Suspiro pesadamente antes de entrar. Es la primera vez que lo hago a sabiendas de que todos están conscientes de mi relación con el jefe. Estoy nerviosa e irritada, pese a la mañana que tuve, con Ethan entre mis piernas.
Las puertas corredizas se abren y la sonrisa de Jess es lo primero que veo.
—Buenos días, Jess – exclamo
—Buenos días Clara – devuelve
No digo más y me dirijo a la máquina de entrada, presiono mi dígito y suspiro nuevamente. Me dirijo hacia el ascensor, espero que las puertas se abran y presiono el número once.
El aparato no tarda en llegar al lugar de las oficinas principales. Lillian me sonríe con travesura y me dedica un jugoso buen día.
Ugh.
—¿Qué tal tu fin de semana? – cuestiona
Su pregunta me vuelve a irritar.
—Excelente – respondo, caminando rumbo a la oficina del jefe seguida por ella. ¿Qué está haciendo? —¿El tuyo?
—Oh – se ríe—Divertido
—Me alegro – le dedico una falsa sonrisa, antes de entrar.
Cuando ingreso a la oficina me sorprende encontrar la figura de una mujer absolutamente despampanante. Está de pie y observa a Ethan algo contrariada. Dylan me mira y sonríe con malicia.
—Buenos días – murmuro. Ethan se percata de mi presencia y se para como un resorte. La chica se gira para observarme y cuando le pongo rostro, siento que voy a vomitar.
Es Ámber.
—Buenos días Clarita – responde Dylan, divertido.
—Hola – dice ella
—Hola Clara – exclama mi novio.
Espero una reacción de su parte, no lo sé, tal vez un ¿beso?
—Lillian, ¿qué necesitas? – pregunta él
—Tengo unos documentos para que firme – le dice su secretaria.
¿Qué?
Ámber me dedica una mirada poco amistosa y decide sentarse.
Me quedo parada en medio de la oficina como una idiota, y cuando reacciono, lo que hago es acomodar mis cosas como siempre. Ethan firma los documentos prestando mucha atención ante la mirada de la estúpida de Ámber.
¿Por qué está aquí? Y lo peor de todo ¿por qué Ethan me ignora?
Lillian se retira.
—Clara – exclama él—La señorita Ámber está aquí porque los drones que compraron están funcionando mal desde hace unos días.
—Oh – exclamo
—No solamente mal, Ethan – ella le dice, con excesiva confianza.
—No exageremos tanto, Ámber – pide Dylan.
—¿Qué tienen? – pregunto. Apoyo mi trasero en el escritorio y observo a la mujer.
—Están totalmente desprogramados - dice—De la noche a la mañana dejaron de funcionar. Es inaceptable
—Ámber ya te repetí que lo solucionaremos – le dice mi novio
—¿Cuándo?
Ethan me mira.
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DESORBITADOS (Completa)
RomanceEllos se encuentran y provocan que los satélites dejen de estar en órbita. Contenido apto para mayores de 18 años. Escenas de violencia y sexo. Obra protegida por derechos de autor. Prohibida su reproducción total o parcial.