan y yo ruedo los ojos a la par que ella.
—Hola, Clara – exclamo refunfuñando. Abro la puerta del vehículo y le indico con un ademán que pase.
—Deberías dejar de masturbarte mentalmente, Dylan – le comenta al pasar. Su fragancia francesa inunda mis fosas nasales y por un momento creo que voy a desmayarme de la excitación. Necesito controlar mis hormonas, de forma urgente.
Dylan se ríe con sorna.
—Es que te ves como la mismísima mierda, mujer – le responde el rubio, subiéndose al auto tras de mí. Me siento al costado de Clara e involuntariamente mis dedos rozan la piel descubierta de su pierna derecha, haciendo que mi polla pegue un brinco.
Carajo.
—Lo siento – murmuro y me corro un poco. Ella arruga la expresión, pero no responde nada.
—Entonces, ¿a qué nos enfrentamos? – pregunta y aplaude.
La hemos citado a la reunión con estos tíos inversores porque consideramos que ya está lo suficientemente preparada como para afrontar este tipo de encuentros. Ella ha sabido hacerse un maldito lugar en su puesto con comentarios inteligentes, ideas geniales y toda esa mierda que hace un empleado que trabaja como se debe.
—Son dueños de una cadena de transporte carretero - comento—Bastante grande, por cierto. Están buscando precios
—Ajá
—Queremos convencerlos de que incorporen rastreo de drones – agrega Dylan y ella abre los ojos.
—Pero...
—Sí, lo sabemos – se adelanta Dylan—Está todo ese tema de la privacidad y la mierda. La abogada nos dio varios piques
—Bien – responde ella
—Si logramos mechar rastreo satelital con drones, podemos tener un mercado en parte nuevo, pero que también manejamos – explico
