Capítulo 10: Gerencia de oficio

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CLARA'S POV

El ambiente en la empresa se puede cortar y amasar. Reina la tensión y la especulación.

Los cuchilleos de pasillo son constantes, las miradas juzgadoras aún más. He llegado a escuchar que lo que sucede entre Dylan e Ethan tiene que ver con una disputa amorosa por Henry.

Una vez que Ethan salió ayer de la oficina, no volvió a pisar su empresa. Dicen las malas lenguas que lo encontró Jeff, borracho y teniendo sexo con una mujer en su auto en plena avenida.

Hoy no luce bien. Tiene la barba crecida y aspecto de no haber dormido. Su mirada está perdida en un punto fijo desde que llegó, hace exactamente dos horas. No ha pronunciado más que un hola a regañadientes y no ha atendido llamadas.

Me está desesperando.

Lo observo de reojo mientras tecleo la respuesta a un correo electrónico. Se rasca el mentón y golpetea los dedos en el escritorio de forma impulsiva. Descubrí que es un gesto recurrente en él, algo así como su forma de descargar tensiones.

—Ethan – lo llamo, pero él parece no escucharme. Me levanto de mi asiento—Ethan

Cuando pronuncio su nombre por segunda vez y me planto frente a su escritorio, eleva la vista y me observa.

—¿Qué? – él espeta, de mala forma. Este juego está empezando a cansarme y de pronto me nace el instinto asesino que reprimo a diario con el kick boxing. Podría pegarle una patada en giro sobre su perfecta cara, pienso.

Inspiro.

—Lamento molestarte, pero necesito tu firma en un par de documentos – digo

—Pásamelos – él exige, casi ladrando

Bien. Hasta aquí llegué.

—¿Podrías tratar de hablarme un poco mejor? – pregunto con las manos en jarra—Está bien que estés pasando por un momento complicado, pero no tengo la jodida culpa de ello y creo que no he hecho nada para merecer un trato de este tipo. Si te molesta mi presencia aquí, asígname otro lugar donde trabajar – sentencio con firmeza

Suspiro, frustrada.

Sus orbes negras se abren y su boca también.

Ay, tal vez no debí decir eso. Él va a echarme. Joder.

Cierra los ojos y afirma con pesar.

—Tienes toda la razón – concede para mi asombro—Vuelvo a pedirte disculpas, no es contigo Clara, es con el mundo en general – él dice y mi corazón se estruja. El hombre está atormentado y en parte lo entiendo, pero también creo que sobrexagera las cosas. Recuerdo las palabras de Henry respecto a la necesidad que tiene de relajarse un poco.

—Entiendo que no sea personal – le digo—Pero parece que lo fuera. Uno tiene un límite

Él asiente.

—Entiendo y tienes razón y vuelvo a disculparme. No volverá a suceder. Si gustas puedes trabajar en la oficina de Michell, ella está de licencia.

No tengo idea quién es Michell.

—¿Dónde es? – pregunto

—Es en el piso 10, segunda puerta a la izquierda. Hay computadora, accedes al sistema con tus datos – dice.

—Vale, voy para allí antes de que me tires algo por la cabeza – digo, intentando sonar chistosa

Su rostro se descompone.

DESORBITADOS (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora