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Alec.

Cuando salió de la casa donde Magnus había escapado, se metió al auto y se dedicó a manejar en busca de Isabelle, estaba molesto con ella, no debía meterse en asuntos que no le correspondía, Magnus merecía el sufrimiento y un gran golpe por haber jugado con él, seguirle la broma a sus dos hermanos y haberse vestido de una mujerzuela para llevar a cabo la broma, también por haberle dejado en vergüenza en aquel hotel. Volvió a llamar a sus dos amigos, quienes al tener una inteligencia en la tecnología podrían encontrar el auto de Isabelle sin problema, solo que esta vez el círculo estaría fuera de esto.

— Merliot— saludo Alec.

Estaba en modo alta voz, mientras miraba las calles.

—Hey, Hey ¿Qué sucede?

— Necesito que encuentres el auto de Isabelle Lightwood.

— Ahora mismo, aunque quiero me devuelvas un favor a su tiempo.

Se detuvo cuando estaba comenzando a perder la paciencia y apretó con fuerza el volante, no le gustaba estar en deuda con alguien.

— Está bien.

La llamada se cortó por unos minutos haciendo que otra llamada entrará al buzón, su madre, no demoró en contestar sabía que si no lo hacía ella se enoja, a lo lejos una capa de humo negro se veía salir hacia el cielo, pero no se preocupó, debía ser algo mínimo.

— ¿Mamá?

Rara vez llamaba, pero debía ser algo para sacar a Raphael Santiago de su puesto.

— ¡Sigue vivo!— musitó molesta.

El ojiazul no sabía que estaba diciendo su madre.

— ¿Qué?

— Debes ir al hospital Brooklyn y deshacerte de ese hombre Raphael, o estaremos en graves problemas Alexander— dijo Maryse— él es peligroso para nosotros.

Alec había comenzado a balbucear, sin entender qué estaba sucediendo, pero prefirió no desobedecer a su madre, aunque no sabía de lo que hablaba.

— Está bien madre.

La llamada se cortó y una llamada entrante de Merliot apareció en la pantalla, colocando en alta voz espero las noticias.

— Parece que están en el hospital Brooklyn, hermano.

Alec agradeció y cuando terminó la llamada volvió a la marcha esta vez dirigiéndose al hospital donde podría hacer ambas cosas, el pedido de su madre y sus ganas de golpear la cara de Magnus hasta verlo sangrar.

— No puedes escapar de mi Magnus Bane, te encontraré en cada minúsculo lugar de esta ciudad si así debo hacerlo.

Al llegar al hospital y estacionarse lejos, comenzó a caminar hacia las puertas principales, primero se encargaría de Raphael, el hombre que se había reído en su cara, se acercó hasta el mostrador donde una mujer de avanzada edad y una cara seria estaba tecleando en su celular.

— Hola, quiero ver a un paciente.

La mujer ni levantó la mirada, solo señaló hacia atrás, Alec alzando la vista viendo un cartel donde señalaban las horas de visita, aún faltaba una hora.

— Pero debo verle urgente, soy su familiar— volvió a decir Alec.

Pero la mujer no le dio importancia, volvió a señalar el papel como para ser cortés, aunque parecía ya estar harta de su trabajo, molesto se dio media vuelta y caminó por los pasillos buscando por si solo lo que tenía que hacer, pero encontró a Izzy apoyada en una pared con la mirada perdida, el molesto se acercó a ella y la tomó del brazo viendo cómo se sorprendía.

— ¿Qué haces Alec? Suéltame.

No estaba Magnus con ella.

— ¡¿Dónde está?!— preguntó molesto.

La chica comenzó a negar, demostrando que nada iba a salir de su boca, pero Alec apretó un poco más del brazo escuchándola quejarse.

— ¿Dónde está?— repitió.

La chica entre sollozos trato de soltarse, pero a ver que no podía se rindió.

— Vinimos al hospital porque no se sentía bien, pero después fue a ver a Raphael— sollozo— mamá y papá hicieron esto, arruinaron a dos chicos, uno hace años y ahora a este.

Algo le decía que el humo que había visto antes tenía algo que ver con el hotel Dumont, y esta si era culpa de las ideas de su madre, pero no había ni prueba, ni nada de que Magnus fuera atacado por ellos, si no su mariconada fue la culpable.

— Estas mintiendo— susurró Alec.

Su hermana le tomó de los hombros y negó, en sus ojos había cansancio y tristeza, lástima por él.

— Papá y mamá son los culpables de la muerte de la familia de Magnus, recibieron ayuda de ese grupo que tanto alaban, el círculo, un matadero de personas que tiene diferentes gustos al de ustedes— musitó Izzy.

— Mentira— volvió a repetir Alec.

No podía imaginarse que ellos hicieran eso, porque el grupo solo era para convencer a los homosexuales y todos los integrantes de la comunidad LGBT que estaban en el camino equivocado, pero no tenía coincidencias con tipos de matanza o cosas peligrosas, vio como Izzy estaba a punto de echar fuego por los ojos.

— Investiga un poco más dentro del grupo que estás, después ven y ve la no pierna que tus padres causaron y después ve con Magnus, entonces ahí veremos quién está mintiendo Alexander Lightwood.

La chica entró por una puerta que estaba cerca dejándolo solo y él solo se quedó ahí pensando sobre lo que dijo su hermana, aunque aún no creía que tenía algo que ver sus padres y el círculo en sucesos malos.

Primer Amor. •Malec•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora