El drama aún continua...Luego de un accidente que casi cobra su vida, Samantha por fin ha despertado de un largo coma que la ha mantenido desinformada de todo lo que pasa a su alrededor. Ella debe volver y no solo para ir recuperando todo lo que ha...
Mamá logro conseguir un vuelo al día siguiente para Nueva York. Nos despedimos de todos los que nos acogieron y nos atendieron de manera maravillosa. Joe dijo que nos extrañaría mucho y que esperaba volvernos a ver pronto.
También me despedí de Rose quien dijo lamentar no haber podido pasar más tiempo conmigo, le había agradado y yo era la única persona que no se había burlado de su peso.
-Cuando vuelvas a Nueva York puedes llamarme- tome su celular y empecé a insertar mi numero- Y podemos salir a tomar algo o si necesitas que golpee a alguien por ti también.
Ella me sonrió.
-Suerte Sam.
La abrase.
-Se fuerte Rose, no todo está perdido.
-Gracias- nos sonreímos y volví a mi habitación.
Termine de empacar algunas cosas que me faltaban y me despedí de la paz y tranquilidad que había vivido aquí...ahora iría al lugar en el que problemas no me faltaban.
Joe nos llevó al aeropuerto y cuando tomamos el avión respire profundo. Nadie aun sabía que iba a volver. Seria sorpresa.
Fueron al menos siete horas para llegar a Nueva York, de ahí tomamos un taxi y a mí me dieron escalofríos cuando ya nos acercábamos a la casa.
Mamá me apretó fuerte la mano.
-¿Estas bien Sam?
-Un poco nerviosa- me removí en el asiento- Es que tengo tantas cosas que arreglar aquí...empezando por Jake.
-No hay de qué preocuparse, ya verás que todo saldrá bien, todo siempre sale bien.
-Esperemos y sea así.
Obviamente no estoy esperando llegar a donde Jake y hacer como si nada hubiera pasado. Debo hablar muy bien con él...
El taxi nos dejó frente a casa y le sonreí a mamá. Ambas nos bajamos y sacamos las maletas. Mientras lo hacíamos escuche mi voz preferida.
-¡¿Sam?!- voltee a verlo y en vez de sonreírle lo mire mal y a él se le quito la cara de sorpresa que tenía.
-¡Cariño!- grito con felicidad y corrió a mí para abrazarme pero no correspondí a este- ¿Por qué no dijiste que vendrías?
-Señor Paul Stewart ¿Cómo está?
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Se separó de mí y frunció el ceño.
-¿Por qué me hablas así?
-¿Y te atreves a preguntar?
-¿Le dijiste?- miro a mamá.
Entramos y puse las maletas en la escalera.
-Yo ya sabía mucho antes de que ella supiera- exclame.
